Cuba

Una identità in movimento


Michaelis Cué y Marx en el Soho: éxito en el Festival Internacional de Teatro de Puerto Montt

Esther Suárez Durán


Una vez más la versión escénica de Marx en el Soho — obra original del norteamericano Howard Zinn — realizada por el actor cubano Michaelis Cué quien tiene a su cargo, además de la interpretación, la puesta en escena, vuelve a ser feliz noticia en los medios escénicos.

Tras veinticuatro horas de viaje el cubano tuvo su primera actuación en la Casa de Arte Diego Rivera, de Puerto Montt, capital de la Región de Los Lagos, en la provincia de Llanquihue, allá al fondo del Seno de Reloncaví, una hermosa y ancha bahía del sur chileno que acoge la XII edición de sus Temporales Teatrales, un festival internacional de teatro que se celebra bajo la lluvia del invierno en esta parte del país.

De acuerdo con la prensa chilena que cubre el evento la presentación del cubano fue calificada de "excelente" por las 892 personas que colmaron el lugar, alcanzando una puntuación de 6,6 en las encuestas de apreciación que se acostumbran a realizar con el público, de una escala cuyo punto máximo es el 7.

El espectáculo llega a este encuentro luego de haber participado con igual acogida en festivales de geografías diversas tales como el Festival de Teatro de Campeche, en México; el Internacional de Unipersonales "Ni tan solos", en Perú, y el de las Artes, de Costa Rica, donde a solicitud del público fue necesario extender el número de presentaciones programadas.

El evento puertomonttino — que contempla también la modalidad de teatro de títeres — es itinerante, por lo cual la oferta de su programa recorre un conjunto de ciudades cercanas. Así Michaelis también complació con su arte a los pobladores de las ciudades de Ancud y Castro, los asentamientos más importantes del archipiélago de Chiloé, y a los de Concepción y Valdivia.

Howard Zinn, autor de la pieza original, historiador y Profesor Honorario en el Departamento de Historia de la Universidad de Boston, es una de las figuras más significativas del pensamiento radical norteamericano de la actualidad y uno de los historiadores más influyentes — entre los de su generación — en los EE.UU. Posiblemente esta vocación pedagógica de Zinn lo hizo descubrir el mundo tribunicio del teatro como un otro espacio de debate ideológico y crecimiento espiritual del ser humano.

Aún luego del derrumbe ocurrido en el mundo socialista europeo Zinn ha continuado insistiendo, en diversos formatos, acerca de la vigencia de la teoría social marxista. No obstante, esta pieza teatral no resulta en modo alguno un ditirambo sobre el particular; consecuente con los propios principios dialécticos y materialistas de dicho cuerpo filosófico éste es tratado de forma histórica, ubicado en un contexto específico, criticado, revisado, actualizado, en suma tratado como un discurso vivo.

La obra parte de una sugerente (y felizmente irreverente) idea poética: el conocido filósofo y revolucionario Carlos Marx tiene autorización para regresar a la tierra por espacio de una hora — en lugar de Cristo, quien se halla en ese momento imposibilitado de hacerlo — y hablarle a un auditorio. Por chapuzas burocráticas, en vez de arribar al Soho londinense, ámbito donde escribió El capital, aparece nada menos que en el Soho de Nueva York.

De esta suerte, además de una construcción del personaje que toma en cuenta su vida familiar junto a conflictos y padecimientos propios del más común de los humanos, hay también lugar suficiente en el discurso dramatúrgico para el humor en sus diversas variantes. Marx en el Soho fue estrenado en 1995 en el Church Street Theater de Washington, D.C. Con posterioridad se representó en el Carleton Collage, en la Universidad Estatal de Mankato, en Minnesota y en el Broadway Arts Center de Asheville, Carolina del Norte. También se leyó en la Universidad de Boston, Massachussets, pero su realización en Cuba revistió una especial significación pues sería esta la primera vez que la obra se presentaría fuera de los Estados Unidos y a cargo de un equipo profesional de otro país.

Su director e intérprete realizó una versión dramatúrgica — junto con la teatróloga y crítica Bárbara Rivero —, la cual supuso una primera plataforma de trabajo para la comunicación con el público cubano. Con posterioridad comenzaron las operaciones creativas y el despliegue de estrategias comunicacionales sobre tal plataforma, con el fin de crear un proyecto de discurso espectacular que permitiera ir al encuentro del espectador.

El talento y el oficio de Michaelis Cué culminó el trabajo iniciado por Zinn. Fue posible la trasmutación de un material dramático, que por momentos se hacía excesivamente discursivo, en signos eminentemente teatrales complementados por la intervención de un equipo de lujo: Miriam Dueñas, a cargo del vestuario; Bobby Carcasés, de la música, y Saskia Cruz, de la iluminación.

El resultado es un espectáculo inscrito en la mejor tradición del teatro político que desarrolla una eficiente operación desmitificadora en torno a su protagonista y mantiene la atención de sus espectadores mientras trata temas trascendentes en un lenguaje ameno. Como colofón, esta profunda reflexión crítica sobre el pensamiento neoliberal del capitalismo contemporáneo logra el beneplácito de todos los públicos entre tanto habla de utilizar la increíble riqueza del planeta en favor de todos los seres humanos.

Próximamente la puesta en escena deberá presentarse en otros países del continente latinoamericano, como Venezuela y Argentina, adonde ha sido invitada. Luego volverá a Chile para dialogar con los estudiantes universitarios. Entre todos estos ires y venires tendrá lugar la función número cien — sí, señor — nada menos y nada más que de una obra teatral que tiene a Carlos Marx como protagonista absoluto y que recorre el mundo tras la caída del Muro de Berlín.


    Esther Suárez Durán, La Habana, 1955.
    Graduada de la Licenciatura en Sociología en 1978 en la Universidad de La Habana.
    En 1992 obtiene el grado de Master.
    Investigadora del Centro Nacional de Investigaciones de las Artes Escénicas.
    Profesora Titular Adjunta de la Facultad de Historia, Sociología y Filosofía de la Universidad de La Habana.
    Dramaturga, escritora, crítica teatral, ensayista, guionista de radio y televisión.
    Actualmente prepara su tesis de doctorado sobre el teatro bufo cubano.


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