Cuba

Una identità in movimento


Omar Sosa: toco el piano como 88 tambores

Gian Franco Grilli


Nacido en 1965 en Camaguey (Cuba), el pianista y compositor Omar Sosa Palacios es uno de los más originales y prolíficos jazzistas aparecidos en la escena internacional desde la mitad de los años Noventa. Durante este tiempo ha firmado veinte álbumes con su nombre y ha colaborado a otras tantas producciones con artistas afamados a nivel mundial entre jazz, latin jazz y world music. La carta ganadora de Sosa ha sido encontrar y combinar los africanismos sonoros presentes en las Américas con aquellos ancestrales del continente negro, como en su última producción "Afreecanos".

Durante su última gira italiana hemos encontrado el "santero" Omar en el Teatro Asioli de Correggio (RE) mientras que estaba alistando los últimos detalles del ritual Yoruba que anticipa siempre cada uno de sus conciertos.


Como artista de un país que cuenta con gigantes del piano como a Chucho Valdés y a Gonzalo Rubalcaba, ¿para ti que significa el éxito que has tenido en poco más que diez años?
Es un honor estar en un panteón donde hay grandísimos músicos como Chucho y Gonzalo, que considero dos de los mejores pianistas del mundo.

¿Se puede hablar de una escuela pianística caribeña?
El lenguaje original que nuestros grandes artistas supieron desarrollar nos permite hablar de pianismo caribeño, una escuela que nace desde el encuentro entre la armonía clásica europea, influenciada por el jazz europeo, y la herencia africana presente en el Caribe. Y, en nuestro idioma, la parte rítmica es muy importante, diría única.

Foto: G.F. GrilliVamos a tus primeros pasos. ¿Te acercaste a la música por tradición familiar o ha sido una libre elección?
Hacer música es una bendición, una especie de mensaje que llega de los ancestros, desde los Espíritus, desde los Orishas; ellos me indicaron que este era mi camino. Yo quería ser violoncelista pero, mientras que estaba estudiando este instrumento, el profesor me dijo: "Para tocar el violoncelo tus manos no son suficientemente grandes y particularmente el quinto dedo. Te aconsejo las percusiones”. Fue así que, a los cinco años, empecé a estudiar percusión clásica, tímpanos, rullante, xilófono, marimba, etc. Pero, al mismo tiempo crucé también el camino de la música popular. Luego del violoncelo y de las percusiones empezé a tocar piano pero la percusión es la base de mi trabajo y toco el piano con una concepción rítmica. No he estudiado el piano clásico sino el complementario, "de segunda mano" como decimos en Cuba. Yo toco el teclado como si fueran 88 tambores.

¿Recuerdas tu debut musical, donde pasó, cual grupo tocaba contigo y que tipo de música?
Si, con un grupito cuando estudiaba en la Escuela Provincial de Arte de Camaguey y hacíamos las "cover" de Los Van Van; empecé tocando el güiro y, luego, como corista.

¿Tocaste con grupos de música bailable, son, salsa o timba, con cuales y por cuanto tiempo?
Luego de haberme graduado en La Habana empecé el servicio militar, obligatorio, y allí hemos creado el grupo Tributo; tocábamos "trova" con poesía, una mezcla entre el estilo de Pablo Milanés y la música tradicional cubana tipo la de Arsenio Rodríguez, un poco de todo. Escribíamos y tocábamos canciones para las tropas militares, que fueran en Cuba o comprometidas en misiones al exterior.

¿Grabaste discos en Cuba?
Un par con el grupo Tributo, luego uno con el cantautor Vicente Feliú y luego empezé a trabajar con Xiomara Laugart y con ella grabé dos álbumes. Xiomara vive en Nueva York y ahora, con el grupo Yerba Buena, trabaja en Broadway interpretando Celia Cruz en el musical dedicado a la reina de la salsa.

¿Desde cuantos años eres santero y cual es el Orisha que te acompaña en tu vida y en tu búsqueda musical?
Soy hijo de Obatalá-Ayaguna, que se sincrétiza con Jesus Cristo, 33 años; es el orisha de la paz, su color es blanco. Hoy (rie) estoy más cerca a Changó por el color rojo que hay en el vestido. He recibido el santo, espíritu divino, hace doce años, en el periodo de Navidad de 1996, volviendo a Cuba de una vacación. Pero había hecho un periodo de iniciación. Entré en la Santería gracias a mi tío; el soñó que tenía que ir a la casa del santero Francisco Chaveco, que luego fue mi padrino, ahora descansa en paz y sigue iluminando nuestro camino. Vivía en el barrio Centro Habana, a tres cuadras de mi casa. Mis parientes no tomaron esta religión, al contrario de mi abuelo que era practicante.

1993. En el medio del "periodo especial" dejas a Cuba. ¿Fuiste empujado por la fuerte crisis económica o por otros proyectos?
Me enamoré de una ecuatoriana, nos casamos en la Embajada de Ecuador en Cuba y me fui pero no por problemas económicos-políticos. Sentía la necesidad de hacer otras experiencias musicales con respeto a las de mi país. Cuando también Ecuador empezó a quedarme estrecho me fui por Estados Unidos también si mi objetivo era Europa. Y, en hecho, toqué todo un verano con el grupo Con-Fusión en Palma de Mayorca, pero la visa turística no me permitió quedarme y me he ido en San Francisco. Desde allí puedo decir que empezó significativamente el trabajo que voy haciendo.

"Tu" sonido tiene muchas caras. Es original, bien identificable y distinto de aquel de los otros pianistas cubanos. ¿Este sound nació adentro o afuera de Cuba?
Empezó en el exterior y nació desde el fuerte impacto que me provocó la música negra ecuatoriana con la marimba. Quedé fascinado por la música de la Costa Esmeralda, que es la misma que se encuentra en la región confinante de Colombia; el currulao y las músicas de la marimba son más o menos iguales en los dos países porqué llegan de los mismos esclavos africanos.

Cuba, Ecuador, USA, África, España (donde vives ahora) etc. Pero ¿como cabe Cerdeña en tu percurso musical? ¿El proyecto "Isolanos-Tenores" es un ulterior cambio artístico dictado por el insaciable espíritu de búsqueda etnomusicológica o que más te la llevado a investigar el canto tradicional sardo? ¿Y desde el encuentro nació un disco?
El disco, grabado en vivo, va a salir. Tienes que saber que busco siempre de comprender donde nacen las cosas. En este caso hay unos hechos que han despertado mi atención: primero, Cerdeña y Cuba son dos islas; segundo, la música de los "tenores" me recuerda aquella de los campesinos cubanos. Hay también denominadores comunes: por ejemplo, la cultura española que ha influenciado Cuba presenta huellas arabas y estas últimas la encontramos también en Cerdeña.

Háblanos de tus proyectos futuros y de un deseo.
Uno de los próximos albumes — que ya hemos grabado — es de latin jazz, o afrocubano jazz, con la Big Band NDR de Amburgo. Colabora también el violonchelista y arreglista brasilero Jacques Morelenbaum, y va a salir el próximo año. Otro trabajo es de "piano solo" con un Cuarteto de Cuerdas. Tendríamos que terminarlo dentro de un año. Quisiera hacer un concierto en Cuba y espero antes o después lograrlo porqué no toco allá desde veinte años. Es un gran sueño, me trae un poco de angustia pero tengo mucha confianza que lo pueda lograr.











    Gian Franco GrilliPágina enviada por Gian Franco Grilli
    Periodista, responsable del "Caribe" (Asociación cultural)
    (11 de noviembre de 2008)


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