Cuba

Una identità in movimento


Elvis en el recuerdo

Astrid Barnet


Iván y Elvis

Iván Colás CostaCuentan que a un niño cubano, días antes de cumplir los once años de edad, sus padres le dieron a escoger entre una bicicleta o una guitarra. Él se decidió por la segunda y poco tiempo después, acompañado de ella y con mucho orgullo, formó parte de un coro de negros jamaicanos y norteamericanos de una iglesia protestante de su ciudad de origen.

Con el tiempo, ese pequeño aprendió a conocer y a amar las melodías y sonoridades de una de las capas sociales más discriminadas de Estados Unidos. Pero, paradójicamente, la influencia mayor le vino a través de la voz y actuación de un joven blanco que, años después, llegaría a ser una de las figuras más famosas y reconocidas internacionalmente de la música popular norteamericana.

Un poco de alegría y otro de poco de nostalgia marcan los recuerdos de aquella época del actor cubano Iván Colás Costa. Su modesto hogar, en Caimanera, provincia de Guantánamo, sus padres y hermanos, su escuela, sus compañeros de estudio, sus maestros, su primera novia. Y también... alguien que, desde aquel entonces, marcó su vida no sólo artística sino también espiritual.

"Una noche del año 1956 — recuerda Iván —, escuché desde la vitrola de un bar cercano a mi casa una bella melodía entonada por una voz inusual. Al día siguiente indagué acerca del cantante con los empleados de aquella instalación. Era Elvis Aaron Presley, un joven oriundo del sur de Estados Unidos. Desde ese día traté de imitarlo acompañado de mi guitarra".

"También en la escuela las muchachas me pedían que cantara o moviera las piernas como Elvis... Era toda una diversión tratar de imitar a alguien que ya era un verdadero ídolo para mí. Incluso, me enorgullecía saber que ambos teníamos el mismo signo zodiacal, Capricornio. Así lo hacía y así crecí, convertido en un ferviente admirador del Rey del Rock".

Tras graduarse en la Escuela Provincial de Arte de Oriente, en 1964, Iván Colás inició su prolífica carrera como actor en el teatro y, poco tiempo después, en la radio y televisión cubanas. Su éxito fue tan notable que llegó a ser uno de los rostros y de las voces más buscadas en esos medios. Específicamente, durante las décadas del 60 y 70 desempeñó algunos papeles protagónicos — como galán incluso —, en programas radiales y televisivos del mayor rating para adultos y niños. Ha actuado también en algunos filmes cubanos, entre ellos, El Hombre de Maisinicú (1972) y Frutas en el Café (2003), correspondiente este último al cine cubano independiente y ganador del primer premio en el Festival de Cine Pobre, en la ciudad de Gibara. En él, además de actuar, cantó un fragmento de una balada de Presley: Can't help falling in love.

Con 43 años de vida artística — nació un 13 de enero de 1946 —, su trabajo creativo aún perdura y perfecciona día a día.

"Con el tiempo y la ayuda de algunos amigos y conocidos — apunta —, he logrado compilar unos 500 materiales y objetos relacionados con la vida y obra del Rey del Rock. Entre ellos periódicos, revistas, discos negros y CDs, además de videos, películas y souvenirs comerciales diversos".

Dice Colás que en fecha reciente, le propusieron hablar acerca de este material en un programa de la Televisión Cubana llamado Coleccionando, donde se realizan entrevistas y reportajes a personas que se dedican a atesorar objetos de diferentes tipos.

"El reportaje tuvo una repercusión inesperada para mí — subraya —. A tal punto que hubo que hacerlo en dos partes debido a la gran cantidad de personas interesadas en la vida de Presley, entre ellas, viejos fanáticos y también jóvenes... Posteriormente me invitaron a otro programa de la televisivo, Bravo — muy conocido por su alto nivel de especialización en materia de grandes conciertos y personalidades afines a ellos —, y en él presenté un video de un recital de Elvis, del verano de 1970, en la ciudad de Las Vegas".

Para este actor, Presley ha significado y significa mucho para la historia de la música popular norteamericana, en especial, para la del pueblo negro de Estados Unidos...

"No obstante carecer de una preparación profesional artística, creó un estilo musical único, repleto de matices y sonoridades, muy diferente a la música de la gente blanca y para la gente blanca de su país".

Independientemente de la riqueza histórica que guarda, Iván Colás tiene muchos planes y proyectos, pero el más sobresaliente lo expresa cuando a su mente acude

"... la respuesta que un anciano negro conocido con el pseudónimo de Big Dad, le diera al joven Elvis cuando este le preguntó acerca de la significación de los blues: 'Sacar todo lo que llevas dentro'... Y esto siempre es lo que hago cuando pienso en planes o proyectos, sobre todo en mi trabajo como actor: continuar llevando a escena, más perfeccionado, todo lo que llevo muy dentro de mí".

Y concluye:

"Pero tengo también un sueño que quisiera ver cumplir. Y es el de visitar algún día la residencia donde vivió durante años y falleció el Rey del Rock, en Memphis. Así abundaría más en el recuerdo de aquella guitarra, regalo de cumpleaños de mis padres, que aunque haya dejado de sonar con el tiempo, me ha permitido seguir soñando como joven".


El Rey del Rock

Al abundar acerca de la vida y obra del Rey del Rock, Colás relata:

"Fue un hombre surgido de los estratos más humildes de la sociedad, sin formación profesional alguna, y devenido músico y cantante de reconocido prestigio internacional. Y si bueno fue como artista, superior fue como ser humano".

"Nació en Tupelo, Mississippi, un 8 de enero de 1935 y, a los 13 años, se mudó con sus padres a Memphis, Tennesse, una ciudad más desarrollada y con mayores posibilidades de trabajo. Allí se crió y compartió sus juegos y estudios junto a niños y adolescentes negros. Frecuentaba Beale Street, una calle donde habitaban personas de la raza negra y donde abundaban algunos centros nocturnos relacionados con ritmos melódicos como el blues, country music, jazz y soul".

"Años después quiso la casualidad o el destino que se encontrara con Sam Phillips, dueño de la casa discográfica Sun Records y quien buscaba desde hacía tiempo un hombre blanco que cantara igual a los negros. Conoció a Elvis a través de dos canciones baladas grabadas por él en esa casa: My Happiness y That's All Right, y fue esa la primera ocasión que su voz quedó grabada en matriz".

Mi voz es una voz normal... Lo que la gente quiere ver es cómo la utilizo, expresó Elvis a un periodista un tiempo después.

Según Colás,

"... en 1955 un empresario llamado Thomas Andrew Parker lo descubre: Cuando vi a Elvis por primera vez, todo lo que tenía de importancia era un millón de dólares en talento, afirmó aquel individuo cuyo pasado era bastante oscuro y quien con el tiempo pasó a ser el representante comercial del joven de por vida, tras firmar, con autorización de los padres de Elvis (era menor de edad), un contrato en exclusiva que los ligaría para siempre".

"Tú te encargas de cantar — le decía —, que yo me encargo del negocio. Por ejemplo, en 1956, al inicio de su vida artística, el joven cantante percibía 75 000 dólares diarios. Pero años después, Parker estaba involucrado en todas las actividades de Elvis, de las que obtenía un 50% de las ganancias".

"A esto se agregaban las grandes sumas de dinero — la mayor parte en efectivo — que representaban las ventas de souvenirs del cantante. Se sabe que en una ocasión, depiló una perra, envasó los cabellos del indefenso animal en sobrecitos de nylon y luego los vendió como si fuesen parte de las patillas del rockero".

Temas como el de la discriminación racial nunca resultaron ajenos para el joven cantante. Al respecto, nuestro entrevistado destaca que

"... repudió y enfrentó la discriminación que existía contra los artistas negros de su país. A tal punto que, en los años 50, el odiado Ku Klux Klan (KKK) lo consideró una especie híbrido de blanco-negro y le hizo objeto de múltiples amenazas".

"Mas no le importó, prueba de lo cual es su balada In The Ghetto, y también los muchos amigos negros que tuvo, gente de pueblo y gente famosa, como el cantante Sammy Davies Junior".

Acerca de su actuación en escena, Iván recuerda que

"... tenía un gran oído musical, por lo que podía manejar todos los registros vocales sin esfuerzo alguno, con diversas modulaciones".

Añade que fue igualmente uno de los primeros artistas de aquella época en romper esquemas de actuación ante el público, debido a su vestimenta y a su forma de mover el cuerpo.

"Los llamados elementos moralistas lo atacaron en muchas oportunidades... Producto de ello lo enrolaron en el servicio militar un tiempo, lo que provocó un ascenso aún mayor de su nivel de popularidad en Estados Unidos y en el mundo".

El cantante también soñó llegar a ser un gran actor, pero sólo pudo actuar en filmes de poca importancia debido a la continua oposición de su manager. En varias oportunidades le ofrecieron desempeñar roles protagónicos, como en 1975, cuando le propusieron el de Rodolfo Valentino.

"En numerosas entrevistas, — expresa Colás —, habló acerca de la necesidad de paz y amor en el mundo, sentimiento que trasladó a su canción If I can dream, y esas ideas progresistas las demostró también cuando se brindó a servir como agente secreto en la lucha antidrogas de su país".


Elvis en el tiempo

A partir de los años setenta, los conciertos diarios fueron afectando la salud del cantante. Este se veía obligado a ingerir y depender de drogas relajantes, como las anfetaminas, las que le eran recetadas por su médico personal como inofensivas vitaminas con energía extra. A esto se agregó la aparición de un glaucoma que lo obligó a usar gafas oscuras, además de problemas de ulceración, un aumento de su presión arterial y un desconcertante sobrepeso. Pero nadie quería hablar de ello, porque las sumas de dinero recibidas por cada actuación eran millonarias.

Fueron innumerables las veces que tuvo que ser recluido en The Baptist Hospital, en Memphis, Tennessee, como consecuencia de la ingestión de anfetaminas. Y en esa misma ciudad dejó de existir un 16 de agosto de 1977.

Según medios de prensa, en 1979 el Colegio Médico del Estado de Tennessee acusó al médico personal del artista, George Nichopoulos, de haberle prescripto más de cinco mil pastillas de anfetaminas en los últimos siete meses a su deceso. Pero, no obstante las protestas por parte de numerosos galenos y de muchos fanáticos y simpatizantes del rockero, Nichopoulos salió absuelto.

Actualmente Graceland, la residencia en Memphis del Rey del Rock, donde también descansan sus restos, es el lugar más visitado de Estados Unidos, superado únicamente por la Casa Blanca. Fue abierta al público en 1982 y, según The New York Times más de un millón de personas la visitan cada año, lo que representa en igual período más de 75 millones de dólares en ganancias.

Hace pocos años, su hija Lisa Marie, promovió una subasta de objetos personales de Elvis y, con lo recaudado, propició la construcción de un asilo para pobres sin hogar, el Presley's Place, en Memphis.

Asimismo, el artista sureño estadounidense vendió más discos durante su carrera que ninguna otra figura artística — incluidos The Beatles, Frank Sinatra, Mickael Jackson y otros ídolos —, y aún ocupa el número uno de ventas en la Unión.

Sin lugar a dudas Elvis es una leyenda, y el ejemplo lo tenemos en aquella afirmación de los Beatles, en 1963, de: Somos cuatro Elvis. O en aquella otra del Beatle John Lennon: Antes de Elvis no hubo nada. Si no hubiera sido por él no habrían existido los Beatles.


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