La Habana Vieja no es una obra de reyes magos, pero si hay mucho de magia, porque entre lindas fachadas, edificios restaurados y nuevas instituciones crece una ciudad histórica y con ellas sus niños, hombres y mujeres.

Como se demostró en mesa redonda informativa el centro histórico de la ciudad merece esta obra monumental de la Revolución, una obra fecunda y hermosa que se levanta desde los cimientos de uno de los sitios emblemáticos de la nación cubana.

Explicaron Eusebio Leal, historiador de la ciudad y otras autoridades participantes y protagonistas del proyecto de restauración que allí se desarrolla, que no solo se salva el patrimonio sino se engrandece al ser humano y demuestra la confianza de la Revolución en el hombre.

De esa labor grande brota esa simiente que hace que niños, historia, hombres, mujeres, cultura y Patria se fundan y crezcan como lo soñó Martí y Fidel cumplió, afirmo Randy Alonso, moderador del panel, porque no solo va a los edificios sino al alma de la gente.

Leal precisó que la base y lo más fundamental de las acciones que allí se desarrollan desde 1993, es el rescate de la propia tradición y sentimiento patriótico y de cubanía, existente en esa localidad con la activa participación de su comunidad.

Con mucho trabajo y paciencia comenzó la rehabilitación de un centro histórico y, muy especialmente, de la sociedad con un programa armónico integral para un desarrollo económico, social y cultural, en el cual el 35 por ciento de los recursos financieros ingresados se destinan a planes educativos como las aulas museos o la creación de más de 10 mil nuevos puestos de trabajo.

Parte de ese empeño han sido también el impresionante centro de rehabilitación Senén Casas Regueiro, para niños con limitaciones físico-motores severas, el parque infantil La Maestranza, el pequeño acuario que recibió en julio y agosto a más de 70 mil infantes, la casa estudiantil José de la Luz y Caballero y la biblioteca publica Rubén Martínez Villena.

Destacados en estos años son el fomento de la escuela de formación de restauradores, los proyectos culturales y recreativos de los 23 museos, la iniciativa de la Hermandad de Bordadoras y Tejedoras como una forma de integrar a la mujer a los cambios y los más de 800 conciertos celebrados por diferentes instituciones.

En relación con la vivienda, el principal problema del territorio,se reconstruyeron más de 100 inmuebles y creó un fondo habitacional en Alamar, además de comenzar un plan emergente para derrumbes, y en caso especial del barrio de San Isidro más de mil hogares han sido beneficiados.

Pero si alguien recibe los mayores cambios son los niños y ancianos, los primeros por una atención especializada para elevar la calidad de la enseñanza, que va desde un vínculo estrecho con las instituciones culturales, hasta la ya tradicional entrega simbólica y patriótica de juguetes, el ocho de enero de cada año en saludo a la entrada de Fidel a La Habana.

En el caso de los segundos, baste mencionar el Centro Multipropósito de Atención al Adulto Mayor, dotado de todas las condiciones diferenciadas para dar servicios a 16 mil 530 personas de la tercera edad.

Por eso si de beneficios se trata, también es loable la acción del programa materno infantil que exhibe una reducción del bajo peso al nacer de 8,6 a 5,7 el pasado año, gracias al hogar materno Leonor Pérez, que no solo se esmera en la atención médica sino en la emocional y social de cada paciente.

Como dijera Eusebio Leal, todo ello es posible gracias a la existencia de una Revolución Socialista y a un pueblo decidido a sostener un gran obra, y también a la cooperación y hermandad de muchas organizaciones y personas solidarias y amigas de Cuba que han estado presente en esta salvación de la Habana Vieja.