Hace ya varios años que la desaparecida escritora italiana Alba de Céspedes, de ascendencia cubana, habitó la Isla, donde la célebre novelista se reencontró con las raíces familiares y con el discurso de la libertad que nutrió su propia escritura, en la década de los años sesenta.

Nieta de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, iniciador de nuestra primera guerra de independencia el 10 de octubre de 1868 en tierras del oriente de la Isla, y, de hecho, fundador de la nacionalidad cubana, emergida con la liberación de los esclavos, Alba, que no nació en Cuba sino en Roma, en 1911, halló en aquellas páginas del ayer la sustancia de su espiritualidad, esa que la llevó a convertirse en la voz del pueblo italiano, en las transmisiones radiales del movimiento partisano, del antifascismo.

Ahora, por expresa voluntad de instituciones cubanas e italianas, con el auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer y del Programa para el Desarrollo Humano, así como con la cooperación de la Ciudad de Venecia, la Universidad "La Sapienza", de Roma, ciudad natal de la escritora, la Comisión Europea de Educación y Cultura, y de la Casa de las Américas, la Biblioteca Nacional "José Martí", la Universidad de La Habana, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Centro de Estudios de la Mujer, de la Federación de Mujeres Cubanas y la Casa-Museo "Carlos Manuel de Céspedes", de la ciudad de Bayamo, entre otras instituciones y organismos, se celebraron en Cuba las jornadas "Alba de Céspedes vuelve a su Isla", entre el 8 y el 18 de febrero de 2002.

Exposiciones de libros, reproducciones de documentos del archivo patrimonial de la narradora —autora de más de una docena de novelas y libros de cuentos, traducidos a más de veintidós idiomas —, mesas redondas y seminarios, conformaron un programa abarcador en el que la obra de esta mujer tiende un puente cultural y humano entre los pueblos de Italia y Cuba.

Intervenciones de Teresa Rodríguez, directora de la UNIFEM para América Latina y el Caribe; de los intelectuales Alberto Asor Rosa y Marina Zancan, de la Universidad "La Sapienza"; de Vilma Espín, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas; de la profesora Graziella Pogolotti; del presidente de la Casa de las Américas, el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, entre otros, contribuyeron a subrayar la trascendencia de la obra y personalidad de Alba de Céspedes, en el contexto contemporáneo de las letras italo-cubanas.

La realización de estas jornadas, además, resaltaron el meritorio trayecto de la escritora, en el discurso femenino y en la dimensión política, estética y moral de su proyección intelectual, siempre abocada, como sus ancestros, a la defensa de los más justos proyectos y utopías sociales, lo cual la condujo a crear, en la Italia de la postguerra, la primera revista que defendió los valores de la renovación de la sociedad, cual impulso histórico rumbo al reencuentro, en los años sesenta, con la tierra que siempre también consideró su patria y donde descubrió la materialización del programa revolucionario de su abuelo, Carlos Manuel.

Tal experiencia nutrió su voluntad estilística y alimentó la hoguera de la novela que dejó inconclusa, al morir en París, en 1997: Con gran amor, narración donde retomaba el ideario cespedista, el mismo que descubrió en La Demajagua en 1868, y que la llevó a plasmar las búsquedas de la Isla, desde la revolución de Yara hasta la gesta del Moncada, liderada por Fidel Castro.

En Bayamo y La Habana se hace el alba, y la música del conjunto Ars Longa, el debate académico de Casa de las Américas, la presentación de sus fuentes documentales y bibliográficas son raíces de un árbol que fructificó desde el amor a la patria, donde ambos pueblos y experiencias históricas encontraron su plasmación literaria en la fluidez de una autora cuyas ediciones superan las doscientas y que es considerada una de las voces femeninas más notables de la literatura europea del pasado siglo veinte.