Cuba

Una identità in movimento


El arte africano y su influencia en las Vanguardias Artísticas

Tomás Coa Herrera


Con el arte africano la humanidad ha heredado un hermoso, valioso e importante tesoro cultural, representativo del desarrollo social, artístico y religiosos que las civilizaciones africanas habían alcanzado en el continente, demostrativo del nivel del conocimiento científico y de las leyes fundamentales de la física y las matemáticas, particularmente en la región norafricana. Sin embargo históricamente se ha establecido una separación geográfica, como sí esta herencia fuera diferente, sin haber tenido ningún tipo de conexión e influencia en el arte al Norte y al Sur de Sahara. Por su parte los analistas, estudiosos de las artes, expertos, antropólogos culturales, sociales y sociólogos, básicamente de los países desarrollados, han dejado incontables investigaciones y testimonios, en libros de historia del arte con este sello deficitario.

En lo que se refiere al Norte del Sahara, el exponente más representativo ha sido Egipto, el ejemplo que, fundamentalmente, más se ha divulgado y que, sin lugar a dudas, tiene mayor importancia por el conjunto de arquitectura monumentales; edificios, y construcciones funerarias, pinturas, esculturas y artes aplicadas del antiguo Egipto, desde la prehistoria hasta la conquista romana en el año 30 a.C. La historia de Egipto fue la más larga de cuantas civilizaciones antiguas florecieron en torno al Mediterráneo, extendiéndose casi sin interrupción desde aproximadamente el año 3000 a.C. hasta el siglo IV d. c.

Fueron los europeos los que a partir del s. XIX comenzaron las investigaciones arqueológicas que posibilitaron el conocimiento de importantes obras arquitectónicas, y sobre estas civilizaciones, costumbres, economía, religión, y de otras importantes manifestaciones artísticas norafricana. Lo que, sin ninguna duda, ejerció en época influencia en toda África y en otras regiones geográficas bañadas por el Mediterráneo y allende los mares.

El continente africano muestra toda una gran gama de culturas, caracterizadas cada una de ellas por su idioma propio, tradiciones y formas artísticas. Sí bien el desierto del Sahara actúa como barrera divisoria natural entre el norte de África y el resto del continente, existen incontables evidencias que confirman las influencias entre ambas zonas a través de las rutas comerciales que atravesaron África desde tiempos remotos. Por ejemplo, aparecen entre las culturas del sur del Sahara muchas muestras de arte islámico, así como también formas arquitectónicas de inspiración norafricana. Las investigaciones realizadas confirman la influencia recíproca entre estas zonas del sur con las tradiciones artísticas y culturales de aquellas regiones del norte de África más cerradas al Mediterráneo. Por ello, el arte de Egipto, representa para la humanidad uno de los más brillantes ejemplos del arte y la cultura de África.

Las artes africanas son un fiel reflejo de las ricas historias, filosofías, religiones y sociedades de los habitantes de este vasto continente. En lo que respecta al El arte africano o Arte Negro, además de la importancia que tuvo, inherente a las civilizaciones que lo produjeron, ha servido de inspiración a algunos de los más importantes artistas y movimientos del arte contemporáneo tanto de Europa como de América. Los artistas occidentales del siglo XX han admirado la importancia que se concede a la abstracción en el arte africano, estimulando con ello su falta de preocupación por el naturalismo.

La historia del arte africano o negro africano se remonta a los tiempos prehistóricos. Entre sus formas artísticas más antiguas están las pinturas y grabados en piedra de Tassili n’Ajjer y Ennedi, en el Sahara (6000 a. C. y siglo I d. C.). Otros ejemplos de arte primitivo los tenemos en las esculturas modeladas en arcilla de los artistas de la cultura Nok, al norte de Nigeria, fechadas entre el 500 y el 300 a.C.; también en los decorativos trabajos en bronce de Igbo-Ukwu (siglos IX y X d.C.), y en las magníficas esculturas en bronce y terracota de Ifé (del siglo XII al XV d.C.). Por su elevada técnica y su representación tan naturalista, provocó al principio, se creyera erroneamente que estaban inspiradas en la Grecia clásica. Las valiosas tradiciones artísticas africanas, hoy día, continúan en su línea más tradicional y a través de nuevos y renovadores modos de expresión.

Ahora bien, el Arte africano es conocido y ha sido divulgado ampliamente en los países de Europa y de otras regiones del hemisferio occidental. ¿Qué razones motivaron la influencia que éste ejerciera en las Vanguardias Artística del siglo XX?

Con posterioridad a la Revolución Francesa y a sus postulados democráticos burgueses de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y debido a las contradicciones políticos sociales que se iban a manifestar entre el desarrollo del pensamiento liberal, la expresión artística y la política oficial con pretensiones de dominación cultural, ejercida a través de todos los mecanismos de estimulación y de las entidades que respondían al estado y a sus intereses, como la Academia de Arte, que imponía condiciones técnicas hegemónicas en la creación artística, particularmente en la pintura.

Ello provocó que se produjesen fricciones y reacciones encontradas puesto que la sociedad y la realidad que el artista quería que se reflejara estaban en conflicto con sus percepciones y sentimientos artísticos. Generándose una tendencia conocida como Volverse salvaje, es una evasión espiritual del artista inconforme con los cánones sociales, que desestimaba su inspiración y creación, por la tradición pictoral y dominio de los conceptos clásicos del academicismo en cuanto al uso del color y la luz, método y estilos, así como respecto a la creación artística en espacios cerrados.Y como protesta ante este estado de cosas adoptaba esta actitud. Se alejaba el artista de su propia clase burguesa que asumía posiciones contrarias a las ideas del iluminismo. Todo ese trágico proceso se fue desarrollando a lo largo del siglo XIX, agudizándose en su segunda mitad, en donde como consecuencias de su rebeldía con el orden imperante, surgen otras manifestaciones artísticas como fueron el fauvismo, impresionismo y las corrientes postimpresionistas.

Por otra parte, a partir de 1794 la Asamblea Nacional de Francia había aprobado la abolición de la esclavitud y el establecimiento de derechos iguales para las gentes de color: negros esclavos y mulatos, así como para negros y mulatos libres y libertos y los ciudadanos franceses de modo universal, es decir incluyendo las posesiones coloniales. Este hecho produjo desde el punto de vista artístico y literario una atracción y motivo de inspiración provocando en destacados representativos del arte francés y de otras nacionalidades radicados en Francia, conocidos como las vanguardias artísticas, un interés de búsqueda sobre las manifestaciones artísticas y el mundo espiritual del negro.

Los siglos XIX y comienzo del XX, pusieron al conocimiento de la cultura universal todo el esplendor y riqueza artística del continente africano. Primero con los grandes descubrimientos arqueológicos en Egipto, en el Norte Africano y en el s. XX por la influencia de las esculturas y el arte general del Africa Subsahariana que unido al interés artístico que ya venía despertando en los acontecimientos políticos sociales en Francia y por las Vanguardias artísticas en esa centuria. Siendo esta temática, tal vez, insuficientemente divulgado y conocido y por ello, constituye el principal objetivo del presente trabajo como contribución cultural.

Los impresionistas Manet, Monet, Renoir, Gauguin, Henri Matisse, revolucionaron los conceptos sobre los trazos de las líneas, las luces naturales como una semejanza a los reflejos que producían las luces en los espacios en plena naturaleza y por los contrates de colores, así como el papel y función de la obra de arte como expresión de un sentimiento individual, particular y subjetiva interpretación del creador sin fronteras, rompiendo todo tipo de compromisos con los cánones establecidos por los academicistas. La posición de estos artistas estaba muy alejada de la decadencia, era una posición de rebeldía crítica ante la sociedad constituida, era rebeldía individual. En el fondo los pintores y escultores vanguardistas, sentían un rechazo activo

La búsqueda de nuevos motivos alejado de la tradición clasicista o del Renacimiento; arte primitivo, arcaico, el folclor campesino o de las civilizaciones de la época preclásica, si bien no siempre, por su característica les resultase valiosa en su indagar y encontrar. Hasta que se produjo el descubrimiento del Arte Negro.

Según informaciones bibliográficas este descubrimiento se produjo de una forma fortuita, cuenta Francis Carco,[1] que fue Vlaminck quien "descubrió" una escultura negra en una taberna de Bougival, por el año 1907, la llevó al estudio de Derain, su inseparqble amigo, se la mostró al ponerla en el caballete, y expresó "... es casi tan linda como la venus de Milo...", replicó Derain "... no, es tan linda como ella...". Posteriormente, Picasso fue consultado en presencia de Vlaminck y Derain y les respondió, "... ambos están equivocados; ¡Es más linda!...".

Sin embargo, según otras fuentes bibliográficas del Arte Moderno la paternidad del descubrimiento del arte africano se la achacan a Matisse: quién ese mismo año compró un fetiche africano, en la tienda de Heyman, en la calle de Rennes, fue el primero que llamó la atención de los artistas sobre el Arte negro.[2]

Existía cierta confusión pues se le llamaba Arte Negro tanto al africano como al de Oceanía, de la Polinesia, lugares de donde los franceses en muchas ocasiones traían algunas piezas al regresar a su país. Por supuesto que, la diversidad de obras de las diferentes etnias y la realización de las mismas dentro de un status libre de esclavitud y con otra atmósfera social dio a las vanguardias el elemento que buscaban en su búsqueda de volverse salvaje; en dos palabras encontrar nuevas motivaciones alejadas de estrictos cánones academicistas. Al respecto Apollinaire cantaba en "Zona".

Tu caminas hacia Auteuil. Puedes regresar a pie a tu casa para dormir entre fetiches de Oceanía o de Guinea; son los Cristos de otra fe y de otras formas son los Cristos inferiores de las oscuras esperanzas.

Dos de estos impresionistas Gauguin y Matisse, fueron los precusores de los célebres artistas que tuvieron las primeras inclinaciones por el Arte Negro o Africano. Reconocían en las esculturas africanas una enseñanza regida por un rigor extremo, apreciaban que su eficacia radicaba en que esas esculturas el proceso narrativo esta reducido a lo esencial para los artistas negros, no se trataba de describir una emoción sino de enunciarla sin dividirla o dispersarla en emociones menores.

Los modos plásticos eran marcados, secos, simplificados al máximo: planos anchos, volúmenes netos, deformaciones someras. Sin sofismas o perífrasis figurativas. Las esculturas salidas de las manos de esos africanos o polinesios, esculpidas en madera con un cuchillo tosco, la imagen vivía en la inmovilidad contraida de una forma absoluta.

Para los artistas que posteriormente serían los precursores del cubismo como Picasso y particularmente para los expresionistas como Van Goght, el arte Negro era ante todo naturaleza, que superaba la simple forma de los datos formales. En las estatuas y máscaras anchas de ojos ahuecados y dientes descubiertos, maquillados con creta roja y amarilla, hallaron lo que buscaban. Todo lo que emanaba; el terror a la naturaleza, la amenaza a la fiebre, de los vientos, de los ríos en marcha a través de la selva, los efectos de la tristeza primitiva a la muerte. Esa fue la impresión que los expresionistas captaron de los artistas negros.

Los cubistas igualmente extrajeron profundos conocimiento unos reales y otro fruto de la propia imaginación artística de lo que ellos partiendo de sus deseos y subconsciente querían y veían. El más afortunado fue Picasso, ya que posteriormente uno de sus alumnos, Wilfredo Lam, cubano de procedencia étnica afrocubano-china, conocedor de dichas culturas pudo directamente favorecer las grandes ansias de conocimiento de su maestro e intercambiar impresiones e influirse mutuamente, se observan rasgos muy distintivos en los trazos y el uso del contraste de color en Picasso y en Lam que los distinguen del resto de los artistas cubistas y en toda su obra de conjunto sobretodo en el cubano.

Fue Tzara quien puso el acento, en 1917 y 1918, sobre el significado poético de la escultura africana, caracterizándolo ligado al mundo propio de los primitivos artistas y de los pueblos a los que pertenecían.[3] A pesar de que con cierta objetividad estas apreciaciones tampoco estaban exentas de la influencia de los propios artistas influidos por el DADA y por ese sentimiento de búsqueda que afectaban a las vanguardias en su conjunto.

A partir de este positivo impulso que el Arte Negro dio a las vanguardias, posteriormente, a partir del expresionismo, el dadaismo, el surrealismo, el futurismo, constructivismo y otros, la creación artística había encontrado el renacer de su ingenio creativo, convencidas de las posibilidades infinitas del arte y en primer lugar del hombre como creador de sí mismo.


    Referencias

      1. F. Carco: De Montmartre au Quartier Latin, Albin Michel, París, 1927, p. 36.

      2. M. Rousseau: L’Art Oceanien, Apam, Paris, 1951, p. 124.

      3. T. Tzara: Note sur l’ Art négre, París, 1917 y Note la poésie négre, París, 1917; y también M. Rousseau: ob. cit, p. 127.




Lic. Tomás Coa Herrera
Prof. Asistente Adjunto
Facultad de Filosofía e Historia
9/10/05 7:51 PM


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