Cuba

Una identità in movimento


Avatares de la transculturación cubana (Parte II)

Jesús Guanche


Nuevas acepciones de la transculturación y ecos actuales de la aculturación

En trabajos posteriores el concepto de transculturación ha sido valorado, omitido, resemantizado o se le equipara con la aculturación, según el vínculo de estas fuentes con la antropología norteamericana y no precisamente con el conocimiento directo de la obra de Ortiz.

En 1950 se publica por la Universidad de Yale la muy conocida Guía para las investigaciones antropológicas de George P. Murdock (Human Relation Area Files), que es actualizada y reeditada en varias ocasiones desde su primera versión en 1937(32). En 1954 la Oficina de Ciencias Sociales de la Unión Panamericana y el Instituto Indigenista Nacional de Guatemala reeditan la Guía en español, con ligeras modificaciones y adaptaciones. Posteriormente, la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa de México, publica una nueva versión en 1989 bajo la dirección de ángel Palerm con el título de Guía para la clasificación de datos culturales(33). Esta es la primera gran obra de la antropología sociocultural que incluye la transculturación y excluye el concepto de aculturación.

En el epígrafe 17 dedicado a la temática de HISTORIA Y CAMBIOS CULTURALES, el subepígrafe 177 aborda la transculturación, cuyo estudio abarca el

Número, carácter e intensidad de los contactos con otras culturas; [los] factores que afectan la receptividad cultural; [la presencia de] ejemplos de préstamos culturales; [la] modificación de los elementos introducidos para su adaptación; [así como los] medios, organismos y agentes del cambio cultural(34).

En este sentido se aprecia un significativo reconocimiento a la obra de Ortiz, cuyo concepto sobre la dinámica de los cambios culturales es incluido en la más completa guía para el estudio de las culturas de los pueblos del mundo.

Resulta paradógico, en cambio, que el interesante estudio realizado por el lingüísta español Germán de Granda sobre Transculturación e interferencia lingüística en Puerto Rico contemporáneo, 1898-1968(35), desconozca en su amplia bibliografía la obra de Fernando Ortiz sobre estos temas, tanto en lo antropológico como en lo lingüístico.

Sin embargo, en el breve Diccionario de etnología(36) publicado en Alemania (1981), luego traducido al castellano como Antropología cultural(37) y dado a conocer en Madrid en 1986, aparecen tanto el concepto de aculturación como el de transculturación. En el primer caso, es definido en su significación tradicional como adaptación cultural con dos acepciones:

1) adaptación alternante e igualación de diferentes culturas; [y] 2) asimilación de la cultura europeo-americana por la de los pueblos primitivos(38).

En el segundo caso, definen la transculturación como

... las fases del paso de una forma de vida a otra nueva en el transcurso de la cultura(39).

Si se compara con la definición de Ortiz, este contenido está muy distanciado ya de su significación inicial y para remachar, los autores remiten a aculturación como referencia cruzada.

Más amplio y actualizado es el Diccionario de conceptos en antropología cultural, editado en 1991 por Robert H. Winthrop(40), pero sólo incluye el concepto acculturation y lo define sintéticamente como "cambio cultural bajo condiciones de contacto directo entre los miembros de dos culturas"(41); a la vez que aporta datos de gran interés sobre su historia y evolución.

Por otra parte, la sexta edición del texto de Antropología. Una exploración de la diversidad humana (1994) de Conrad Phillip Kottak, de la Universidad de Michigan, que en su versión al español incluye "Temas de la cultura hispana", en coordinación con el Departamento de Antropología Social de la Facultad de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, recoge al final de cada capítulo un Glosario que permite la familiarización de los alumnos y lectores en general con el lenguaje de esta disciplina. El capítulo 4, dedicado a Etnicidad y relaciones étnicas estudia la aculturación a partir de los puntos de vista de Redfield, Linton y Herskovitz(42); pero en el Glosario introduce modificaciones al definirlo como:

El intercambio de rasgos culturales resultante de que los grupos estén en continuo contacto directo; los patrones culturales originales de cada uno o de ambos grupos pueden verse alterados, pero los grupos se mantienen diferentes(43).

Es una obvia adecuación y consideración ante las constantes luchas de los grupos y las minorías étnicas residentes en diversos países para reivindicar sus respectivas identidades culturales y el más elemental derecho a ser diferentes(44).

En esta misma obra también se hace referencia a los Estudios transculturales como parte del capítulo 16 sobre "Personalidad y visión del mundo"; pero en un contenido muy distinto a la formulación ortiziana. Para este autor, los denominados "estudios transculturales" se derivan de la obra del psicoanalista norteamericano Abram Kardiner entorno a la estructura básica de la personalidad como rasgos fundamentales y compartidos que se adquieren mediante la adaptación a una cultura(45). De este modo, la noción de lo transcultural tiene un alcance etnopsicológico y se asocia con los seminarios impartidos por Kardiner a fines de la década del 30 en la Universidad de Columbia, la misma Universidad norteamericana que en 1945 otorgó a Fernando Ortiz el título de Dr. Honoris Causa(46) y que mucho antes conocía su obra para justificar tal mérito.

De este modo se efectúo una resemantización del concepto; lo transcultural quedó reducido, de hecho, al estudio intercultural comparado, ya que las investigaciones que se efectuaron desde la década del 50 sobre cultura y personalidad siguieron el enfoque propuesto por Kardiner con importantes resultados. En esta misma dirección, también se llegó a hablar de una generalización transcultural(47) sobre la formación de la personalidad.

Hubo varios proyectos sobre cultura y personalidad de tipo comparado que fueron conocidos como "estudios transculturales". Para la elaboración del volumen editado por B. E. Whiting en 1963 se enviaron seis expediciones al norte de la India, México, Okinawa, Filipinas, Nueva Inglaterra y África oriental para estudiar la crianza de niños(48).

En la década del 60 Walter Goldschmidt coordinó un proyecto para investigar las variaciones culturales, psicológicas y ecológicas entre cuatro grupos de África oriental: heche, kamba, pokot y sebei(49).

De manera reciente, en el ámbito de la antropología aplicada al trabajo empresarial y a los medios de comunicación masiva se afirma que

La perspectiva transcultural [en el sentido comparativo] es una de las razones que han hecho que muchas empresas de América del Norte se hayan interesado por la antropología. Las prácticas comerciales de otras culturas pueden dar ideas y sugerir técnicas que sirva para mejorar su eficiencia en este terreno(50).

De modo contrario, el profesor alemán Max Peter Baumann en sus clases de etnomusicología impartidas en Granada, España, en junio de 1994, reutiliza el concepto de aculturación con un alcance sumamente amplio y minimiza el de transculturación como uno de sus componentes, según el siguiente esquema aplicado al hecho musical:

Aculturación

El músico solo o el grupo musical actúa

Negativamente

(en refutar)

Selectivamente y/o

(en modificar)

Positivamente

(en aceptar)

Re-culturación

Trans-culturación

De-culturación

(Islamiento, pesimismo, tradicionalismo)

Fusión

(Integración a partir de la tradición precedente)

Compartimentalización

(cualidades separadas)

Sincretismo

(cualidades aditivas)

Transformación

(cualidades nuevas)


La concepción del esquema, como se evidencia, sobredimensiona el alcance de la aculturación cual concepto capaz de explicar toda esta gama de actitudes y cambios, en correspondencia con la tradición teórica de la antropología norteamericana; y al mismo tiempo desconoce la esencia misma del significado original de la transculturación, que no sólo implica la fusión "compartimentalizada" (para determinadas cualidades de la cultura [musical u otra] según el biculturalismo o el multiculturalismo de sus portadores), el "sincretismo" y la "transformación"; sino que — como en su momento escribió el propio Ortiz — "este vocablo comprende todas las fases de su parábola"; desde la capacidad de negación de aspectos culturales precedentes hasta el proceso de creación, aceptación y transmisión de nuevos valores, objetos y acciones de la cultura. Sin embargo, en un trabajo reciente sobre Prospectiva antropológica(51), Ma. Jesús Buxó i Rey, de la Universidad de Barcelona, analiza los problemas actuales para elaborar un diseño cultural factible a partir de conceptos, métodos y técnicas flexibles; las cuestiones fundamentales de la mundialización y dinamización étnica; la denominada "crisis" de la familia y sus alternativas de solución; y el papel de la constante interacción entre inteligencia artificial y sabiduría popular.

En este sentido, el enfoque transcultural no escapa de su reflexión, sino que ocupa un lugar clave en el desarrollo globalizador de sus ideas, ya que como bien señala:

Superar el desajuste entre conocimiento científico y experiencia cultural obliga a una reorientación de los paradigmas habituales en la dirección de obviar la rigidez del realismo en ciencia y aprender más sobre su construcción cultural, lo cual permite una concepción más productiva de la transdiciplinariedad entre ciencia, ingeniería y humanidades. Y, por otra, reorientar la difícil tarea de romper el viejo concepto normativo y canónico de cultura para darle la flexibilidad heurística necesaria que permita desarrollar el conocimiento y la transculturalidad(52).

Precisamente, este sentido de la transculturalidad es básico para la comunicación permanente entre los pueblos del mundo, con sus variados significados actuales y perspectivos.


Continuidad de la tradición etnológica de Fernando Ortiz en Cuba

Han sido muchos los esfuerzos realizados para dar a conocer la obra gigante de Fernando Ortiz, antes y después de que elaborara su concepción acerca del proceso de transculturación. Junto con varias ediciones de su Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar(53) (1940, 1947, 1963, 1973, 1982, 1983 y 1987), que incluye traducciones en inglés, italiano y alemán; el segundo capítulo de esta obra acerca "Del fenómeno de la transculturación y su importancia en Cuba"(54) también ha contado con ediciones en inglés (1979), húngaro (1982) y español (1990). Del mismo modo, una pléyade de autores hemos valorado altamente la significación y alcance de la transculturación para explicar la complejidad y dinámica de los procesos culturales(55).

Sin embargo, uno de los desafíos permanentes que tiene la actual Fundación Fernando Ortiz consiste, precisamente, no sólo en dar a conocer su obra dentro del país, donde aún se constata que muchos científicos (sociales o no) sencillamente la desconocen; sino en propulsar más el conocimiento y divulgación de su trascendencia internacional como autor y promotor cultural, en el más amplio sentido.

Con el objetivo de cumplir este noble propósito, el propio Ortiz nos ha entregado la clave para el esfuerzo colectivo, que — lejos de ser un simple juego de palabras — se convierte en guía gnoseológica, axiológica y conductual de nuestra acción; es decir, nos lega su conocida tríada de ciencia, conciencia y paciencia.

Las investigaciones antropológicas de nuestros días se han ampliado, diversificado y especializado cada vez más. Al mismo tiempo, han abarcado todos los aspectos de la realidad vinculados con la vida en sociedad de los seres humanos y su entorno natural, a partir de variadas lecturas interpretativas según cada concepción del mundo. Muchas han nutrido el caudal general de conocimientos sobre las etnias (etnos) y sus particularidades; y otras han servido para aplicar esos conocimientos a diversos criterios sobre el desarrollo social (desde el colonialismo dirigido por las metrópolis hasta el etnodesarrollo autónomo como parte del largo proceso de liberación nacional).

En el devenir vertiginoso de esta ciencia social se inscribe, con pleno derecho, la figura del sabio cubano Fernando Ortiz como uno de los principales representantes latinoamericanos de la antropología sociocultural con una visión totalizadora, altamente compleja e interdisciplinaria.


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Notas

32. Poco tiempo después, en 1939 apareció una primera versión en español, elaborada por Radamés A. Altieri, de la Universidad de Tucumán, Argentina, con el título Guía para la investigación etnológica.
33. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México, 1989.
34. Op. cit., p. 28.
35. Editado por el Instituto Caro y Cuervo, XXIV, Bogotá, 1968, y por la Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1974.
36. Herder Lexikon. Ethnologie. Verlag Herder, Freiburg im Breisgau, 1981.
37. Diccionarios Rioduero. Antropología cultural. Versión castellana de Alejandro Alvarez de Luna y José Antonio Alvarez de Luna, Madrid, 1986.
38. Ibídem, p. 7.
39. Ibídem, p. 182.
40. Esta obra define ochenta conceptos básicos en 347 páginas.
41. Op. cit., p. 3.
42. Ibídem, p. 64.
43. Ibídem, p. 76.
44. Véase en este sentido a Pedro Ceinos (cord.) Minorías étnicas. La guía más completa y actual sobre la situación de los pueblos indígenas en los cinco continentes, Barcelona, 1990.
45. Ibídem, p. 374.
46. Véase la investidura de Ortiz en Orbita de Fernando Ortiz, La Habana, 1973 [foto no. 11].
47. Kottak, C.P. Op. cit., p. 376.
48. Whiting, B.E, ed. Six Cultures: Studies of Child Rearing, Wiley, New York, 1963.
49. Goldschmidt, W. "Theory and Strategy in the Study of Cultural Adaptability", en American Anthopology, no. 67, 1965, pp. 402-407.
50. Kottak, C.P. Op. cit., p. 428.
51. En Antropología. Una exploración..., pp. 487-499.
52. Ibídem, p. 498.
53. J. Montero, Habana, 1940; Cuban counterpoint: tobacco and sugar, A.A. Knoff, New York, 1947; Universidad Central de Las Villas, Santa Clara, 1963; Consejo Nacional de Cultura, La Habana, 1963; Editorial Ariel, Barcelona, 1973; Contrappunto del tabacco e dello zuchero, Rizzoli, Milano, 1982; y Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983; Tabak und Zucker: un kubanischer disput, Frankfurt, Insel Verlag, 1987.
54. "On the social phenomenon of transculturation and its importance in Cuba", en rev. UNION, La Habana, no, 3, 1979, pp. 65-70; Havannai karnavál: irások a kubai kultúrárol [Prol., sel. y vocabulario de Salvador Bueno], Budapest, 1982; y en Menéndez, Lázara (comp.) Estudios afrocubanos: selección de lecturas. Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, t. 1, 1990, pp. 237-244.
55. Véase la bibliografía pasiva sobre Fernando Ortiz en Araceli García-Carranza (comp.) Fernando Ortiz. Suplemento. Cuadernos de Bibliografía Cubana, no. 2, Biblioteca Nacional José Martí, La Habana, 1994, pp. 25-48.


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