Cuba

Una identità in movimento

El patrimonio cultural vivo: protección de lo más valioso del legado humano

Jesús Guanche



Epígonos de la Convención para la salvaguardia del patrimonio inmaterial

La aprobación en el año 2003 de la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, pese a sus profundas debilidades conceptuales,[1] ha sido un significativo paso de avance al colocar este tema en la reflexión y la acción colectiva de expertos y autoridades para delinear políticas culturales capaces de atender, preservar, promover y proteger este patrimonio.

De manera inmediata a la aprobación, la UNESCO movilizó su amplio potencial intelectual y dedicó el no. 221/222 de la revista Museum internacional al también denominado "patrimonio intangible" (intangible heritage).[2] Debido a la responsabilidad que tienen los museos en esta trascendental tarea, en el 2004 se efectuó en la ciudad de Seúl, República de Corea, la 20ª Conferencia General del Consejo Internacional de Museos (ICOM).

Un comentario crítico a los principales temas abordados en esta Conferencia nos puede dar la medida de ¿por dónde anda el debate?, ¿cuál es la experiencia acumulada?, ¿cómo se ha ganado o no en definiciones más cercanas al rico patrimonio que se quiere salvaguardar?, ¿qué diversidad de opiniones concurrieron a Seúl?, y ¿cuales son los desafíos para las políticas culturales?, entre otras cuestiones.


Ecos de la 20ª Conferencia General del Consejo Internacional de Museos

En sus palabras iniciales el Sr. O Young Lee[3] recordó oportunamente que: "Vivimos en una época en la que importan más las cosas materiales que las personas"[4] y esto le sirvió de apoyo para acudir a la sabiduría tradicional del budismo coreano donde un monje critica el valor aparencial de la vestimenta efímera frente al valor real de la persona que la lleva puesta. Valoró así la significación de este patrimonio desde una perspectiva histórica y destacó el precedente sentado por su país en la creación del sistema de Tesoros humanos vivos, lo que amplía convenientemente el concepto de bienes culturales hacia "no sólo lo visible sino también lo invisible".[5]

Sin embargo, la aceptación acrítica del concepto de "patrimonio inmaterial" lo condujo a equiparar estos bienes culturales con los "bienes digitales", sin considerar que los chips semiconductores, las técnicas de procesamiento automatizado y todo el complejo sistema de almacenamiento, transmisión y recuperación de datos no son en lo absoluto "inmateriales", sino un logro mancomunado de la cibernética, la robótica, la telemática y la informática donde se combinan múltiples campos del conocimiento científico-tecnológico, que obviamente, es necesario proteger y preservar.

El Sr. Richard Kurin,[6] quien ha tenido una destacada participación previa a la Conferencia, señaló que la referida

"Convención fomenta la supervivencia y la vitalidad del patrimonio cultural vivo [7] a escala local, regional y nacional en todo el mundo frente a la creciente globalización.[8]

Conjuntamente, resalta que:

"La definición de patrimonio cubre, en líneas generales, las prácticas sociales, las tradiciones estéticas y los modos de conocimiento perpetuados en el seno de una comunidad cultural",[9]

lo que de hecho opera de modo interactivo con las evidencias objetuales del patrimonio identificado como "material". Considera la diversidad de ámbitos disciplinares que contempla la Convención como "etnografía, arte, historia, ciencias y tecnología",[10] junto con los métodos de salvaguardia. Más adelante se pregunta:

"¿Deberán los gobiernos de todo el mundo nombrar a los museos como principales agentes de la aplicación de esta Convención?, ¿Están realmente capacitados los museos para salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial?, ¿Es eso lo que desean? Si tal es el caso, ¿es necesario para ello volver a concebir y a configurar el concepto de museo?"[11]

Sin duda, estas reflexiones apuntan a señalar las diferencias esenciales entre los procesos de adquisición, catalogación, almacenamiento, preservación, conservación y exposición de objetos, sitios y monumentos, entre otras actividades, respecto de los saberes mismos acumulados y transmitidos por personas y grupos humanos en su vida cotidiana con un valor identitario y patrimonial. Ahí radica precisamente la substancial diferencia entre el patrimonio inanimado, movible o inamovible, y el patrimonio vivo, dinámico, cambiante, capaz de dialogar, discutir, rebatir y estar de acuerdo o no con lo que acuerdan otros a nombre de ellos.

Más adelante, la Sra. Dawnhee Yim[12] explicó y valoró la política cultural sudcoreana con sus Tesoros humanos vivos. Para ello enfatizó sobre las injustas dicotomías en el reconocimiento de los valores patrimoniales identificados como "materiales" desde 1972, respecto del denominado "patrimonio inmaterial", reconocido en el año 2003; es decir, tres décadas más tarde.

Indicó con acierto que:

"Los descubrimientos en los campos de los estudios culturales, antropología, folklore y estudios de género nos alertan contra las injusticias que a menudo resultan de este tipo de jerarquías culturales. Estos estudios señalan que todas las culturas son, de un modo u otro, importantes y valiosas".[13]

Para el caso sudcoreano, reconoce que la atención a los portadores de su cultura popular tradicional ha sido una vía eficaz para contrarrestar los impactos de la norteamericanización estadounidense como

"... procesos simultáneos de industrialización, urbanización y occidentalización".[14]

Debatió además sobre tres tópicos claves de la política cultural al respecto:

  1. Acerca de la necesidad o no de preservar artificialmente manifestaciones culturales tendentes a desaparecer.
  2. Sobre los orígenes imprecisos de las tradiciones culturales y el valor identitario de su continuidad para los portadores.
  3. El riesgo de las clasificaciones jerarquizadoras de este tipo de patrimonio vinculado con determinado portador o portadores (tesoro humano vivo) respecto de las variaciones regionales o locales que resultan tan válidas como la que por motivos de identificación o proposición han sido jerarquizadas.

Sobre el primer aspecto, mientras unos consideran que el cambio cultural es algo tenido por natural, que un componente de la cultura puede desaparecer cuando ha perdido su función o razón de ser; para otros, los componentes esenciales de la cultura popular tradicional que corren peligro de desaparición están cargados de valores simbólicos para el sentido de pertenencia de ese pueblo, forman parte de su identidad étnica y de su modo de vida. Precisamente el papel de la política cultural, mediante su identificación, declaración (jerarquización) y protección, es el de revitalizar esas manifestaciones culturales a partir de sus propios portadores, que deben funcionar como transmisores.

Acerca del segundo aspecto, las manifestaciones culturales cotidianas son procesos vitales de las personas y por lo tanto están sujetos a cambios permanentes. Por ello, la relativa "fidelidad" de un proceso de preservación de la cultura popular tradicional debe enfrentar los desafíos del cambio sin perder sus cualidades caracterizadoras. De manera que la preservación de este patrimonio no es un acto de taxidermia sino que es el propio transcurrir de la vida humana, con todos los avatares que ella conlleva.

El tercer aspecto es también muy delicado porque una jerarquización apropiada puede generar, por oposición, un acto de discriminación por desconocimiento o por desconsideración de las variantes regionales o locales de determinada manifestación. En este sentido, la Sra. Yim argumenta:

"Nuestra experiencia en la República de Corea nos ha enseñado que designar algo como patrimonio cultural sólo constituye el principio de un esfuerzo de conservación y que sobre la marcha va surgiendo toda una serie de nuevos problemas"[15]

que deben ser resueltos adecuadamente.

Sin embargo, esta valiosa experiencia no proporcionó la elemental deducción que, ni los portadores de la cultura ni sus saberes, técnicas y habilidades, son tampoco "inmateriales", sino seres vivos agrupados socialmente cuyas energías vitales y acciones son el resultado histórico de la alta especialización de la materia que condujo a la evolución humana en los órdenes ontológico, gnoseológico y axiológico, de acuerdo con las peculiaridades adaptativas y transformadoras del ecosistema.

Por otra parte, lo más valioso de la intervención del Sr. Makio Matsuzono[16] estuvo centrado en la idea fundamental de que en la práctica:

"Es imposible separar estas dos formas de patrimonio",[17]

con diversos ejemplos de su experiencia como africanista japonés. Este razonamiento tampoco le condujo a concluir que esta manera estéril de dividir el patrimonio en "material" e "inmaterial" resulta a la larga nocivo para el conocimiento integral de la cultura, al separar artificialmente a los portadores (seres humanos) de sus obras (sean tangibles, visibles, audibles, gustables, olibles, orientables en el espacio-tiempo o transmisoras de energía vital).

El Sr. Sid Ahmed Baghli[18] se apoyó en un exergo de Mohammed Bedjaoui,[19] quien ha sido uno de los principales autores de la Convención y fue quien dirigió las reuniones de expertos en las que se discutió el texto, para resaltar el papel de la Convención en relación con el trabajo de los museos. Analizó el concepto del denominado "patrimonio cultural inmaterial" en sus diversos alcances:

De este modo subraya muy oportunamente que:

"El replantearse el papel de los museos se ha vuelto necesario en la lucha por salvaguardar y valorizar nuestros bienes culturales, cada vez más numerosos, valiosos y frágiles. De hecho, la definición misma del museo debe ser revisada y su campo de acción ampliado".

En esa misma dirección, la Sra. Hongnam Kim[24] comparó las experiencias realizadas por el Museo de la Universidad Femenina de Ewha, Corea, con el poblado rural de Gurim, respecto del trabajo llevado a cabo por el Centro de Arte Le Consortium, de Dijon, Francia, con los pueblos de la región de Borgoña. En el primer caso:

"Para mantener vivo el interés y las expectativas de los habitantes y del gobierno del pueblo, era de vital importancia lograr que el patrimonio cultural local fuese relevante para el mundo contemporáneo";[25]

y en el segundo estuvo dedicado a

"... la restauración de viejos lavaderos abandonados de unos veinte pueblos rurales".[26]

En ambos casos la toma de decisiones se basó en la participación de todos los involucrados y promovió la responsabilidad colectiva sin procedimientos centralistas.

De ese modo concluyó:

"Es importante ser no sólo respetuosos sino también críticos con las comunidades y sus gentes para involucrarlos en el proceso dinámico de recreación de una cultura con un sentido de equilibrio y discernimiento".[27]

Como síntesis de las sesiones plenarias, el Sr. Per B. Rekdal, Presidente del ICME, reseñó un conjunto de ponencias sobre el tema Patrimonio inmaterial viviente, no por contradictorio menos interesante, pues si el ser humano es parte de los organismos vivos y tanto ellos como lo que producen forman a su vez parte de la materia en su amplia acepción científico-filosófica, la formulación lógica resultante es un verdadero sinsentido. Entre los temas de las ponencias vale destacar la protección legal de este patrimonio y sus procesos de aplicación en diversas condiciones.

Volvió a salir a la palestra de discusión varias cuestiones primordiales:

"¿Qué merece la pena conservar?, ¿Debe ponerse un mayor énfasis en la reproducción exacta o en el cambio y la evolución constantes?, ¿Cómo se puede mantener un número alto de practicantes y garantizar una base amplia para el patrimonio inmaterial?, ¿Qué significa el término 'viviente'?".[28]

Esta última cuestión ya había sido planteada y resuelta por varios ponentes.

Junto con las experiencias de Corea, como país anfitrión, se sumaron las de México, Filipinas, Estados Unidos, Sudáfrica, Noruega, Nueva Zelanda y el Reino Unido.

Otro conjunto de temas versó sobre La protección del patrimonio cultural, cuya reseña estuvo de cargo de los Señores Pavel Jirásek y Hans Jürgen Harras. No sólo se hizo énfasis en la legislación al respecto, sino muy especialmente en las condiciones de peligro que enfrenta el patrimonio como resultado de los conflictos bélicos, saqueos y desastres naturales. En esa ocasión Patrik Boylan[29] presentó el Segundo protocolo sobre la protección de la propiedad cultural durante conflictos armados, sin que aun hubiera acuerdos sustanciales al respecto.[30]

Otra sesión estuvo dedicada al Patrimonio digital y museos del futuro, que fue presidida por Cary Karp.[31] Aunque el valor del patrimonio digital es un tema indiscutible en relación con el dinámico papel de las nuevas tecnologías y sus amplísimas perspectivas en todos los órdenes, considero que circunscribirlo o equipararlo con la idea del lamentablemente denominado "patrimonio inmaterial" resulta un desacertado ruido en el sistema. Pues este patrimonio puede contener todo tipo de información (texto, imagen, sonido...) e incluir, como los museos virtuales que ya existen, tanto el denominado "patrimonio material", como las diversas formas visuales, sonoras o textuales del patrimonio cultural vivo.

En este ámbito debo resaltar el título de la ponencia de Kenneth Hamma,[32] denominada ¿Inmaterial yo?,[33] lo que obviamente hace añicos todas las disquisiciones sin fundamento científico. Este autor valoró la importancia del patrimonio digital y consideró diversas medidas de protección seguras que deben trascender el ciclo vital de sus creadores o autores.

Como es habitual en estos eventos, la Conferencia culminó con una Declaración de apoyo a la Convención, a su ratificación por todos los Estados, a la creación de un Fondo de Promoción de este patrimonio, al fomento de la legislación al respecto, al papel de los museos en el acopio, preservación y promoción del patrimonio, a la colaboración de las Organizaciones Regionales, los Comités Nacionales y otros órganos del ICOM, y a la formación de profesionales de museos. Consideró las resoluciones anteriores del ICOM (1986, 1989 y 2001) y aludió a la Resolución no. 2 de la 18ª Asamblea General del ICOM,[34] para declarar, entre otros aspectos que:

"Deplora y condena los saqueos y actos de vandalismo contra toda institución de cualquier país encargada del patrimonio cultural, como los que por desgracia se perpetraron recientemente en Irak y otros países".

También reconoció el buen funcionamiento de la Resolución no. 2 sobre la autonomía de los museos adoptada en la 20ª Asamblea General del ICOM[35] y

"Reitera los términos de dicha resolución, con miras a que los museos logren una mayor autonomía financiera y funcional".


Cuba y su patrimonio cultural vivo

Durante las últimas cuatro décadas y media Cuba ha trabajado de manera sistemática en la preservación del patrimonio cultural en el ámbito de los valores considerados "materiales" y con su patrimonio vivo.

En este último aspecto, durante los años 80 del pasado siglo XX se trabajó simultáneamente en la elaboración del Atlas de los instrumentos de la música folclórico-popular de Cuba,[36] que no se limitó al campo estrictamente organológico, sino que necesariamente abarcó todos los saberes relacionados con la terminología, las técnicas de construcción, modos de ejecución, usos, funciones musicales y sociales, conjuntos instrumentales, sus repertorios y la historia específica de cada instrumento; y el Atlas etnográfico de Cuba, cultura popular tradicional,[37] cuyos temas incluyeron múltiples saberes populares en la vivienda y construcciones auxiliares, mobiliario y ajuar doméstico, comidas y bebidas, instrumentos de trabajo agrícola, modos y medios de transporte, artes y embarcaciones de la pesca marítima, artesanía, fiestas, música, danzas y bailes, y tradiciones orales. Todo lo anterior estuvo respaldado por un consolidado movimiento de artistas aficionados que había definido claramente las diferencias y cualidades entre los portadores tradicionales de determinadas manifestaciones culturales respecto de quienes reproducen artísticamente estas mismas manifestaciones, u otras, en diversos contextos escénicos y festivos.[38]

A partir de 1996 el Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello decidió otorgar el Premio Memoria Viva con el objetivo de reconocer el trabajo de personas y grupos representativos de diferentes manifestaciones de la cultura popular tradicional en el país.

Entre los años 1996 al 2003 han sido otorgados 122 premios de alcance nacional con una tendencia creciente los últimos tres años (Véase la TABLA 1). De ellos, 87 premios (71,31%) han sido otorgados a grupos y los 35 (28,69%) restantes a personalidades. De acuerdo con las características de las manifestaciones, han sido identificadas cinco categorías con el mismo nivel jerárquico que responden a diversas maneras de representar y preservar esos valores patrimoniales (Véase la TABLA 2).


PREMIO MEMORIA VIVA
Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello

TABLA 1
Premios otorgados por años y %

Años

Total de premios por año

% del total de premios otorgados

1996

5

4,10

1997

5

4,10

1998

7

5,74

1999

14

11,47

2000

16

13,11

2001

24

19,67

2002

27

22,13

2003

24

19,67

Total

122

100,00


    Fuente: Los datos primarios han sido suministrados por cortesía de la Lic. María Victoria Prado del Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello. La elaboración estadística es el autor.

  1. Personalidades (a figuras representativas dedicadas a la promoción, música, danza, artesanía, oralidad y otras),
  2. Rescate y revitalización (a los resultados de trabajos investigativos y gestiones encaminadas a la promoción de reconocidos grupos y manifestaciones festivas, artesanales, de la tradición oral, de la cultura rural o local, entre otras),
  3. Proyección artística (a la reelaboración de actividades mediante la síntesis del arte escénico),
  4. Preservación de tradiciones (al folklore vivo en su propio contexto), y
  5. Reconocimiento especial (a la obra de vida de reconocidas agrupaciones).


    PREMIO MEMORIA VIVA
    Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello

    TABLA 2
    Premios otorgados por categorías según años y %

Años

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

Total

%

Categorías

Rescate y revitalización

1

2

2

3

4

2

14

11,47

Personalidades

2

1

1

2

4

7

7

11

35

28,68

Proyección artística

1

1

2

3

1

2

3

1

14

11,47

Preservación de tradiciones

1

1

2

5

7

10

9

9

44

36,06

Reconocimiento especial

1

3

8

3

15

12,32

Total

5

5

7

14

16

24

27

24

122

100,00


Es muy significativo que más de un tercio de los premios (36,06%) está dedicado a la Preservación de tradiciones, es decir, al núcleo esencial de la cultura popular tradicional que incluye, obviamente, los cambios y adaptaciones a cada circunstancia histórica en que ha vivido la nación cubana durante el último medio siglo.

La mayoría de estos premios se concentran desde el punto de vista territorial, según la Tabla 3, en las provincias Ciudad de La Habana (23 [28,06%]) y Holguín (19 [23,18%)], lo que contrasta acentuadamente, por ejemplo, con Santiago de Cuba y Guantánamo, las que no obstante alcanzar solo 4 premios cada una (4,88%), en el caso de Santiago, se logró que el 7 de noviembre del 2003 la UNESCO proclamara a La Tumba Francesa de la Caridad de Oriente como parte de las Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Pongo este ejemplo, porque el fenómeno Tumba francesa ha sido muy estudiado en el país y su práctica actual no se limita sólo a Santiago de Cuba, sino conjuntamente a Guantánamo y Holguín,[39] con tanto valor patrimonial como la galardonada.


PREMIO MEMORIA VIVA
Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello

TABLA 3
Premios otorgados por provincias según años y %

Años

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

TOTAL

%

Provincias

Pinar del Río

1

2

4

1

8

9,76

La Habana

1

1

4

2

8

9,76

Ciudad de La Habana

2

3

2

2

4

8

2

23

28,06

Matanzas

1

1

1

2

1

6

7,32

Villa Clara

1

1

2

1

1

2

8

9,76

Cienfuegos

1

1

1

1

1

5

6,10

Sancti Spíritus

1

1

2

1

2

1

3

11

13,42

Ciego de Ávila

1

1

1

2

1

2

8

9,76

Camagüey

1

1

2

1

5

6,10

Las Tunas

2

2

4

1

9

10,98

Holguín

-

2

2

5

4

6

19

23,18

Granma

1

1

1,22

Santiago de Cuba

3

1

4

4,88

Guantánamo

1

1

1

1

4

4,88

Isla de la Juventud *

1

1

1

3

3,66

Total

5

5

7

14

16

24

27

24

122

100,00


    * Municipio especial

Independientemente de la proclamación local o general de esta manifestación, lo más importante es el reconocimiento internacional al país, como un nuevo paso para ganar experiencias en este complicado proceso de nominación a partir de una política interna coherente que tome en consideración todo un conjunto de factores que nos permitan valorar con certeza cada nueva propuesta como resultado de un programa nacional para la salvaguardia de este patrimonio.

Posteriormente, desde 1999 hasta hoy, el Consejo Nacional de Casas de Cultura, del Ministerio de Cultura, ha otorgado el Premio Nacional de Cultura Comunitaria. Durante el período 1999-2004 han sido entregados 72 premios, que denotan (según la Tabla 4) una tendencia decreciente en los últimos tres años, lo que se relaciona directamente con el rigor en la selección y adjudicación de los premios.[40] De ellos, 27 (37,50%) han tenido como destinatarias las instituciones y 45 (62,50%) han sido entregados a personalidades (Tabla 5). En este sentido, también la tendencia de otorgamiento ha sido diferente al Premio Memoria Viva, que como observamos anteriormente ha premiado más instituciones colectivas que individualidades.


PREMIO NACIONAL DE CULTURA COMUNITARIA
Consejo Nacional de Casas de Cultura

TABLA 4
Premios otorgados por años y %

Años

Total de premios por año

% del total de premios otorgados

1999

16

22,22

2000

15

20,83

2001

15

20,83

2002

10

13,88

2003

8

11,11

2004

8

11,11

Total

72

100,00


    Fuente: Los datos primarios fueron suministrados por cortesía de la Lic. Silvia Montano, del Consejo Nacional de Casas de Cultura. La elaboración estadística es el autor.

En relación con el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, este no coincide necesariamente con los propósitos del anterior, pues si bien se aprecia un solapamiento de los galardonados en un tercio de los casos, también han sido reconocidas personas e instituciones que han dedicado una gran parte de su vida laboral al movimiento de artistas aficionados, y a la promoción, dirección y gestión cultural en el ámbito comunitario. Debo resaltar que es precisamente ese tercio coincidente el que también representa parte del patrimonio cultural vivo, que constituye la fuente nutricia del trabajo comunitario.


PREMIO NACIONAL DE CULTURA COMUNITARIA
Consejo Nacional de Casas de Cultura

TABLA 5
Premios otorgados por categorías según años y %

Años

1999

2000

2001

2002

2003

2004

Total

%

Categorías

Instituciones

6

5

5

3

5

3

27

37,50

Personalidades

10

10

10

7

3

5

45

62,50

Total

16

15

15

10

8

8

72

100,00


En relación con la distribución espacial de los premios, se aprecia un mayor equilibrio en las diferentes provincias del país, pues estos oscilan entre 2 y 7 (Tabla 6). La relativa ventaja de la capital con 19 premios no se debe a su relación inmediata con una mayor cantidad de población, ni a un deplorable "habanocentrismo", sino que muchas personas galardonadas en la Ciudad de La Habana son oriundas de otros lugares del país.

Desde 1998, también la Fundación Fernando Ortiz (creada en 1995) otorga el Premio Fernando Ortiz a la obra de vida de personalidades e instituciones cubanas y de otros países. Tal como señala en su reglamento:

"Con el propósito de reconocer, estimular y divulgar la labor de destacadas personalidades y entidades nacionales e internacionales, en su contribución al desarrollo del estudio de las culturas populares, la Fundación Fernando Ortiz, con el auspicio del Ministerio de Cultura, instituye el Premio Fernando Ortiz que se conferirá regularmente de acuerdo con los propósitos de sus fundamentos".[41]


PREMIO NACIONAL DE CULTURA COMUNITARIA
Consejo Nacional de Casas de Cultura

TABLA 6
Premios otorgados por provincias según años y %

Años

1999

2000

2001

2002

2003

2004

TOTAL

%

Provincias

Pinar del Río

2

1

1

4

2,88

La Habana

1

1

1

3

2,16

Ciudad de La Habana

7

3

2

4

1

2

19

13,68

Matanzas

1

1

1

2

5

3,60

Villa Clara

1

1

2

1

1

6

5.04

Cienfuegos

1

1

1

3

2,16

Sancti Spíritus

1

1

1

1

1

5

3,60

Ciego de Ávila

1

1

1

3

2,16

Camagüey

1

2

1

1

5

3,60

Las Tunas

1

1

1

3

2,16

Holguín

1

1

2

2,16

Granma

1

1

2

2,16

Santiago de Cuba

2

1

1

4

2,88

Guantánamo

2

1

1

1

2

7

5,04

Isla de la Juventud *

1

1

0,72

Total

16

15

15

10

8

8

72

100.00


    * Municipio especial

En el caso de cubanos y cubanas, este premio ha sido otorgado tanto a personas dedicadas al trabajo investigativo de perfil antropológico (Argeliers León, 1998; Manuel Rivero de la Calle, 1999; María Teresa Linares, 2000 y Rogelio Martínez Furé, 2003), como a cultores del patrimonio artístico popular (Celina González, 2001; Lázaro Ros, 2002 y Merceditas Valdés, 2004), es decir, Tesoros humanos vivos o que gozaron de plenitud vital cuando alcanzaron su cenit artístico.

Todo lo anterior se relaciona muy estrechamente con el contenido de la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, tanto en su alcance internacional como en la responsabilidad de cada uno de los Estados Partes. En este sentido, Cuba posee amplios precedentes de trabajo y múltiples resultados en los órdenes artístico, docente, investigativo, museológico y muy especialmente, en la práctica cultural misma.

Un paso reciente ha sido la promulgación de la Resolución No. 126 del 15 de diciembre de 2004 del Ministerio de Cultura en la que se dispone "la creación de una Comisión para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial" y su constitución el 16 de febrero de 2005. Esta Comisión, encabezada por la Presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural e integrada por un amplio conjunto de instituciones, tiene entre sus diversas funciones la de

"... diseñar la política referente a la atención, preservación, promoción y protección del Patrimonio Cultural Inmaterial, a partir de un enfoque multidisciplinario".

Cada una de las instituciones que forma parte de la Comisión acumula una amplia experiencia y goza de merecido prestigio para dar cumplimiento a la gran cantidad de tareas que se derivan de la Convención. Si bien ésta traza pautas que pueden resultar más o menos comunes en el orden internacional, sin duda deben adecuarse a las características de Cuba de acuerdo con su rica diversidad cultural.

En este sentido, pienso que el propio trabajo de salvaguardia del patrimonio cultural, hasta ahora denominado "inmaterial" o "intangible", pero sin lugar a dudas vivo, puede ayudar a perfeccionar determinados enfoques y alcances conceptuales de la propia Convención que aun están muy por debajo de los nobles propósitos que se propone alcanzar.


    Notas

      1. Véase Jesús Guanche. "¿El patrimonio de la cultura popular tradicional es realmente inmaterial o intangible?", en el Sitio WEB Cuba. Una identità in movimento: luglio, Roma, 2003, http://art.supereva.it/archivocubano/inmaterial.html y http://www.nodulo.org/ec/2003/n019p10.htm, en El Catoblepas, Revista crítica del presente, no. 19, Oviedo, septiembre de 2003:10. y en Catauro. Revista cubana de antropología, año. 5, no. 9, La Habana, enero-junio, 2004: 99-107.

      2. Véase Museum international, intangible heritage, no. 221/222, París, May, 2004.

      3. Asesor del "Joong Ang Daily", Ex ministro de cultura y Profesor honorario de la Universidad Femenina de Ewha, República de Corea.

      4. Lee, Young O. "Una urna para preservar la vida: salvaguardia y legado del patrimonio cultural inmaterial", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 5.

      5. Ibídem: 6.

      6. Director del Centro de Tradiciones Populares y Patrimonio Cultural del Instituto Smithsonian, Estados Unidos de América y Miembro del jurado internacional "Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad" de la UNESCO.

      7. La cursiva es mía (JG).

      8. Kurin, Richard. "Los museos y el patrimonio inmaterial: ¿cultura viva o muerta?", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 7.

      9. Ibídem: 7.

      10. Ibídem: 7.

      11. Ibídem: 7.

      12. Catedrática de antropología de la Universidad de Dongkuk, expresidenta de la Sociedad coreana de antropología, Miembro del Comité de cultura del gobierno de Gorea y Miembro del Miembro del jurado internacional "Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad" de la UNESCO.

      13. Yim, Dawnhee. "Tesoros humanos vivientes y la protección del patrimonio inmaterial: experiencias y retos", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004:10; aunque el relativismo cultural también está sujeto a múltiples peligros. Véanse también al respecto David Alvargonzález. Del relativismo cultural y otros relativismos, en: http://www.nodulo.org/ec/2002/n008p13.htm y Gustavo Bueno. Etnocentrismo cultural, relativismo cultural y pluralismo cultural, en : http://www.nodulo.org/ec/2002/n008p13.htm.

      14. Ibídem: 11.

      15. Ibídem: 12.

      16. Director del Museo Nacional de Etnología de Japón y antropólogo social especializado en África oriental.

      17. Matsuzono, Makio. "Museos, patrimonio cultural inmaterial y el espíritu de la humanidad", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 13.

      18. Asesor cultural de la Delegación permanente de Argelia ente la UNESCO, ex ministro de Educación y de Cultura y ex director de información del Consejo Superior del gabinete argelino.

      19. Ex Ministro de Justicia, ex Embajador, ex Presidente del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, miembro del Instituto de Derecho Internacional, es Presidente del Consejo Constitucional de Argelia. Ha presidido la Reunión de expertos gubernamentales encargada de elaborar la Convención.

      20. Smeets, Rieks. "La lengua, vehículo del patrimonio cultural inmaterial", en Museum international, intangible heritage, no. 221/222, París, May, 2004: 159-168.

      21. El aparato fonador está compuesto por un conjunto de órganos que intervienen en la producción de sonidos. También llamado aparato vocal o articulatorio. El objetivo fundamental de estos sonidos es la comunicación humana mediante el lenguaje hablado, pero existen otros animales que disponen también de órganos para producir sonidos, como muchos vertebrados. Véase Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005.

      22. Sería adecuado aclararle a los gestores del concepto de "patrimonio inmaterial" que el sonido es harto conocido como un fenómeno físico que estimula el sentido del oído. En los seres humanos, esto ocurre siempre que una vibración con frecuencia comprendida entre unos 15 y 20.000 hercios llega al oído interno. El hercio (Hz) es una unidad de frecuencia que corresponde a un ciclo por segundo. Estas vibraciones llegan al oído interno transmitidas a través del aire, y a veces se restringe el término sonido a la transmisión en este medio. Sin embargo, en la física moderna se suele extender el término a vibraciones similares en medios líquidos o sólidos. Los sonidos con frecuencias superiores a unos 20.000 Hz se denominan ultrasonidos. Véase Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005.

      23. Baghli, Sid Ahmed. "La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial y nuevas perspectivas para los museos", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 15.

      24. Directora del Museo Nacional de Corea de las artes populares y Catedrática del Departamento de Historia del Arte de la Universidad Femenina de Ewha, Corea.

      25. Kim, Hongnam. "Patrimonio inmaterial y acciones tomadas por los museos", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 19.

      26. Ibídem: 19.

      27. Ibídem: 20.

      28. Rekdal, Per B. "Patrimonio inmaterial viviente", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 21.

      29. City University of London (Reino Unido).

      30. Véase Pavel Jirásek y Hans Jürgen Harras. "La protección del patrimonio cultural", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 22.

      31. Director de estrategia y tecnología Internet del Museo sueco de historia natural, Estocolmo.

      32. Del J. Paul Getty Trust, Estados Unidos de América.

      33. Karp, Cary. "Patrimonio digital y museos del futuro. Problemas y métodos de presentación y preservación del patrimonio digital", en Museos y patrimonio inmaterial. Boletín del Consejo Internacional de Museos, vol. 57, no. 4, París, 2004: 23.

      34. Efectuada en Stavanger, Noruega el 7 de julio de 1995.

      35. Efectuada en Barcelona, España, el 6 de julio de 2001.

      36. Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, Editorial de Ciencias Sociales y Ediciones Geo, 3 t., La Habana, 1997.

      37. Centro de Antropología y Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, CD-ROM, La Habana, 2000. Véase también. Cultura popular tradicional cubana, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinillo y Centro de Antropología, La Habana, 1999.

      38. Véase Jesús Guanche e Idalberto Suco Campo. Consideraciones teóricas sobre la caracterización de las agrupaciones musicales y danzarias de carácter popular tradicional. Ministerio de Cultura, La Habana, 1982.

      39. Véase Zobeida Ramos Venereo. "Tambores de tumba francesa", en Atlas de los instrumentos de la música folclórico-popular de Cuba, Vol.1, 1997: 252-262.

      40. Este autor fue miembro del jurado en el año 2002.

      41. Reglamento del Premio Fernando Ortiz, véase www.fundacionfernandoortiz.org.



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