Cuba

Una identità in movimento


Cuba: La gran ausente PRESENTE de la Cumbre de las Américas

Lázaro David Najarro Pujol


Desde muchos años, exactamente desde la crisis de octubre he venido siguiendo (con menos o más intensidad), los grandes acontecimientos que ocurren en América. De playa Girón lo que conozco es lo que se publicó en la prensa, los libros, la televisión y las narraciones de decenas de protagonistas. El 17 de abril de 1961, cuando se inició la invasión, mi niñez no me permitía saber, ni comprender lo que estaba ocurriendo: apenas tenía 7 años. Era un niño con la mentalidad y el analfabetismo que me dejó el capitalismo; no un niño de 7 años de los que ahora veo en las calles y en mi propia casa, un niño con mayor capacidad de reflexión que un adulto de 1958 en nuestro país. No es una exageración esa comparación, es una realidad.

Los datos lo demuestran: el analfabetismo registraba un porcentaje muy alto en 1958. Las desigualdades se acusaban especialmente en el contraste entre las zonas urbanas, con un 11% de analfabetismo, y las rurales, con un 47'1% (no muy confiables por las deficiencias estadísticas de los gobiernos de la seudorepública). Y en Santa Cruz del Sur la minoría sabía leer y escribir cuando triunfo la Revolución, porque la educación de los sectores más pobres de la sociedad era casi nula.

Pero, además de ese triste panorama de la educación, había en la Isla, 200 mil bohíos y chozas y 400 mil familias del campo y de la ciudad vivían hacinados en barracones, cuarterías y solares sin las más mínimas condiciones de higiene y salud; más de 2 millones 800 mil personas pagaban alquiler que adsorbía entre un quinto y un tercio de sus ingresos; y 2 millones 800 mil de la población rural y suburbana carecía de luz eléctrica... el 90 por ciento de los niños del campo estaban devorados por parásitos. Cuatro meses y medio después del triunfo, el 17 de mayo de 1959, se aprobó la primera Ley de Reforma Agraria.

Pienso que una persona razonable pueda comprender la comparación de un niño de 5 años en la Cuba de hoy con un adulto del sector más pobre de la sociedad aquella de que tanto mi hablaron mis padres y los adultos de mi infancia.

De los movimientos de combatientes y milicianos cuando la crisis de octubre si fue testigo. A lo largo del muro del malecón de Playa Bonita, en Santa Cruz del Sur, mi pueblo natal, estaban emplazadas las cuatro bocas. Mis padres me hablaban de la expulsión de Cuba de una cosa desprestigiada que se decía llamar OEA por defender su soberanía y autodeterminación, una OEA que como dice el Presidente Raúl Castro


"... rezume sangre desde su propia creación..."


Pero lo que más se me grabó en mi mente de ese aparato fue las canción que inmortalizara el compositor revolucionario Carlos Puebla,


"... con OEA o sin OEA ya ganamos la pelea".


Presencié, conocí o fui protagonista de todos los acontecimientos de aquella década de los 60: las donaciones de sangre cuando los terremotos de Perú, la campaña de alfabetización, la lucha contra bandidos en el Escambray, la batalla por los diez millones de toneladas, las invasiones imperialistas a países latinoamericanos, secuestros de pescadores y aeronaves cubanos, la guerra de las Malvinas, "la epidemia del dengue hemorrágico, que cientos de miles de personas, simultáneamente, saturaron nuestros hospitales en todo el país, que organismos internacionales de la salud dicen que eso es imposible que fuera una epidemia de las llamadas normales",[1] el triunfo de los sandinistas, la lucha por el sexto y noveno grados en nuestro país, la voladura de un avión civil del Barbados y las 73 víctimas que murieron, entre ellos el equipo juvenil de esgrima de Cuba, los ataques piratas... También los momentos en que los gobiernos de América Latina dejaron sola a Cuba, con la excepción de México, el juicio injusto contra cinco compatriotas antiterroristas presos en Estados Unidos...

Pero nunca había observado una América Latina tan unida como ahora, coincidiendo con la gesta liberada por mi pueblo en las arenas de Playa Girón. Como dice el colega Virtin


"... el lacayismo se ha reducido a su expresión mas ínfima".


Recientemente la V Cumbre Extraordinaria del ALBA efectuada en Cumaná, Venezuela (16 de abril de 2009), se constató la unidad de los pueblos de la región y el apoyo de Cuba en la Cumbre de las Américas, evento en el que se notó claramente la exclusión de Cuba y Puerto Rico.


"Los países del ALBA llevaron a mi entender — asegura Virtin — la posición mas digna. No firmaron la declaración no solo por la ausencia de Cuba sino porque no hubo ningún cambio estructural que garantice que las cosas a partir de ahora van a ser por consenso, basadas en el respeto mutuo, sin imposiciones ni vetos arbitrarios, como si Estados Unidos y los lacayos de siempre fueran los únicos dueños de la verdad".


La exclusión de Cuba de la Cumbre Secreta de Puerto España solo provocó una mayor presencia de la Isla Revolucionaria en ese suntuoso evento, porque no solo los seis países del ALBA se pronunciaron a favor del fin del bloqueo contra la mayor de las Antillas, sino casi todas las naciones participantes, con la excepción de Estados Unidos que no pronunció una palabra al respecto. Pero mucho más: planeta entero condena el bloqueo.

La exclusión de Cuba de la Cumbre lo único que provocó que la presencia de la Isla y el nombre de Fidel Castro se multiplicaran. Cuba fue la gran ausente PRESENTE.

En definitiva la Cumbre no aportó nada para los miles de hambrientos de nuestra región. A decir de Virtin:


"Sigue en pie la política del libre comercio, del proteccionismo y el neoliberalismo salvaje y los organismos que llevaron a la debacle financiera mundial, aparentemente resucitados con el salvataje financiero de millones de dólares, mientras los seres humanos en pobreza e indigencia, la desocupación e incluso las guerras siguen su curso".





Notas

  1. Raúl Castro, 16 de abril de 2009, en la Cumbre del ALBA.






Página enviada por Lázaro David Najarro Pujol
(19 de abril de 2009)


Lázaro David Najarro Pujol


Lázaro David Najarro Pujol, escritor y periodista.
Labora en la emisora Radio Cadena Agramonte de Camagüey.
Autor de los libros Emboscada y Tiro de Gracia,
ambos publicados por la Editorial Ácana de Camagüey.
Editor del Sitio Web: http://camaguebax.awardspace.com/






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