Cuba

Una identità in movimento

Jiguaní: Donde se tuerce la hierba de la reina


Un lugar como este, quizás pase inadvertido para muchos que no imaginan los secretos guardados entre chavetas y aromas, capaces de embriagar a todo el que lo visite.

La fábrica de tabaco Bernarda Toro Pelegrín, ubicada en la carretera central de Jiguaní (a unos 25 kilómetros de Bayamo); pero un poco distante de la urbe, permanece parsimoniosa a la vista del transeúnte.

Unos 248 trabajadores conforman la plantilla del centro. La labor se divide en tareas específicas para cada departamento de todos los que configuran esta gran casa matriz de la producción tabacalera.

Desde el área para la clasificación del tabaco, supuesto recinto del mejor cateo, se mantiene una línea de selección, con el transporte de una hoja óptima hacia el salón de los torcedores. Por disímiles manos se desplaza este producto que en un tiempo ya muy lejano se diera a conocer en Cuba como "la hierba de la Reina", disputando otros sinónimos tales como nicotina, en honor a Juan Nicot, vocero de la existencia del mismo en nuestra isla. Sin ir más allá de las tierras jiguaniceras, la confección del manido tabaco traspasa el instante de saborearlo.

Con la manufactura o la nueva tecnología el rigor es semejante y su seguimiento no descansa hasta ser depositado en el camión de carga con una temperatura igual a la del escaparate, habitáculo destinado para el producto final.

Esmerada atención se enfatiza en el clasificado con los diferentes anillos que comprometen al habano. Romeo y Julieta, Cervantes, Corona, La Perla y demás se disputan la excelencia dentro del Montecristo, protagonista de los anteriores y cabecera de una exigencia sólo satisfecha por aquellos que viven con la fragancia en la piel y el gusto en las manos.

No sólo el consumo exterior, absorbe la dedicación de todos, lo nacional tiene su preferencia; el Moya está previsto en una cifra de 600 mil unidades de breva y alrededor de 1 millón de peticeto, palabras técnicas entre esta rama; pero traducido a la variedad de la materia destinada a este artículo.

El cargamento referente a la negociación en divisas, abarca cifras reservadas en esta ocasión, cumpliendo siempre con lo establecido, se cuida de cualquier especulación por parte de la empresa con la seguridad de saldar las propuestas de la provincia.

El temor está quizás en los golpes causados por los fenómenos atmosféricos, dañando las mejores plantas cosechadas en el occidente, las cuales cuentan con el primer lugar en textura.


El poder de la palabra

Parecería un arte común; mas el simple hecho de moderar la voz, buscar el timbre adecuado para desarrollar una lectura afable al oído, obligan a reciprocar respeto a Juan Ignacio Silveira. Alguien que día tras día regala fantasías a los tabaqueros habituados ya a aquel hombre de libros.

Silveira, cada mañana, enrumba su andar moderado hacia la "Bernarda Toro Pelegrín". Incontables son los textos leídos, en más de una década.

Para él los periódicos no tienen rivales a la hora de leer. Son la entrada a lo que información se refiere. Tras su análisis y discusión llega el momento de la literatura, perseguida por muchos, y a través de la cual ha sabido fomentar "el bichito" del conocimiento.

Escenario y espectadores, bastante críticos por cierto, resumen su audiencia y que no por el constante sonar de sus chavetas (símbolo de la persona dedicada a esta profesión), rechazan ese espacio reservado en el cual concentran su mundo en las letras.

"Quizás no delimite muy bien mis conocimientos acerca de este cultivo afrodisíaco para los fumadores, lo que si me satisface es el rostro de placer mostrado por mi gran público después de la jornada diaria, luego de esa lectura que para mí es la primera", declaró, dejando escapar una leve sonrisa, este amante del saber.


Entre salones

Con tiempo calculado rotan los días para el cierre. Nada provocará que este humo, entre hojas gruesas, palidezca ante el último instante.

"La fuente de trabajo no es la ideal, encontramos un material con el cual nuestros esfuerzos se redoblaron, mas sentimos la diferencia", nos comentó la administradora, Estrella Barcaz Ginarte.

En los sitios que conforman esta fábrica, se respira un rumor solo evidente a la incumbencia de los antiguos catadores, delimitar aspectos positivos y desventajas conllevadas por la presencia de la hoja que ahora se resbala en las tablas.

Sin embargo, la norma no decae, el empaque menos... todo seguirá como hasta entonces, los cómplices de este ajetreo recibirán merecidos elogios, que la institución gratifica con una selección de los mejores puros.

Sencillez y profesionalidad circundan estos salones y, amén de los ciclones, allí continuará torciéndose con maestría la hierba de la reina.


Publicado en www.cubaindustria.cu/ 5 de Noviembre 2004


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