Cuba

Una identità in movimento


Una mirada a Estados Unidos, "Puesto que acá las elecciones a senador y representante se sacan a fuerza de dinero"

Wilkie Delgado Correa


Está en desarrollo la campaña de elecciones intermedias en los Estados Unidos. La política norteamericana moviliza las fuerzas de sus dos partidos para hacer realidad la aspiración de cada uno a la supremacía en la Cámara y en el Senado. La propaganda, los intereses y el dinero se mueven por canales públicos y subterráneos. Lo evidente y lo oculto del proceso eleccionario marchan paralelamente, aunque en el mundo de hoy, sólo un ciego podría ignorar todo lo que anda subrepticiamente en las elecciones norteamericanas, y sólo un papanatas podría creer todo lo que la propaganda magnifica sobre lo que ocurre a la vista pública.

Para echar esta mirada a las elecciones, desde una perspectiva de análisis y reflexión, nos valdremos del genio político de José Martí, Héroe Nacional de Cuba, quien, como veedor profundo de su época, supo escudriñar la realidad norteamericana del siglo XIX, y fue capaz de vislumbrar las tendencias futuras que entonces empezaban a engendrarse, como males públicos, en el seno de la sociedad de Estados Unidos. Sólo queda por aclarar cuanto hay de cierto de los fenómenos descritos entonces, en el presente norteamericano.

Martí aborda el asunto de la política en Norteamérica a la luz del comportamiento de su clase gobernante, y sentencia:

    "Un pueblo es en una cosa como es en todo. Cuando los Estados Unidos empiecen política, será como sus negocios. ¿Cómo podrán ser diferentes?".

Al centrar su observación en el proceso electoral, Martí reflexiona:

    "... para nadie puede pasar desapercibida la lucha electoral que se acerca en la república vecina, el interés . en conservar el poder, los extraordinarios manejos electorales con que en los Estados Unidos los bandos se combaten".

    "... corre un aire puro por las asambleas políticas de este país, señor en apariencia de todos los pueblos de la tierra, y en realidad esclavo de todos las pasiones de orden bajo que perturban y pervierten a los demás pueblos".

    "Se vive de mayo a noviembre viendo ruindades, y en disgusto y alarma".

    "Es recia y nauseabunda una campaña presidencial en los Estados Unidos. Desde mayo, antes de que cada partido elija sus candidatos, la contienda empieza. Los políticos de oficio, puestos a echar los sucesos por donde más les aprovechen, no buscan para candidato a la Presidencia aquel hombre ilustre cuya virtud sea de premiar, o de cuyos talentos puede haber bien el país, sino el que por su maña o fortuna o condiciones especiales pueda, aunque esté maculado, asegurar más votos al partido, o más influjo en la administración a los que contribuyen a nombrarlo y sacarlo victorioso".

Martí señala quienes son los donadores principales a la campaña de los candidatos, sean presidentes o congresistas:

    "... los capitalistas que a cambio de leyes favorables a sus empresas apoyan al partido que se las ofrece".

Relata en su artículo "Un gran escándalo" las interioridades de los componentes en la vida pública en Estados Unidos. ¿Cuántos escándalos de los procesos electorales de Estados Unidos se ventilan en la prensa en los tiempos actuales? ¿Cuántos hechos de posibles escándalos no salen a luz pública por razones diversas?

    "Ese fue colosal escándalo que se dio aquí cuando el Credit Mobilier en que el mismo Garfield apareció envuelto; representantes y senadores recibieron paga, en dinero o acciones, de la compañía, por determinar con sus votos en el congreso la legislación favorable a la empresa; por distribuir en provecho de los que los sobornaban, las tierras, los fondos y los derechos públicos, para guardar los cuales habían sido nombrados y se les pagaba sueldo; ¡para robar, so capa de legislar , al erario público, y lo que importa más, al erario de los derechos de la nación, vendidos por los mismos que reciben sueldo para custodiarlo!".

    "¿Cómo se puede suponer, sea cualquiera la función legal a que se acuda, que el jefe de un departamento no influye en un litigio de su departamento, en que le va una gran fortuna? ¿Cómo, siendo una en la mente pública las personas del jefe del departamento y el empleado menor que está bajo él, no ha de suponerse que la Secretaría de Justicia ha accedido a entablar el pleito porque el Secretario sacará de él, si lo gana, inmensa fortuna? ¿Cómo no ha de parecer indecoroso que uno de los más altos empleados de la República use el poder y las cajas de la nación en un litigio en que le espera conocidamente provecho personal? ¿Cómo ha de ser imparcial en el caso, como es su deber, el que tiene en él tan conocida y valiosa parcialidad?".

En un análisis del comportamiento de las votaciones en el congreso sobre proyectos de leyes, al enfocar el resultado de los mismos concluyó:

    "La razón es visible, puesto que acá las elecciones a Senador y Representante se sacan a fuerza de dinero".

    "... las candidaturas no son más que el laborioso ajuste de ambiciones rivales, animadas por el lucro del puesto más que por el noble deseo de adelanto político; y en ellas vence aquel que ofrece el partido, tanto republicano como demócrata, más seguridades de pagarle el empleo con favores, con partes de sus ganancias, o con su honor a veces, cuando los riesgos en que suelen caer los que viven en esas encrucijadas se lo exijan".

    "Porque en esta cadena el delincuente cuyo voto ayuda a la fuerza electoral del cervecero de un barrio tenebroso, está unido al mismo gobernador del estado, a los jueces que son electos por el voto público, al fiscal que ha de acusarlo".

Sobre los males que aquejaban a los partidos políticos, demócratas y republicanos, señalaba:

    "Los partidos políticos actuales, incapaces de afrontar con una intención unánime los problemas vitales de la tarifa, la moneda pública y el trabajo, están descomponiendo, y mostrando al país su egoísmo e incompetencia".

    "Y como el que elige es aquí el que manda, se halaga al que elige, que como se ve no siempre es persona que debiera elegir,- y se le compra el voto, en ese odioso sistema, con una garantía de impunidad futura".

    "Regidores y policía son buenos amigos: con esa amistad, los vicios, que son siempre vicios, florecen ante los ojos cerrados de las leyes, y compran en la hora de la elección los votos que aseguran en los puestos públicos de los amigos".

    "Un gobernador compra a cincuenta pesos los votos de los delegados a la convención reunida para nombrar el candidato del partido. Otro ofrece perdón a los criminales de la penitenciaria".

    "¡Los senadores compran la legislatura!".

    "Más que entre demócrata y republicanos, el congreso está dividido entre proteccionistas y libre cambistas".

Martí también profundiza en la urdimbre del sistema electoral y los intentos de irrupción de otras fuerzas políticas. Señala, asimismo, la conexión con la prensa.

    "Los partidos políticos, aunque alarmados, atienden más a sus apetitos y rencores que a este elemento nuevo que amenaza su existencia. La prensa, que vive de las castas creadas, teme perder su clientela, si les denuncia la verdad del riesgo; y el congreso, compuesto en su mayoría de hombres criados al favor de ellas, tiende a captarse con leyes indirectas y menores la voluntad de esa masa nacional que crece, pero sirve en las leyes reales e inmediatas a las empresas, a los bancos, a la corporaciones, a los poderes de quienes dependen su elección y fortuna".

La mirada reflexiva de Martí profundiza en la corrupción del sistema electoral, que se alimenta del fraude en las votaciones.

    "... cómo se cuentan, se revisan, se falsifican, se roban los votos, y, en suma, cómo, y con qué obstáculos y ventajas, obra en la práctica el sistema electoral de los Estados Unidos".

Martí describe el escenario de las asambleas políticas con vistas a las elecciones de esta manera.

    "En la galería bulle el público común, el proscenio está adornado con bandera norteamericana. Sobre la mesa presidencial, como el Espíritu Santo, abre las alas, entre un haz de pabellones plegados, un águila dorada. En el escenario apenas caben los prohombres, los invitados especiales, los caciques de distrito, prósperos, mostachudos, rubicundos, cranirredondos, ventripotentes. Delante de la escena, en los asientos de la música, tiene la prensa su campamento".

    "¿Qué es la convención? ¿Quiénes las forman? ¿?Con qué diversos objetos se reúne? ¿Cuáles son sus funciones en la campaña presidencial? ¿Cómo designan los partidos a su candidatos a la presidencia? ¿Cómo es aquí la política práctica?"

    "De arriba viene, tal vez más influencia de la que debiera, a estas organizaciones de partido que parecen tan libres, y que no lo son tanto, ni tan desinteresadas como parecen; pero aún se hace sentir en sus decisiones el influjo de abajo. De abajo arranca toda esa máquina pública, de la única raíz legítima del poder, de la junta popular, de la asamblea local, de la agrupación de los copartidarios políticos en cada caserío, en cada aldea, en cada barrio: -arranca de lo que aquí se llama caucus".

    "Por los votos se obtienen los empleos. Desde los empleos se reparten los dineros públicos. Los dineros públicos van, en una forma u otra, a los que dan los votos. Esa es la máquina política de todo el Estado".

El resultado final de tales elecciones queda resumido por Martí en apenas dos frases.

    "¡Al poder los amigos de los ricos, y la política que los sigue enriqueciendo¡"

    "Es imposible desafiar la voluntad de los que sostienen con su dinero al partido".

Martí juzga la indiferencia en las cuestiones públicas a la luz de su concepto y convicción de que.

    "... un voto descuidado es un derecho perdido, y la indiferencia en el sufragio, la antesala del déspota".

Creo que en este caso el déspota puede ser una persona, una clase dirigente (la plutocracia) o un partido de esa clase (Demócrata o Republicano).

A manera de conclusiones sobre las elecciones en Estados Unidos, pueden tomarse estas reflexiones de Martí:

    "En verdad que en los Estados Unidos el afán exclusivo por la riqueza pervierte el carácter, hace a los hombres indiferentes a las cuestiones públicas en que no tienen interés marcado, y no les deja tiempo ni voluntad para cumplir con su parte de deber en la elaboración y gobierno del país, que abandonan a los que hacen oficio de la cosa pública, por ver en ella desocupación desahogada y lucrativa".

    "Se mira aquí la vida, no como el consorcio discreto entre las necesidades que tienden a rebajarla y las aspiraciones que la elevan, sino como un mandato de goce, como una boca abierta, como un juego de azar donde sólo triunfa el rico".

A manera de conclusiones contemporáneas sobre el asunto, cabe plantearse un resumen de interrogantes sobre las realidades en el mundo de la política norteamericana de hoy.

¿Cuánto hay de cierto en el hoy norteamericano -salvando la distancia de siglo y medio, por supuesto- de los fenómenos presentes en la política del siglo XIX, que Martí describiera, y sobre las cuales reflexionara con honrada preocupación?

¿Qué dimensión han alcanzado aquellos males públicos y en qué medida constituye un paradigma de lo peor de la política?

¿De qué maneras se compra y vende el voto en todas las instancias del sistema electoral norteamericano, y qué redes de laberintos conducen a los resultados apócrifos de un sistema que también se vende y se compra con el título de democrático y de modelo para el mundo?

¿Cuánto cuestan todas las campañas electorales de los candidatos triunfadores y derrotados, en todas las instancias del sistema político norteamericano, a los bolsillos de todos los donantes, ya sean particulares, empresas y organizaciones?

¿Cómo se pagan a la vez, esos favores de la "generosidad" de los donantes a las campañas de los candidatos, y con qué porcentaje de ganancias?

¿Por qué razones los grandes donantes aportan generalmente, a la vez, donaciones de fondos al Partido Republicano y Demócrata?

¿Con cuántas leyes en los más diversos campos, que representan en la práctica negocios suculentos y cifras millonarias del peculio público y privado, se pagan los compromisos corruptos de la campaña?

¿Cómo funciona y qué grado de corrupción implica, la existencia de la reconocida institución y profesión del cabildeo en la máxima instancia del poder político?

¿A cuánto asciende globalmente el debe y el haber en las partidas de contabilidad del gran negocios del sistema electoral norteamericano, y cuál es la ganancia neta que para en los bolsillos de los candidatos y donantes y del círculo conexo de influencias, incluyendo a la prensa?

¿Cuántos representantes y senadores son electos honradamente, que es cierto que los hay, durante cada legislatura?

¿Qué son hoy el partido republicano y demócrata sino el mismo perro de la política norteamericana con diferente collar?

¿Qué grado de motivación o, mejor, qué grado de indiferencia por la política, vista y valorada tal cual es en Estados Unidos, afecta a la población norteamericana, que provoca un porcentaje de abstencionismo que alarmaría al sistema político de cualquier nación?

¿Qué clase de democracia es esa en que los candidatos son electos, generalmente, con una ínfima minoría de votantes con respecto a la población con derecho al sufragio?

¿Qué colosal grado de corrupción política se corresponde con las evidentes manipulaciones y manifestaciones de fraude electorales, que compromete a todo el sistema político de la nación, tal como ocurrió en la primera elección a la presidencia de George W. Busch?

¿Cómo es posible que las clases gobernantes de Estados Unidos pretendan imponer al mundo la hegemonía de tal sistema político y electoral, sí, tal como expresara José Martí, es realmente "señor en apariencia de todos los pueblos de la tierra, y en realidad esclavo de todas las pasiones de orden bajo que perturban y pervierten?".

¿Qué república democrática es esa en que la política es un negocio y los negocios viven de la política?

¿Hasta cuándo el pueblo norteamericano, noble como cualquier otro pueblo, permitirá que la clase gobernante le haga daño a su propia imagen y prestigio?

¿Cuándo los Estados Unidos transformará su esencia de imperio hostil y rapaz en una república solidaria para el resto del mundo?


Página enviada por Wilkie Delgado Correa
(4 de octubre de 2006)


    Dr Wilkie Delgado Correa
    Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Medicas de Santiago de Cuba


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