Cuba

Una identità in movimento


La ternura de un museo

Adys M. Cupull Reyes


Irene Perpiñal y Eladio González (Toto)Dos argentinos y un Museo dan movimiento a todo un proyecto de comunicación y humanismo. Ellos son Eladio e Irene.

Con sus pasos tan ágiles, como las respuestas rápidas y acertadas camina repartiendo verdades este hombre que cita en su conversación, versos de Pablo Neruda, Mario Benedetti y frases de José Ingenieros, Faustino Sarmiento y de otras tantas personalidades de la cultura y la política, es Eladio González, (Toto), director del Primer Museo suramericano dedicado al argentino-cubano Ernesto Guevara de la Serna.

Él y su esposa, Irene Perpiñal, escondida poetisa de Buenos Aires, lo han creado. Ellos son leyenda de vida y romance, de amor a la Revolución Cubana, a su Patria, a sus hijos y nietos; y de una entrega infinita a la solidaridad en la lucha por la Paz y contra las injusticias.

Cuando los conocimos, ya formaban parte de la familia cubana. Tiempo después tuvimos el honor de ser nombrados por ellos, colaboradores del hermoso proyecto fundado en su humilde casa, donde el no espacio habitacional se transforma en ideas y acciones, para regar semillas en lo que parecía tierra estéril. Guardamos entre nuestros más apreciados documentos, el diploma que nos entregaron.

La constancia y voluntad de ambos, han primado para crear una obra basada científicamente en el amor y respeto a las ideas redentoras del Comandante Guevara y otros próceres y héroes de la independencia de América y específicamente de Argentina. Por eso están presentes José de San Martín, Simón Bolívar y José Martí en las ideas que respaldan el proyecto. El Museo recibe permanente correspondencia procedente de Cuba y de otros países del mundo. Y a través del correo electrónico, Eladio e Irene realizan una extraordinaria labor educativa y de divulgación esclarecedora de la verdad. Cuando le preguntamos: ¿Cómo surgió esa idea? Explicaron que la respuesta había sido publicada en el periódico cubano Trabajadores el 28 de diciembre de 1992, en un artículo escrito por el periodista José Yanes.

    "Esta es la historia antigua, indica Eladio, así nació el Movimiento epistolar Chaubloqueo y luego el Museo Che Guevara".

Cuando el joven cubano Rolando Pérez Quintosa, era intervenido quirúrgicamente, víctima de los criminales sucesos terroristas perpetrados por elementos amparados y protegidos por el gobierno de Estados Unidos, ellos conocieron del horrible atentado. Entonces se necesitaba sangre idónea para Rolando, y la de Eladio González coincidía con esa llamado. Una carta enviada por él, en la cual se brindaba como donante inició el contacto para ayudar en los esfuerzos que hacían los médicos por salvar la vida del heroico combatiente, fue el inicio del Movimiento epistolar.

Toto e Irene estaban conmovidos, sabían que en su propio país desconocían las agresiones y actos terroristas que se cometían contra el pueblo de Cuba, por eso al regresar a su Patria comenzaron la hermosa tarea de tender los hilos de la comunicación entre los dos pueblos a través de las correspondencias.

En una parte del artículo del periodista Yanes refiriéndose a una segunda carta de Eladio escribe:

    "Hoy hemos vuelto a recibir estimulantes noticias de Eladio. Como resultado de aquella información en la que fue incluída su dirección, él nos informa que hasta el momento doscientos cubanos de diferentes partes del país le han escrito expresándole su agradecimiento y contándole acerca de nuestra realidad, nuestra lucha y nuestros esfuerzos”.

    "Tengo doscientos hermanos más en mi familia — nos dice Eladio y agrega — : vivo contestando las cartas que constantemente me llegan y me he enamorado día a día de esa Cuba luchadora, estudiante, trabajadora, que empuña su fusil con firmeza”. Pero la gestión de amor y solidaridad de Eladio no concluye con ese esfuerzo epistolar personal. Confeccionó listas con los nombres y direcciones de esos cubanos y las reparte por todos los lugares a donde va. De esa forma, ha conseguido estimular un nutrido intercambio epistolar argentino-cubano, cuyo objetivo principal consciente es promover el mutuo conocimiento de nuestras realidades respectivas y la más amplia solidaridad humana".

    Así — escribe — los cubanos irán aprendiendo mejor cuán mal vivimos en el capitalismo. Qué farsa que significa este sistema, qué atroz es vivir una fantasía como la que muchos viven aquí en mi país".

Al mismo tiempo afirma que su pretensión es también que

    "... los cubanos sientan nuestro afecto en directo, que los argentinos y otros habitantes de países sudamericanos puedan enterarse de la verdad cubana, sin tamices ni mentiras propaladas por el verdugo del Norte y sus acólitos".

    "Este movimiento en marcha ascendente ha llevado a mitines de solidaridad con nuestro país y a programas radiales".

Irene acota que Chaubloqueo nació de un enamoramiento entre argentinos y cubanos. Se comenzaron a juntar voluntades para realizar, además de las correspondencias, todo tipo de envíos solidarios.

    "Yo me había preparado como experta en Comercio exterior, y estos conocimientos, más la cooperación de Cubana de Aviación y de la Embajada Cubana en Argentina, logramos realizar ese sueño de lucha y hermanamiento tan maravilloso que excedió toda espectativa y a medida que se iba ampliando, no fue menos que una Escuela de Solidaridad, que no sólo se extendía a Cuba, si no a otros países latinoamericanos, cito Venezuela, El Salvador, y aunque parezca increíble, a nuestro propio país".

    "Siempre se hacía en nombre de los hermanos cubanos... Y realmente se terminó llamándolo Escuela de Solidaridad, pues dentro del Museo se recibían los donativos, se clasificaba todo, se desinfectaba y se iban declarando en forma aduanera, con todas las características burocráticas de los largos y tediosos trámites".

    "Se preparaba día a día a todo aquel que voluntriamente deseaba participar y así se cumplía ampliamente la enseñanza de nuestro Comandante Che Guevara. Nada menos que en su propio Museo sudamericano. Es decir todo comenzó como Movimiento Solidario al que llamamos Chaubloqueo, pero su perfil fue realmente una Escuela de Solidaridad".

    "Se consolidó el Museo sudaméricano Che Guevara y la continuación de los hermanamientos entre los pueblos. Y mientras Cuba iba saliendo del Período Especial los demás fuimos en bancarrota perdiendo día a día logros sociales y dignidad para los pueblos, los resultados están a la vista. Personalmente no me equivoqué cuando conocí a Cuba y luché y sigo luchando para que los demás países tuvieran como dijo nuestro amado Nicolás Guillén Todo lo que tenían que tener, y así será".

A los argentinos que visitan el Museo de los González Perpiñal, los invitan a "la prueba de la carta cubana” que consistente en hacer que lean una de las tantas que han recibido.

En uno de sus certeros comentarios enviados a través de la red informática Eladio escribió:

    "El Che vivirá, no solamente en un lugar físico, sino en las personas que hagan bien en su nombre".

Desde los últimos años del siglo pasado estos argentinos soñadores, amantes de la Museología se han sumado a la batalla contra las injusticias, especialmente por la que libra el pueblo de Cuba. Ellos llevan en su carpeta los datos, documentos, cartas y escritos sobre los cinco jóvenes cubanos secuestrados por el Imperio: Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González.

Estuvimos con Eladio en un programa de radio. Lo vimos pronto y rápido como una flecha, sacar la nota informativa en la cual se reclamaba la libertad de los Cinco Héroes Cubanos, sin dar tregua a que el tiempo de la emisión radial acabara o el locutor lo impidiera. Ellos llegan a las emisoras de radio y los leen; van a la prensa escrita y los entregan. Sus comentarios son publicados en diferentes páginas de Internet, colaboran sistemáticamente, y además, mantienen una red de información que llega a todos los continentes. Accionan con la fuerza del sentimiento y el amor de los que saben que defienden ideas justas.

El último escrito sobre los Cinco Héroes está enmarcado en los acontecimientos ocurridos durante el II Congreso Internacional de Periodismo, en el cual Eladio participó como anfitrión y cronista.

Dice que el héroe Gerardo Hernández fue el "mago" cubano que deslumbró a los asistentes. Le asignó ese calificativo porque, aunque estaba físicamente prisionero en la cárcel de Alta Seguridad en Victorville, California, dio una lección de periodismo combatiente por la paz, arte, vida y patriotismo en el Centro Cultural "Gral San Martín" de la ciudad de Buenos Aires, donde sesionó el Congreso al que asistieron periodistas y estudiantes de esa carrera, desde Colombia, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Bolivia, y de casi todas las provincias argentinas; igualmente profesionales de la prensa de otros continentes. Agregó en su crónica que Gerardo Hernández

    "... cual prestidigitador, los fascinó con sutileza política, humor inteligente y color inusitado".

Se refirió a los poemas, cartas y dibujos con los rostros de José Martí, el Che, Luther King, Mandela, Fidel y Raúl Castro, de Antonio Guerrero, y escribió:

    "... capturaban la atención y emoción del público al que obsequiábamos impresos sobre la injusta prisión que soportan estoicos los cinco cubanos a pesar del triple fallo que desde Atlanta anuló el amañado juicio".

Explica que en la misma sala dedicada a las obras de Gerardo y Antonio se exhibieron fotografías de otros héroes argentinos asesinados y desaparecidos por el terrorismo de estado, entre ellos. Mario Bonino y José Luis Cabezas.

Así se expanden las ideas justas desde el Movimiento Chaubloqueo, y desde el original Museo Che Guevara de Buenos Aires, desde donde estos dos argentinos abrazan a Cuba, la aman, porque han abrazado a nuestro Che, a su Ernesto, Ernestito el de Rosario; el que nació en la tierra bañada por las aguas del río Paraná, el bebé que jugó en Misiones y en la provincia de Santa Fe con sus primos, los Moore de la Serna; el niño asmático que vivió en Buenos Aires y luego en Alta Gracia; el chico travieso que estudió en la Escuela San Martín donde doña Celia inauguró la copa de leche, merienda que ella donaba para todos los niños; aTete, el Pelao, el Fuser, el futbolista del equipo Rosario Central, el fundador de la Revista Tackle dedicada al rugby. Aman al adolescente despierto y creador que vivió en la ciudad de Córdoba, en la calle Chile y estudió en el Colegio Dean Funes; al joven que ingresó en la Universidad de Buenos Aires, que fue enfermero en los barcos de la Marina Mercante; que trabajó en la Clínica del Dr. Pissani y que recorrió las provincias del norte argentino en una bicicleta y luego salió a conocer la "Mayúscula América", primero en moto con su amigo Alberto Granado; aliviando males, curando enfermos, conociendo América. Aman y respetan al graduado de doctor en la Facultad de Medicina de la Universidaid de Buenos Aires que salió por última vez, en tren junto a otro de sus amigos, Carlos Ferrer.

Desde su Buenos Aires querido, donde se reunieron sus hermanos, padres, y otros familiares, amigos y amigas junto a él, por última vez, en la vieja estación del ferrocarril que lleva el enaltecedor nombre de General Belgrano, aquel patriota que izó por primera vez la bandera de franjas blancas y azul celeste, en la ciudad en la cual nació años después el Comandante Ernesto Che Guevara, al que hoy rinden homenaje diario con su permanente acción de justicia.




Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(28 de noviembre de 2005)


Cuba. Una identità in movimento

Webmaster: Carlo NobiliAntropologo americanista, Roma, Italia

© 2000-2009 Tutti i diritti riservati — Derechos reservados

Statistiche - Estadisticas