"En relación con su tamaño
no hay en el resto de la isla una villa
que cuente con mayor número de instituciones dedicadas
al progreso cultural del país"
(Dra. Elena Pérez Sanjurjo).

Es Guanabacoa famosa por ser el lugar más sincrético de toda Cuba, pero también cuenta - a pesar de su extensa región rural - con gran cantidad de talentos dedicados a la cultura, tantos, que bien merece una sinfonía por todos o para todos. Tierra pródiga este pueblo mío, artístico y mítico, donde se funde lo más elegante de la música clásica junto a los que fueran tan mal mirados tambores batá, sin embargo, aún despreciados por años, ha sido lo más conocido de todo su territorio.

Escribió la Dra. Elena Pérez Sanjurjo en su libro de Historia de la música cubana que

"... en relación con su tamaño no hay en el resto de la isla una villa que cuente con mayor número de instituciones dedicadas al progreso cultural del país".

Pero además, fue el sitio donde menos discriminación racial hubo. Desde tiempos coloniales se pudo convivir con respeto sin importar la procedencia étnica mientras fueran personas decentes. La prueba más dignificante la tenemos que en 1861 cuando se abren las puertas del Liceo Artístico y Literario, se permitió la entrada libre al público que deseara disfrutar de las veladas allí ofrecidas, sin importar el color de la piel, sólo exigían que entraran vestidos adecuadamente, y esto es bien encomiable si tenemos en cuenta que era una época donde existía todavía la esclavitud con una marcada separación de razas. Allí mismo, en pleno gobierno colonialista se daban fervorosos discursos clamando el derecho que tiene cada ser humano a ser libre, y entre los más destacados contamos con los pronunciados por el Maestro José Martí.

Pero lo que me lleva a escribirles hoy nuevamente sobre mi pueblo, que fue el lugar donde se acogieron a los aborígenes que andaban errantes por las inmediaciones de La Habana, que además existe aún una fuerte huella española que no ha sido borrada ni por el abandono gubernamental ni por la publicidad casi excesiva a favor de los seguidores de los Cultos Sincréticos, es la gran cantidad de hijos dedicados al arte, en especial a la música.

Posiblemente los más reconocidos internacionalmente han sido los maestros Ernesto Lecuona Casado; Bola de Nieve y Rita Montaner "La Única". Le siguen en fama Mario Fernández Porta, el primer compositor cubano de música popular que alcanzó 5 hits en un año (1945); el excelente primer guitarrista y concertista para orquestas sinfónicas norteamericanas Juan Antonio Mercadal; el músico y compositor laureado Antonio Rodríguez Ferrer, quien en 1898 le agregara la ampliación que conocemos del Himno Nacional de Cuba; Gerardo Delgado Guanche, clarinetista, director de la Banda Municipal, profesor de la Academia Municipal de Música quien impartiera clases a Ignacio Villa conocido por "Bola de Nieve"; Alberto Mateu, destacado violinista, solista de la Orquesta Sinfónica de La Habana, hijo de José Mateu fundador del conservatorio de música donde se inició en sus estudios de piano Bola de Nieve; el contrabajista y compositor José Alemán que integraba la Orquesta de la Catedral de La Habana junto a los mejores músicos de su época; los cantantes de música popular Carlos Alas del Casino y Nelo Sosa, este último integró los conjuntos Casino, Colonial y el Kuvavana; el maestro José Echániz, hijo, pianista que dirigió el Milliken Conservatory of Music, en Decator, Estados Unidos; Eduardo Ramos Saavedra que ha dirigido las Orquestas Sinfónica Nacional y la orquesta del Ballet Nacional de Cuba; el excelente compositor bohemio Juan Arrondo, etc.

No sólo glorias antiguas que han triunfando dentro y fuera de Cuba han nacido en Guanabacoa, también más actuales como Lourdes Torres la compositora y cancionera integrante del cuarteto Los Modernistas; Lucrecia (Pérez Sáez), tan aclamada en Europa, y muy especialmente en Barcelona; el saxofonista Esteban Benítez que estuvo con la Orquesta Los Melódicos y en la Billo's Caracas Boys; José Luis Changuito Quintana, uno de los mejores percusionistas de Cuba ex miembro de Los Van Van; y Marietta que forma parte del dúo Menta y Canela, y que en el exilio comenzó con brillantes temporadas en el antiguo restaurante-cabaret Victor's Café de la ciudad de Miami fundado por el coterráneo Víctor del Corral, entre muchos más.

En Guanabacoa la música nace desde la roca azul que caracteriza su suelo y corre por sus corrientes fluviales subterráneas saliendo por cada pozo o fuente de agua salutífera que tanto la enriquecen. Aunque en cualquier esquina nos sorprendía un bembé o un toque de santo, también al transitar por sus calles podíamos escuchar con frecuencia que del interior de una casa sonaba el teclado de un piano, o las cuerdas de una guitarra o las lecciones de solfeo de un típico muchacho de barrio que llegaría a ser con los años como el flautista de la nueva Orquesta Aragón Eduardo Rubio; o su hermano mayor, Jorge Alberto Rubio la primera trompeta de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba; o Jorge Luis Aguilera, baterista del grupo Los 5U4; o Fernando Leyva uno de los tres violinistas fundadores de la Orquesta de los Van Van y con anterioridad de la Orquesta Revé; o el guitarrista, cantante y compositor de rock en inglés Dr. Nelson Rodríguez Mesa, único en toda Cuba; o una tecladista de la Orquesta D'Talle como la preciosa Cynthia Rodríguez González, y tantos otros que por espacio y desconocimiento los omito.

Para terminar lo que quisiera fuera una verdadera sinfonía para mi suelo natal en honor a todos sus hijos músicos que la han honrado, les ofrezco la letra de una canción poco conocida que escribiera Juan Arrondo y que me gustaría poder algún día escuchar desde su misma entraña inolvidable:

Guanabacoa es Orula,
es congo, es lucumí.
Fue siboney y taína
y lo demuestra un testigo
que clavó sobre el camino
la ermita de Potosí.
Pepe Antonio la figura
que galardona su historia.
También cuenta en sus memorias
con la tribuna martiana
donde el Maestro declama
con su elocuencia oratoria.
Tiene la Loma del Indio
y la Loma de la Cruz,
los Baños de Santa Rita,
nuestro Teatro Carral,
al gran Maestro Lecuona,
a Ignacio Villa también
y como artístico broche
tiene a Rita Montaner.