Cuba

Una identità in movimento


Un modelo para el análisis del conflicto Cuba-Estados Unidos en los umbrales del Siglo XXI (2)

Esteban Miguel Morales Domínguez


Una caracterización general de las variables

Sin dudas Bush, esta aprovechando el contexto posterior a los ataques terroristas del 11 de septiembre y su declaración de "guerra al terrorismo", para llevar la agresividad contra Cuba a los extremos más peligrosos. Aun y cuando, ni internamente en los Estados Unidos, ni a nivel internacional, el ambiente político existente apoya mayoritariamente una política de máxima agresividad contra Cuba.

Es decir, la perspectiva del conflicto (Pc) entre ambos países, aparece determinada por una ecuación, donde la situación interna cubana, la correlación congresional en la política hacia Cuba(debate interno del congreso), el apoyo de la extrema derecha cubano-americana, el Lobby Económico, la transnacionalizacion del bloqueo, la resistencia a la trasnnacionalizacion del bloqueo, la negociación y la coyuntural variable denominada "factor administración", están como variables independientes. Determinando, la perspectiva del conflicto, según su impacto y mutuas interrelaciones con los escenarios básicos en que este se desenvuelve.

Matemáticamente hablando, seria algo como lo siguiente:

Sin embargo, no todas las variables que aquí aparecen como independientes, tienen la misma relación de determinación cualitativa con respecto a PC (perspectiva del conflicto). Por eso, el análisis sólo puede realizarse por la vía de las síntesis sucesivas de los subsistemas de variables, que están contenidas en los tres escenarios básicos de análisis del conflicto: la realidad interna cubana, la realidad interna norteamericana y la realidad internacional. Lugar este último en el que encuentran su síntesis mas acabada la correlación de todos los subsistemas que integran las diferentes variables que forman el conflicto.

Resulta ser el ámbito internacional, donde se ven enfrentados todos los actores internos y externos que apoyan o enfrentan, en diferente grado y nivel, la política de bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba.

Tal y como ya hemos esbozado, la variable Situación Interna Cubana (Si), ha adquirido una papel fundamental para la comprensión de lo que ahora acontece o puede ocurrir perspectivamente con el conflicto entre ambos países.

Esta ultima variable se enfrenta a los factores que dentro de la política interna norteamericana tratan de hacer cumplir sus designios de política para con Cuba. Así como también, al mismo tiempo, la dinámica interna de la Isla informa e impacta, como nunca antes, el debate sobre Cuba dentro de la realidad interna norteamericana.[11] Tal variable no hace sino expresar que no existe política sin objeto; que se formula política para un objeto determinado, fuera de ello la formulación de política no tiene sentido. Cuba es el objeto de la política norteamericana y seria absurdo considerar que Estados Unidos puede formular política al margen de ese objeto.[12]

La complejidad del proceso antes descrito, ha tenido como escenario más general, la realidad de que Cuba ha logrado sobrevivir, especialmente, a los impactos tan negativos del periodo de la crisis económica entre l989-l994, lo cual ha traído como consecuencia un creciente debate, en los marcos de la política de Estados Unidos hacia la Isla, tanto a nivel interno como internacional, acerca de que hacer con Cuba en medio de tales circunstancias.

Por lo cual han aparecido interrogantes, nada fáciles de responder. Veamos:

  1. En primer lugar, tenemos que la actitud hacia el objeto de política (Cuba) en la situación actual — período dentro del cual la realidad interna cubana, como nunca antes, informa y condiciona el debate interno e internacional — está determinada por el espectro de posiciones que provienen de las respuestas a las preguntas siguientes:[13]
      — ¿ Cuál es el costo para Estados Unidos de no cambiar la actual política hacia Cuba?
      — ¿Aunque Cuba se está recuperando, tomando en consideración los retos que aún enfrenta, se debe esperar por un desenlace negativo para Cuba, o es necesario ya cambiar la política?
      — ¿Deben los hombres de negocio continuar esperando por la "transición cubana", a pesar de que ya se están perdiendo oportunidades en Cuba, frente a otros capitales?
      — En todas las posibles alternativas, la variable tiempo aparece determinando en el análisis, aunque siempre vinculada al mayor o menor grado de confianza existente respecto a sí Cuba pudiese continuar o no su proceso de recuperación económica.

  2. Lo anterior no contradice que el problema continúe siendo una cuestión de política interna; aunque en la medida en que las fuerzas que se oponen a Cuba dentro de EE.UU. pierden impacto, se produce el giro a favor de un cambio de política. Si al mismo tiempo, la resistencia internacional a la política del bloqueo crece, los factores internacionales pueden cobrar también una fuerza decisiva. Siendo ahora lo característico de la situación, el que muchos sectores políticos, tanto internos como externos, interesados en la problemática cubana, coinciden en que es necesario producir cambios en la actual política hacia Cuba.

  3. Sin dudas, la internacionalización del conflicto se agudiza y ello resta fuerza a los factores internos, como se ha estado produciendo después de la aprobación de la Helms-Burton en marzo de 1996, y en particular después del rescate del niño Elian González.[14] Agregándose a ello el impacto causado por el dinamismo exhibido por los congresos 106 al 108, al producir 91 iniciativas favorables a Cuba. Aun y cuando estas han quedado eliminadas dentro del mecanismo congresional.

  4. Cuba, no obstante las presiones, continua el proceso de rearticulación de sus relaciones económicas internacionales, en la medida en que sus vínculos no han dejado de ampliarse. Sin que ello sea indicativo de que la Ley Helms-Burton no haya afectado a la Isla.

  5. Se trata de una lucha dentro de la cual Cuba, (como objeto), se enfrenta a los factores formuladores y ejecutores, que desde el ámbito interno norteamericano debaten una política, que paulatinamente evidencia su fracaso. Por lo cual, a medida que el debate se agudiza, las posiciones de los diferentes actores dependen mas de cómo se interprete la capacidad de Cuba, sobre todo interna, para responder a las necesidades de una coyuntura difícil de duración, hasta ahora, indeterminada. Situación ante la cual, la extrema derecha ha logrado cierta reorganización y dar marcha atrás a todo intento de aprobación definitiva de medidas favorables a Cuba, particularmente durante el congreso 108. Cierto es que, más allá de meras apreciaciones, la Isla ha logrado sobrepasar el período mas crítico (1989-1994), cuando la percepción dominante era que se derrumbaría por sí misma y que no era necesario asumir el costo de cambiar la política. Pero después, lentamente y aunque con retos importantes, Cuba sigue recuperándose económicamente y mantiene la estabilidad de su régimen político. Por lo cual, las diferentes posiciones que se observan dentro del debate interno en los EE.UU. o en el ámbito internacional, tienen una base real, haciendo incluso aparecer tendencias objetivas que impulsan el cambio de política, como tiende a expresarse en los debates internos del congreso durante los años mas recientes, en los Congresos 106 y 107. Sin embargo, durante el congreso 108, se ha observado cierta tendencia negativa hacia Cuba, que de mantenerse, resultaría sumamente peligrosa, pues afectaría el freno que hasta hace poco había representado la tendencia no favorable dentro del congreso para el mantenimiento de la actual política hacia Cuba.

  6. Otro plano de análisis se refiere a que las fuerzas dominantes del debate, que en ningún caso son extremas, en el sentido de su viabilidad, (dentro del ambiente político de derecha que prevalece), son las que no se oponen a que Cuba sea una economía de mercado con un régimen político de democracia liberal pluripartidista. A lo que se oponen, una parte de estas fuerzas políticas, es a los métodos con los cuales la política norteamericana actual hacia la Isla pretende alcanzar tales objetivos, y a que tales métodos prevalezcan como una imposición sobre otros intereses domésticos e internacionales respecto a Cuba.[15]

Por lo cual entonces, aunque los aliados estadounidenses llegasen a acompañar establemente a Cuba, en su lucha por quitarse de encima el peso del bloqueo, no la apoyarían en su intención de mantener el proyecto socialista. Dado que, en última instancia, sus contradicciones con Estados Unidos son sólo de método, mientras que las contradicciones con Cuba, son en ultima instancia ideológicas y de clase. No se acepta una Cuba independiente y mucho menos socialista.

Este escenario de confrontación tan complejo, dentro del cual la Isla se desenvuelve, nos lleva entonces nuevamente a reflexionar sobre el papel que esta desempeñando la situación interna de Cuba y en particular la marcha de su proceso de recuperación económica, conminándonos a formularnos otras preguntas básicas.

¿Puede Cuba, al mismo tiempo que se libera del bloqueo, conjurar el cumplimiento de las intenciones estratégicas de la política norteamericana, en lo cual Estados Unidos cuenta con el consenso de sus aliados?

¿Tiene Cuba espacio para maniobrar, dentro de una situación en la que la política de Bush se hace evidente que ya no es de "transición pacifica"?[16]

Cuba ha mostrado que puede sobrevivir a las presiones del bloqueo, haciendo avanzar su proyecto, al mismo tiempo que no se deja envolver por la estrategia de la política n norteamericana.

También se ha puesto de manifiesto, aunque lentamente, que la política agresiva de Estados Unidos va perdiendo espacio, tanto dentro como fuera. Pero ello no quiere decir que Cuba no deba prestar atención al desgaste a que la somete esa política, a la búsqueda continua de Estados Unidos de instrumentos para dinamizarla y a la necesidad de tener una estrategia dinámica y coherente para erosionarla. Por cuanto la administración de George Bush ha mostrado una gran persistencia en la búsqueda de instrumentos dinamizadores de la política contra Cuba, una gran coordinación interna y externa y una y una no despreciable habilidad para mover a la llamada disidencia interna en la búsqueda de la provocación.

Por eso creemos que la Isla debe llevar adelante una estrategia de respuesta, que tome en consideración los aspectos siguientes:

  1. Cuba tiene que ampliar y desarrollar sus vínculos con los países socios competidores de Estados Unidos, para con esa fuerza económica burlar el bloqueo. Consideramos existen sectores de negocios en esos países que estarían dispuestos a ello.

  2. Cuba debe tener bien identificados los límites, más allá de los cuales compromete la estabilidad de su régimen político, dado que fuera de ellos, los vínculos económicos con los socios-competidores de Estados Unidos, podrían tornarse un peligro para la supervivencia de su proyecto socialista.

  3. Cuba tiene que ser capaz de pulsar, hasta dónde la exigencia de la "transición a la democracia", y otras variantes desestabilizadoras, no son más que un compromiso táctico con la política norteamericana, que muchos no están dispuestos a cumplir, si ello representa arriesgar buenos negocios con la Isla. Por lo cual entonces, un proceso de recuperación económica exitoso y una actitud firme en defensa del régimen político, devienen factores claves del éxito. Sobre todo ahora, durante los años del 2005 en adelante, cuando la administración Bush se muestra claramente dispuesta a que la llamada transición de Cuba hacia la democracia, no tenga nada de pacifica y existe tanta preocupación con la cruzada antiterrorista. [17]

Sin dudas, subvertir a Cuba son las intenciones que subyacen dentro de la política norteamericana, solo que con la administración Bush tal subversión se aparta del carácter "pacifico" que con anterioridad se concebía. Ahora la administración de turno, prepara aceleradamente las condiciones para hasta invadir a Cuba, si ello fuese posible.

Entonces, lo cierto es que para Cuba, seguir adelante con la recuperación económica y su reinserción internacional, sin perder la capacidad de liderar ambos procesos, sobre todo en cuanto a sus impactos dentro de la sociedad civil, deviene en condición insoslayable para que ni los Estados Unidos ni sus aliados, puedan lograr sus objetivos estratégicos con Cuba.

Razones todas que reafirman a la variable interna cubana (SI), en su condición de factor determinante de lo que pueda ocurrir hacia el futuro.

Las intenciones de Estados Unidos son una constante, por lo que es mejor pensar que solo Cuba, es quien pudiera derivarla, convirtiéndola en cero.

Por ello, la verdadera síntesis de los procesos que se dan hoy dentro del conflicto Cuba-Estados Unidos, entendida ésta como la unión, formando un todo íntegro de las partes, propiedades y relaciones implicadas, se concreta más que nada en la lucha que se libra hoy en la Isla, por escapar de las presiones del bloqueo y conjurar los objetivos estratégicos de la política norteamericana. Sobre todo ahora, cuando la extrema derecha norteamericana y cubano-americana, liderada por G. Bush, lleva la agresividad contra Cuba a limites sin precedentes y además, se han propuesto dejar plasmadas en un voluminoso informe, todas sus valoraciones, percepciones y recomendaciones concretas, de que hacer para acelerar la llamada transición de Cuba, la que por demás ya no cuenta siquiera con la promesa de que pudiera ser pacifica. Aunque siempre haya sido posible imaginarse que nunca lo seria.

Tanto el debate que se libra hoy dentro del sistema político norteamericano, como el existente a nivel internacional, por reforzar las presiones sobre Cuba, o lograr un cambio de la política de bloqueo de Estados Unidos, existen porque Cuba ha sobrevivido a dicha política y sigue adelante ampliándole su vulnerabilidad. Razón por la cual, aunque no es en Cuba donde la política norteamericana puede cambiar, sin embargo tampoco es nada despreciable lo que desde la Isla se puede hacer para fortalecer la plataforma de aquellos que hoy, tanto dentro de Estados Unidos como en el ámbito internacional, están planteando que es necesario cambiar la actual política y encontrar un nuevo modo de relacionarse con Cuba.

En realidad, no resultaba posible imaginar como viable una "transición pacifica" para Cuba y mucho menos ahora.

Si Cuba asumiera la llamada "transición democrática", es decir, en primer lugar, el camino de las llamadas "elecciones libres", a que tendría que enfrentarse?

Veamos:

Pero aun y cuando no tuviese lugar la intervención, al final de todo, la dirección revolucionaria se vería en el peligro de perder el poder, no por falta de liderazgo ni de apoyo de las masas, sino por quedar atrapada dentro de un mecanismo que en el fondo seria subversivo del régimen político y utilizado sin limites éticos ni morales de ningún tipo.[18]


Parte I — Parte II — Parte IIIParte IV





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    Dr. Esteban Miguel Morales Domínguez
    Universidad de La Habana
    Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba





Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(10 de agosto de 2005)


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