Cuba

Una identità in movimento


Horizonte festivo en la Villa Blanca

Rafael Lara González


En la región centro norte de Cuba podemos encontrar un pueblo que cuenta con una rica tradición, fundado por allá en el año 1835 y con un gran auge económico desde finales del siglo XIX debido a sus riquezas esencialmente marítimas, sobre todo en la captura de cangrejos, langostas, pargos y cuberetas, impregnando en sus generaciones sus más evidentes símbolos y arraigos durante centenares de años, de gran reconocimiento nacional lo constituyen las leyendas marineras que han forjado desde altamar, lejanos a unas cuantas millas del "Puerto de la Pesquera" (sitio donde desprende y ancla cada navío a su regreso), varios han sido los escritores que han recopilado todo un legado que proviene solo de sus hijos como depositarios principales de sus tradiciones. El diverso panorama festivo prevalece dentro de lo más significativo de las costumbres de este lugar, el cual no ha gozado de igual suerte que otras zonas cercanas en cuanto a su difusión, por lo que considero apropiado y oportuno mi modesta intención. La posibilidad de ser remediano me brindó la posibilidad de conocer en mi niñez muchos de sus tesoros culturales que hoy se conservan para todas las generaciones.

En Caibarién como suele ser en casi todos los pueblos del centro del país se celebra el día de los Caibarienenses Ausentes, tradición que tiene su origen desde el 8 de agosto de 1954 cuando el alcalde de turno José Julio Pérez y Borroto (Yuyo) se le ocurrió la magistral idea de fundar el "Carnaval de Verano" en la Villa, es hasta entonces que cada año se desarrolla desbordado de fiestas y manifestaciones muy particulares de arte popular, mientras dentro de estas festividades y celebraciones el llamado "Carnaval Acuático" se realiza a lo largo del malecón cangrejero, (porque es el pueblo de los cangrejos y ostenta una enorme escultura de un cangrejo en su entrada); y que se compone de barcos acondicionados y decorados con un tema determinado como si fueran carrozas desfilando por las tranquilas aguas de la bahía acompañadas por iniciativas músico-danzarias (según temática) con alegóricos personajes, con ilustrados vestuarios que junto a los emocionantes fuegos artificiales nos brinda un espectáculo de lo más impresionante de la cultura popular; mientras, el público disfruta y participa en la selección de las mejores composiciones artísticas. Por la noche son los paseos clásicos de carrozas y comparsas. En esta ocasión la pugna es entre instituciones o empresas que se convierten a la vez en patrocinadores de cada una de las representaciones, se ocupan de la selección de la embarcación, sus materiales y accesorios necesarios para cada uno de los elementos que componen la decoración del carruaje marítimo.

Para los habitantes de Caibarién la celebración del "Carnaval Acuático" nunca le sería ajena e imposible, ya que por varios años también ejecutan las "Parrandas", en las que los barrios de "La Loma" y "La Marina" compiten entre sí una noche, constituye su tradición más importante, engendrada de sus vecinos más cercanos y creadores de tal genuina actividad (Remedios) y al igual que los remedianos son los únicos que dentro de sus elementos incluyen los majestuosos Trabajos de Plaza (piezas que alcanzan hasta 100 pies de altura con combinaciones de miles de bombillos), es digno de señalar que éstos a diferencia de los que se construyen en la "Octava Villa" que se observan solo por el frente pueden ser vistos de forma complementaria desde cualquier punto, debido a que su formato es totalmente tridimensional colocados encima del pavimento del Parque Central en cada uno de sus laterales de forma que se sitúe cada uno frente del otro, también dentro de sus variantes para la competencia fraternal construyen la carrozas que enmarcan un pasaje de una obra literaria perteneciente a la Literatura Universal, recreando una atmósfera contextual con los elementos arquitectónicos de la correspondiente época, el vestuario clásico y hasta algún detalle logrado con los llamados efectos; a diferencia del "Carnaval Acuático" y del "Carnaval de Verano" los personajes se mantienen de forma estática y situados como si fueran figurantes con lujosos vestuarios con los más exuberantes tejidos, brillos y lentejuelas, otra diferencia es que en el de Verano y el Acuático los temas musicales son más movidos y contemporáneos, también al igual que las demás festividades parrandiles contemplan dentro de sus elementos a las banderas, los faroles o farolas, estandartes, insignias, los repiques, congas y a diferencia de las de Remedios aparecen las comparsas y los muñecones que también las podemos presenciar en los "Carnavales de Verano". Estamos seguros que esos artesanos populares que se dedican a construir todo un imaginario que nos introduce armónicamente en un mundo de fantasía, heredado de sus padres y abuelos, son los mismos en cada una de las maravillas festivas, sin una academia reconocida pero con una maestría que deja a cada visitante impregnado con tanta belleza y originalidad.

Aunque los Carnavales más reconocidos son los de Santiago de Cuba, Camagüey y La Habana al igual que los Carnavales Acuáticos los de Caimanera (Guantánamo) y Punta Alegre en el municipio avileño de Morón y las Parrandas, las de mi pueblo natal, no dejan de constituir los festejos de la Villa Blanca, sellos distintivos de la memoria de todo sus moradores y por qué no de todo villaclareño, cubano, caribeño y latinoamericano.


    Rafael Lara González
    Metodólogo Nacional de Cultura Popular Tradicional
    Consejo Nacional de Casas de Cultura, Ministerio de Cultura de Cuba





Página enviada por Jesús Guanche
(24 de enero del 2008)


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