Cuba

Una identità in movimento


"Hoy, 20 de enero de 2008, es un día especial en Cuba. Celebramos las elecciones". Carta de Lohania Aruca Alonso a Carlo Nobili

Lohania Aruca Alonso


    Amigo Carlo:

Hoy es un día especial en Cuba. Celebramos las elecciones para diputados de las Asambleas municipal y nacional del Poder Popular, en el Año del 50 aniversario de la Revolución Cubana. Te escribiré esta carta — después ejercer mis votos a las 7:30 a.m. — con algunas impresiones personales acerca del inicio de esta jornada que me encanta comentar contigo, porque sé cuán sincero es tu aprecio por nuestro país y por todos nosotros.

La mañana del 20 de enero amaneció nublada, medio lluviosa, con una ventolera fría. Anuncio de la entrada de un norte, de una racha de días invernales a la que después, seguirán días de sol y calor moderado, sumamente agradables. ¡Invierno cubano! Pues, te cuento que, a pesar de las malas condiciones del tiempo, en La Habana, desde la madrugada, ya había mucha gente en las calles haciendo cola, o, fila, delante de las puertas de los colegios electorales de su circunscripción o barrio.

Como todo día importante para nuestra ciudadanía, de conmemoración histórica, política, social, o, de peligro ciclónico, la televisión y la radio amanecieron con un programa especial, continuo, de noticias inmediatas acerca de lo que está aconteciendo en Cuba: entrevistas a los electores y miembros de las mesas electorales, testimonios de personas ancianas que conocieron directamente lo que fueron las elecciones y votaciones cuando el capitalismo subdesarrollado y la politiquería reinaban en aquella república neocolonial, afortunadamente sobrepasada. También se hacen otros comentarios, por conocidas personalidades de la cultura, la ciencia o el deporte, acerca del sistema electoral actual, de sus regulaciones, del por qué del voto unido como estrategia política original del país, y se subrayan las diferencias de esta modalidad en relación con el ejercicio del voto en los países capitalistas.

Así, en pocos minutos, pudimos observar, en vivo y en directo, la apertura de los colegios electorales en distintos puntos de la Isla, en un barrio de ciudad de La Habana, un área rural de Guantánamo, y en la Ciudad Héroe de Santiago de Cuba. Ante todo, te describiré el ritual. Después de abrir los colegios, se cantó el Himno Nacional por los miembros de las mesas electorales y los electores o votantes que estaban presentes, fuera del colegio, en la fila o cola. Después, se hizo un juramento ético, solemne, por parte de los integrantes de las mesas y se procedió a la revisión, ante el público congregado, de las urnas electorales para verificar que no contienen voto alguno.

Las urnas, en este caso, son de dos colores: verdes la de los votos para los diputados nacionales y blancas para los municipales. Al lado de cada urna hay dos pioneros; una pareja de niños o niñas vestidos con sus uniformes escolares y pañoletas azules o rojas — según su edad — de pioneros José Martí anudadas al cuello. Ellos y ellas hacen la guardia de honor, durante todo el desarrollo del proceso electoral, a lo largo del día de hoy, desde las 7:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. Saludan a cada elector votante, al estilo pioneril, cuando introduce la boleta correspondiente en cada urna y, en voz alta, dicen: ¡Votó!

Esta es la única garantía de la transparencia y dignidad con que realizamos, en Cuba, las elecciones de nuestros representantes políticos ante la Asamblea del Poder Popular.

Las boletas también son de dos colores, verdes o blancas, según sea el voto para el diputado nacional o municipal, como te expliqué anteriormente. En la parte superior de la hoja tienen el membrete oficial del Poder Popular, a continuación un párrafo de instrucciones legales; más abajo, en el centro, un círculo vacío para hacer una cruz por el voto unido, en caso de que sea esta la opción del elector, y en la parte inferior aparecen los nombres y apellidos de los candidatos. Estos últimos fueron propuestos directamente por la población, en asambleas de cada circunscripción electoral realizadas con anterioridad, al inicio del proceso, o seleccionados por las organizaciones de masas y sociales del país. Junto a los nombres de los candidatos una casilla en blanco para quien decida votar por separado.

En mi caso, por ejemplo, como resido en el municipio Playa, uno de los tres candidatos para diputado nacional es el ilustre poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y actual presidente de la Casa de las Américas. Todos los candidatos a la Asamblea municipal son vecinos míos, de mi mismo municipio. Ninguno es político profesional, ni recibe remuneración alguna por sus funciones políticas, al contrario, esta ocupación se desempeña honoríficamente, se añade a las tareas que ya cumple la persona como trabajador manual o intelectual activo, miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; o, tal vez, como jubilado o jubilada, o, ama de casa les permite que reciclen fuerzas, conocimientos y habilidades, los convierte en activistas sociales.

Los ciudadanos que voluntariamente realizan diversas tareas, desde las más sencillas, en apariencias, relacionadas con la logística del proceso electoral, hasta las de alta responsabilidad, no perciben pago alguno, salvo el que confiere el orgullo de cumplir a cabalidad y con dignidad un deber y un derecho ciudadano. Pasarán allí, las horas de la mañana y la tarde hasta que el colegio electoral termine sus funciones: recibir a los votantes, custodiar los votos, llevar a efectos el escrutinio y conteo de los mismos, públicamente, ante los electores que deseen estar presentes, e informar y trasmitir los resultados obtenidos por cada candidato hacia los distintos centros electorales provinciales y nacionales habilitados para recepcionarlos.

Este sentido del deber y del compromiso con la sociedad es verdaderamente humanista. Se ejerce de forma gratuita, altruista; únicamente tiene su origen en convicciones patrióticas, tanto en el caso de los delegados de base, como en el de los diputados municipales y nacionales, y causa gran respeto y admiración de parte de la población, de los vecinos, amigos, colegas y compañeros hacia un candidato al Poder Popular.

Sé cuán difícil es comprender y creer en esta disposición de una persona o de un conjunto de ellas, en el equilibrio de su espíritu individual-colectivo, en particular cuando se vive en el seno de una sociedad capitalista neoliberal, cuando se practica una filosofía de sobrevivencia cotidiana, fundamentada en el individualismo más feroz y antediluviano.

En Cuba, lo extraordinario sucede a diario, eso explica que no cause asombro alguno. A veces, solamente nos emociona, hasta las lágrimas, a quienes tenemos el deber de observar, comparar, reflexionar y dar un testimonio de nuestra realidad ante la opinión pública y la Historia.

Recibe un abrazo dominical y habanero de

    Lohania.

      La Habana, 20/01/2008 9:38 am.



Página enviada por Lohania Aruca Alonso
(20 de enero del 2008)


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