Cuba

Una identità in movimento


Rescate del cadáver de Antonio Maceo

Félix Milián Milián


Carga al macheteHay momentos difíciles en la historia en los que la consternación y el desconcierto hacen presa aun de sus hijos más valientes y es entonces cuando algunos combatientes prueban su audacia y decisión. Ese es el caso del coronel Juan Delgado, quien rescató los cadáveres del Lugarteniente General Antonio Maceo y su ayudante el capitán Panchito Gómez Toro, caídos en San Pedro, provincia de La Habana, el siete de diciembre de 1896, hace ahora 106 años. La muerte del Titán de Bronce provocó en las huestes mambisas tal confusión y desánimo que los generales próximos a él no atinaron a recoger su cuerpo, y no faltó quien pensó que la pérdida irreparable significaría el fin de la guerra.

Fue en aquel momento cuando el coronel Juan Delgado, enterado de la noticia por quienes se retiraban, decidió regresar al lugar y evitar que el cadáver sirviera de trofeo a los españoles.

Ante la duda y el desaliento de otros coroneles, el recio luchador habanero pronunció unas palabras que patentizan su alto concepto del honor:

Primero me presento a los españoles, a que se entere Máximo Gómez que yo he estado en este fuego y he dejado que el enemigo se lleve el cadáver de Maceo.

A continuación se irguió sobre los estribos y gritó:

... el que sea cubano y tenga valor, que me siga.

La arenga encontró respuesta en una veintena de cubanos, cansados y tristes, pero dispuestos a salvar el honor de la causa independentista.

¿Quién era aquel hombre que así habló?

El coronel Juan Delgado fue uno de los jefes insurrectos de La Habana que más que hacer dio a las tropas peninsulares de los alrededores de la capital y un verdadero azote de los malos cubanos al servicio de la Corona.

El 27 de diciembre de 1868 nació en el municipio habanero de Bejucal, en el seno de una familia campesina.

Muy joven fue a vivir al poblado de Santiago de Las Vegas donde conspiró, reclutó hombres, preparó armas e intentó hacer contacto con las fuerzas insurrectas.

El 13 de enero de 1896, al conocer de la presencia de Gómez en Bejucal, con solo un machete y un revólver marchó hacia su pueblo natal y se integró al Ejército Libertador.

Al día siguiente, Juan Delgado se distinguió en una carga al machete y el Generalísimo lo nombró capitán, con el encargo de formar el regimiento "Santiago de Las Vegas" que llegó a contar con más de 500 hombres armados.

Aunque alegre y jaranero, era temible en el combate, y entre sus acciones de guerra sobresalió la de Calabazar, donde con solo 36 efectivos derrotó una tropa de más de un centenar de soldados.

Al frente de un reducido grupo de hombres, el coronel Juan Delgado avanzó hacia el lugar donde cayó el general Antonio y su ayudante Panchito Gómez y ordenó disparar para determinar el sitio en que estaba el enemigo. El fuego fue contestado por una partida de traidores que desvalijaban los cadáveres, huyendo después.

Los cubanos aprovecharon ese momento para rescatar ambos cuerpos, a solo 300 metros de las posiciones enemigas. Juan Delgado entregó los restos al campesino Pedro Pérez y sus hijos, quienes los ocultaron hasta su exhumación al finalizar la guerra para ser colocados en el mausoleo del Cacahual.

El coronel mambí prosiguió la lucha hasta el 23 de abril de 1898, cuando a pesar del armisticio dictado por las autoridades españolas fue asesinado junto a dos de sus hermanos.


Fuente: http://www.lademajagua.co.cu/secciones/historia.htm


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