Cuba

Una identità in movimento

Martí en tiempos de pólvora

David González Gross



Foto: EscambrayHay monte firme, arroyo de la Sierra; las majaguas, las guásimas y lo ocujes sirven de fondo. El hombre, vestido de negro y con los botines sajeados por el diente, rasga la pluma sobre el papel venido de otros mundos. Se preparan fogones para asar jutías y salcochar boniatos sacados a la vera de un conuco abandonado. Sonríe ante la sinfonía del campo cubano que tanto añorara en un Nueva York frío y neblinoso. ¡Qué tiempos aquellos de trenes elevados y discursos cabalgados entre el día y la noche! El dolor le sube por las piernas que han sabido sortear trillos y maniguas en caballo demasiado brioso.

Hay silencio de hombres y caballos. Guarda la carta que introduce en el sobre para que aguante el viaje por tierra y mar hasta el destinatario.

Hay pájaros y aire fino; hay rejuegos del sol filtrado entre la bejuquera. Se dirige a la hamaca, se acuesta... y la mente se le vuela mientras dormita.

Es como una visión que le nubla la mente, una visión de truenos y relámpagos. Se ve en caballo blanco brioso; Colt en mano y bridas que hala y hala.

Hay humo, polvo, disparos, cientos de jinetes que cabalgan. Hay uniformes y sombreros de yarey, y él avanza y avanza, y los guerreros gesticulan, gritan, alzan y bajan los machetes; corren, montan, caen heridos; otros, muertos antes de llegar a las hierbas del potrero. El se ve que vuela raudo por la sabana y a su lado marcha violenta la caballería mambisa, sus Generales, sus Capitanes, todos los hombres que tanto ha amado. Sueña y siente venir las balas, ve los fogonazos como si estuviera allí mismo en el centro del combate. De pronto los golpes, algo le tira hacia atrás, algo que le arrebata el galápago por debajo de las piernas...

Trata de taparse los agujeros de las balas, pero ya no hay disparos para sus oídos, no hay sabana, no hay caballos.

Tan sólo un silencio sepulcral, un silencio que puede cortarse a machetazos.

... Se despierta el hombre de traje negro y ceñido. Se levanta de la hamaca, se pasa la mano por el rostro y sonríe seguro. Todavía faltan horas para llegar a Dos Ríos.


Fuente: http://www.escambray.islagrande.cu/Esp/Default.htm


Cuba. Una identità in movimento

Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma, Italia

© 2000-2009 Tutti i diritti riservati — Derechos reservados

Statistiche - Estadisticas