Cuba

Una identità in movimento


Un día como aquel...

Jorge Risquet Valdés



Julio de 1898 fue el mes del desmembramiento y el ocaso del multisecular imperio español.

El primer día del mes, Madrid ordena al Almirante Cervera, jefe de la escuadra refugiada en la bahía de Santiago de Cuba, hacerse a la mar. El 3, el buque insignia se asoma a la estrecha boca de la rada y es acribillado por la artillería del destacamento de la armada norteamericana, varias veces más poderoso. Igual suerte corren los otros cinco barcos de guerra. Poco más de cuatro horas dura el desigual combate naval. La flota española de las Antillas se hunde en el Caribe. El 16, la guarnición que defiende la ciudad se rinde.

A la ceremonia de la firma de capitulación de la Primera División del Ejército Español ante los generales yankis, no es siquiera invitado el Lugarteniente General Calixto García, jefe de las tropas cubanas que tan decisivo rol han jugado en el aislamiento, cerco y derrota de las huestes colonialistas, a los victoriosos mambises se les prohíbe la entrada en la capital oriental.

De hecho, ha concluido la primera guerra imperialista de la historia por un nuevo reparto del mundo.


II

Diez días después, el 26 de Julio, el embajador de Francia en Washington, Jules Cambon, entrega al Presidente Mc Kinley el mensaje en que la Corona de España propone negociar la suspensión de hostilidades y se apresura a patentizar su "renuncia al dominio colonial sobre Cuba". Más adelante precisa su disposición a "aceptar la decisión que plazca a los Estados Unidos" y expresa su preferencia por "la anexión definitiva".

España sabe muy bien, desde mucho antes de la intervención norteamericana, que la guerra que sostiene contra el pueblo cubano está perdida. Su último recurso, la genocida reconcentración de Weyler, ha fracasado. El decadente imperio ha gastado "la última peseta" y enviado "el último español", mientras que el Ejército Libertador mantiene su vitalidad e iniciativa y es dueño de buena parte del territorio de la Isla.

No obstante, decide ofrecer a Estados Unidos lo que ya ha perdido, frustrar así la victoria mambisa y entregar la Isla a un nuevo amo para que prosiga la infame obra de expoliación y exterminio.

Cuánta ignominia, qué baldón imborrable sobre la historia de España arroja la podrida monarquía con este último acto, después de cuatro siglos de la más despiadada opresión colonial que haya existido jamás sobre país alguno.


III

Un día como aquel 26 de Julio, 55 años después, en 1953, un impar heredero de las tradiciones mambisas y del ideario martiano, Fidel Castro, al frente de una pléyade de jóvenes, reinicia con el heroico asalto al cuartel Moncada la lucha armada interrupta desde 1898, ahora para liberar a la Patria de la tiranía pro yanqui de Batista y de la opresión neocolonial de Estados Unidos.


IV

El emergente y expansionista imperialismo norteamericano se había lanzado a la guerra contra España para arrebatar al carcomido imperio sus posesiones en América y Asia. En modo alguno estaba motivado por simpatía hacia nuestra causa redentora, como hipócritamente estampara en la Resolución Conjunta de su Congreso bicameral: "El pueblo de Cuba es, y en derecho debe ser libre e independiente".

Frente a la pretensión del Gobierno de Madrid, de entregar a Cuba pero retener el resto de sus colonias, Mc Kinley dicta ineludibles exigencias para el cese formal de las hostilidades:

Evacuación inmediata de las fuerzas españolas de Cuba y Puerto Rico en el mar de las Antillas. En el Océano Pacífico, cesión a Estados Unidos de una isla (Guam) en el Archipiélago de Las Ladronas y en el de Filipinas, por el momento, de Manila.

Estas definiciones y las fechas exactas de las discusiones futuras en La Habana y San Juan para precisar los detalles de la retirada y en París para negociar el Tratado de Paz, son recogidas en un Protocolo, en idiomas Inglés y Francés. Se trata de un humillante ultimátum a España.

El 12 de agosto, a través del intermediario francés Cambon, la declinante potencia, hasta entonces tetracontinental, firma su aceptación del Protocolo de armisticio de Mc Kinley.


V

Un día como aquel 12 de agosto, 35 años después, en 1933, el pueblo cubano derroca a la tiranía pro yanqui de Machado, acción que expresa su voluntad de lograr la libertad y la plena independencia nacional.


VI

Tal como estipula el Protocolo Mc Kinley, el primero de octubre se inicia en París la Conferencia de Paz entre las delegaciones de los gobiernos de Estados Unidos y España. El Gobierno de Cuba en Armas no es invitado a asistir.

El tratado de Paz se firma el 10 de diciembre. Esta vez, el documento se rubrica en dos versiones, Inglés y Español. El Presidente del Senado madrileño, Don Eugenio Montero, lo suscribe en representación de Su Majestad la Reina Regente de España y en nombre de Su Augusto Hijo Don Alonso XIII.

En el Tratado de París, España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. La potencia colonial derrotada, cede a los Estados Unidos la Isla de Puerto Rico, la Isla de Guam y el Archipiélago de las Filipinas, hasta entonces bajo su soberanía.

Amparado en estos Acuerdos, el Primero de Enero de 1899, desembarcan por el puerto de La Habana las tropas norteamericanas e inician la ocupación militar de toda la Isla.


VII

Un día como aquel Primero de Enero, 60 años después, en 1959, el Ejército Rebelde entra en Santiago de Cuba y el Comandante en Jefe proclama la victoria de la Revolución. Cuba alcanza al fin su verdadera y definitiva independencia y edifica, desde hace cuatro décadas y cuatro años, el Socialismo, como expresión de toda la justicia que requería Martí para la República. "Mientras quede una injusticia por reparar — como advirtió Maceo — la Revolución no habrá terminado".


VIII

A 105 años del Tratado de Paz de París y de la ocupación militar estadounidense, nos enfrentamos con entereza y decisión inquebrantables al imperio del Norte, hoy dirigido por un Gobierno que pretende adueñarse del mundo e implantar el milenio norteamericano, plagio delirante de la ideología hitleriana, que tiene en el actual Jefe del Gobierno de España a su más servil lacayo en Europa.

En esta difícil hora de la humanidad, nuestro pueblo luchará, resistirá y también vencerá.


Fuente: Granma Diario
http://www.granma.cubaweb.cu/2004/01/02/nacional/articulo06.html


Cuba. Una identità in movimento

Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma, Italia

© 2000-2009 Tutti i diritti riservati — Derechos reservados

Statistiche - Estadisticas