Cuba

Una identità in movimento

La música de las mujeres

Anett Ríos



Cuando Alicia Valdés era una niña, su madre le compró un piano para que le tocara el Danubio azul a las visitas.

"Me vestía con enormes batas y lazos, me pedía que tirara un beso como saludo, y yo lo detestaba porque me parecía ridículo, no lo hacía espontáneamente", comenta.

Con los años, perdió definitivamente su vínculo con el piano, pero no su amor a la música. Graduada de Historia del Arte y Musicología, su primera ocupación estuvo ligada a los pentagramas, como dibujante musical.

Décadas después se convirtió en presidenta de la Sección de Musicología de la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y, probablemente, en la única investigadora cubana que estudia de forma permanente el tema de la mujer en la música.

En 1999 concibió e inauguró un espacio de encuentro en la sede habanera de la UNEAC, conocido como La Bella Cubana, una peña mensual para promover la participación de la mujer en la música nacional, a través de discusiones teóricas, conciertos y homenajes.

Desde hace cinco años esta ha sido una cita constante donde encontrar el "patrimonio" musical de las mujeres del país. Valdés se propuso mostrar allí la presencia de las féminas como "sujeto", y no como "objeto" de la creación.

El resultado es una larga lista de charlas, conferencias y presentaciones que muestran la relación de las cubanas con el rap, la rumba, la música religiosa, el bolero latinoamericano, los escenarios líricos, la creación infantil, los septetos, la música de concierto, la guitarra, el piano, la pedagogía, entre otras aristas.

La peña ha reunido a mujeres notables como la doctora Maria Teresa Linares, profesora e investigadora de la música cubana; la cantante Omara Portuondo, voz en el Buena Vista Social Club; o la reconocida guitarrista Rosa Matos. Todas ellas mujeres con una intensa vida profesional.

Sin embargo, lo que más le interesa a la musicóloga Alicia Valdés es defender el trabajo de aquellas que no reciben flores todos los días, las que han sido olvidadas, los nuevos talentos por descubrir o que no son bien promovidos.

"Me interesan personas como Caridad García Cáceres, autora de una de las canciones más populares de la orquesta Aragón, una mujer que ya nadie sabe que existe ni que vive sola en medio del Vedado habanero; o como esa excelente guitarrista que fue conocida por el sobrenombre de Natilla, y que ahora está olvidada en un hogar de ancianos", explica Alicia.

"Este proyecto lo había concebido para sacar a la luz los resultados de mis investigaciones y de otros especialistas de la musicología o la sociología que trabajaban eventualmente el tema. Pero eso ha cambiado. Sólo por la sonrisa de esas mujeres que se creen olvidadas y son redescubiertas en La Bella Cubana, vale la pena hacer el proyecto", señala.


Una historia sin mujeres

A finales de la década del setenta del siglo pasado, una investigadora venezolana pidió al Ministerio de Cultura de la isla un listado de compositoras cubanas y sus semblanzas. El trabajo le fue encomendado a Alicia Valdés, entonces recién graduada de Musicología.

"Fue una meta e inmediatamente me apasionó. Me di cuenta de que en las historias musicales que leía no aparecían las mujeres. Resultó muy difícil encontrar esa información", relata.

"El maestro Harold Gramatges, presidente de la Sección de Música de la UNEAC, dice que la vida es un misterio. Y sí, está llena de misterio. Lo primero que yo hice como profesional fue esa búsqueda, incluso antes de convertirme en dibujante musical. Nunca pude imaginar que aquella labor circunstancial terminaría por guiar mi vida", comenta.

Según Alicia, decir que los aportes de las mujeres fueron olvidados en las reseñas musicales es un error.

"No pudo existir olvido, porque simplemente nunca se les tuvo en cuenta, eran invisibles en la historia", dice.

"Existen mujeres como Cecilia Arizti, la compositora más importante del siglo XIX cubano y la primera mujer en escribir una obra de cámara; o el caso de Catalina Berroa, la primera compositora de la historia de la música cubana. Siempre se les menciona de pasada en los textos y artículos, con referencias muy breves".

En estos momentos Alicia está a punto de publicar su libro Con música, textos y presencia de mujer, un diccionario de notables compositoras e intérpretes en la música cubana.

El texto fue premiado por la UNEAC en la categoría de Musicología, en 2000. En el año 1994 su nombre aparecía dentro del colectivo de autores del New Grave Dictionary of Women Composers, una publicación inglesa que incluyó información sobre mujeres cubanas.

Actualmente, la mayoría de las cubanas relacionadas con el universo musical son instrumentistas o cantantes. Alicia declara que es más difícil encontrarlas entre las figuras de la creación y, acaso en mayor medida, sus nombres saltan como creadoras de música popular trovadoresca.

En estos momentos la cifra de músicos en el país es aproximadamente de 12.000.

"Las mujeres representan menos de la mitad de ese grupo, pero si se visitan los registros del Instituto Superior de Arte (ISA) se encontrará una cantidad considerable de mujeres graduadas, incluso en instrumentos que tradicionalmente han sido para hombres", precisa.

Las especialidades que más mujeres gradúan en estudios superiores son piano y musicología.

"El piano siempre se lleva las palmas, porque es una tradición que nos viene desde el siglo XIX y está relacionada con un imaginario de cierta solvencia económica y disposición cultural entre los cubanos".

Sin embargo, hay otras carreras también tradicionales entre las féminas, como el violín y la guitarra.

"Existen, sin embargo, estudiantes en especialidades tan disímiles como percusión o trombones. Poco a poco las tradiciones van a ir cambiando", comenta la especialista.

Si en el ámbito de la música popular hay muchísimas mujeres, su presencia es evidente también en la pedagogía. Profesionales que investigan y dan clases, o instrumentistas, directoras de coro, cantantes, que actúan y enseñan. Alicia Valdés precisa que las escuelas de música están llenas de talento.

"Es impresionante lo que viene", añade.

Por ahora, su mayor aspiración es continuar promoviendo el trabajo de las mujeres y la música en Cuba.

El proyecto La Bella Cubana ha sido elegido como integrante de honor de la prestigiosa fundación italiana Adkins Chiti: Donne in Musica, como reconocimiento a sus aportes.

Mientras, Valdés planea extender el encuentro de la peña a cada provincia de la isla, para promover talentos y rescatar historias en todo el país.







La Habana, octubre del 2004 (Especial de SEM)
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