Cuba

Una identità in movimento


La independencia americana: sus alcances y limitaciones

Lohania Aruca Alonso


Es evidente la actualidad e importancia del tema enunciado, su magnitud y complejidad — que desborda con mucho las pocas cuartillas de un solo artículo de opinión. No obstante, vale la pena tomar por los cuernos la cuestión y posicionarla en la agenda anual de trabajo, y del debate intelectual acerca de la historia más próxima a nuestra identidad nacional y cultural, que se replantea una y otra vez, a beneficio del desarrollo humano, y del perfeccionamiento de las sociedades en que se insertan los individuos que aspiramos a tal desenvolvimiento.

También en defensa propia, contra quienes tratan de globalizar una identidad única, la suya, excluyente y consumista.

Para los americanos caribeños y latinos, la primera independencia que tuvo trascendencia histórica universal, y efectos de emancipación social regional en Nuestra América, se ganó a sangre y fuego el 1º de enero de 1804, con la fundación de la República de Haití, la primera república negra del mundo. Y fue ahí donde se dio victoriosamente la primera batalla anticolonialista y antiesclavista, fundadora, propiciadora de futuras guerras de independencia en América Latina continental e insular.

Ni las barreras del idioma, ni las de la mentalidad racista, libremente ejercida por los colonialistas contra los africanos negros y sus descendientes, contra los indoamericanos y los criollos pobres en general, impidieron que algunos de los más destacados futuros libertadores de América Latina y el Caribe, entre ellos Simón Bolívar, recibieran el apoyo de los gobernantes haitianos y de su pueblo.

Por ahora, me detengo en el concepto de "americano" para liberarlo, una vez más, de su limitada carga ideológica, que, desde el siglo XIX, impuso el famoso corolario "monroista" de: "América para los americanos", con un sentido netamente expansionista. Americanos somos todos los que nacimos en América, que no es ciertamente una parte exclusiva, sino un conjunto histórico-geográfico-étnico-cultural diverso, y, al mismo tiempo, inclusivo.

Al inicio, la frase fue aparentemente "protectora". Los EUA se erigieron en un nuevo tipo de "Protector de los indios", de las débiles naciones latinoamericanas (casi "encomendadas" a ellos por un Ser superior), versus las potencias europeas de la época. Poco a poco, la idea se fue desnudando del ropaje liberal de una equívoca Fraternidad, y se convirtió en la noción más explícita de la hegemonía de los Estados Unidos de América sobre Nuestra América.

En 1902, con la inauguración del Protectorado neocolonial de Cuba adquirió su real dimensión imperialista. Esta última solamente fue desafiada con rigor, cuando en 1959 se logró la verdadera independencia de los EUA por la Revolución Cubana; más exactamente aún, en octubre de 1962, Crisis de Octubre, con los Cinco Puntos que hicieron valer, a toda costa, la soberanía de nuestra nación.

De manera que, ser "americano", a lo largo del siglo XX (en Cuba hasta 1959, reitero), fue sinónimo de "ser parte de", o, "pertenecer a" los Estados Unidos de América.

¿Y, entonces, qué significaban las otras naciones "libres" de América? Era el "traspatio" histórico, enajenado de su identidad americana, prácticamente innominada y dependiente de la nación anglo americana más desarrollada del "Nuevo Mundo", que llegó a ser la primera potencia económica, militar y cultural de la Tierra. Para ellos somos, dentro y fuera de los límites de los EUA, peyorativamente dicho: hispanos, latinos, asiáticos o africanos. (No es por asunto gratuito que se subraya esa diversidad real de orígenes étnicos y culturales; esa diversidad aislada del contexto histórico cultural de la unidad necesaria, ha servido para crear e incrementar la desunión de nuestros pueblos, para marcar entre ellos límites y distancias de cualquier índole).

Desde luego, una vez más la riqueza y la fuerza de trabajo de americanos latinos y caribeños, científica y tecnológicamente subdesarrollados, enclenques, ha sido utilizada para la acumulación de bienestar y poder de una sola nación — pues, sabemos que la riqueza material y espiritual de nuestros pueblos, existe, pero ¡se exporta! O ¡emigran los "cerebros" hacia los EUA! Se llevó a cabo un proceso de neocolonización, desde aquella contra el resto de América.

¿A quien le fue útil la primera independencia americana de España, de Francia, de Inglaterra u otra potencia colonial europea? Es decir, nos independizamos de... ¿por qué y para qué?

    Fuente: CUBARTE | 19 de Enero 2009




Lohania Aruca Alonso: Investigadora auxiliar. Licenciada en Historia y Especialista en Urbanismo, MC Estudios Interdisciplinarios sobre América Latina, El Caribe y Cuba; miembro del Grupo de Estudios Regionales de Cuba (G.E.R.C.) del Instituto de Historia de Cuba y de la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana. Coordinadora del Grupo de Trabajo Permanente Expediciones, Exploraciones y Viajeros en el Caribe (adscrito al Instituto Cubano de Antropología).








Página enviada por Lohania Aruca Alonso
(21 de enero de 2009)


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