Cuba

Una identità in movimento


La Voz. Maggie Carlés

María Argelia Vizcaíno


Nació; con el don de una tremenda voz
y siempre supo colocar bien el diafragma...
(Rosendo Rosell)


Cuando yo era una muchachita, mi cantante favorita cubana fue Luisa María Güell. Sus canciones las copiaba en una libreta de la escuela y me cortaba el cabello como ella (corto, lacio, y con cerquillo). Recuerdo que el mejor halago que recibí en ese tiempo fue del famoso actor César Carbó, que en casa del gran escritor cubano César D. Castro, me dijo que me parecía a ella. Pero se fue de Cuba, y me quedé sin ídolo, porque la prensa controlada no dijo nada más de su vida, a pesar del éxito adquirido y los importantes premios que obtuvo.

Poco tiempo después, cuando apenas tenía 12 años y comenzaba en la escuela secundaria (1967), escuché una nueva cantante, que se me pareció a la que fuera mi estrella, por eso fui su seguidora.

Era muy jovencita, sólo un poco más que yo. Tierna en "Tú serás mi baby"; sentimental en "Te vas a casar" (que sirvió de tema para una novela radial); y en la canción "La chica Yeyé" bailaba tímidamente. Maggie Carlés llenó el vacío que me dejó Luisa María Güell.

Cuando cantaba al principio con el grupo de Armandito Zequeira (ahora también en el exilio, convertido en el cotizado compositor de grupos mexicanos) me molestaba porque creía que la opacaban. Cosas de la edad, porque Maggie siempre brilló con luz propia. Me entusiasmó un poco más cuando hizo el dúo con su nuevo esposo Luis Nodal, y arrebataban con sus versiones al español de canciones que originalmente eran populares en inglés. Todavía me acuerdo de "El amor eres tú". Admiraba la simpatía de ambos cuando en una comedia bien representada en el programa de TV preferido de la juventud, llamado "Buenas Tardes", ella terminaba cargándolo a él.

Al cabo de 7 años de nuestro exilio en Estados Unidos, supe que era solista, su esposo Luis pasó a ser su representante, le dejó el campo libre para que se desarrollara como lo que es: una estrella. (Amor del bueno, sin egoísmo ni celos profesionales). Ellos lograron hacer un fabuloso concierto en La Habana en 1987, con el grupo del internacionalmente conocido trompetista Arturo Sandoval. En 1991 un primo de mi esposo me trajo de Cuba un casete de aquel estupendo concierto grabado en vivo, que disfruté muchísimo.

El 31 de enero de 1993, los cubanos de la isla y los del exilio se estremecieron con la llegada de Maggie Carlés a Miami solicitando asilo político, junto a su esposo y su hijo menor Alain. En una de las primeras emisoras radiales que pusimos las últimas canciones de Maggie fue en nuestra antigua 99.5 FM de West Palm Beach. En el programa "Desayuno Internacional", su locutor, el colombiano Helman Ruíz, tuvo la gentileza de invitarme para comentar sobre la recién exiliada, y la audiencia pudo escuchar, sus interpretaciones de mi casete.

En Cuba, Maggie dejaba a sus padres y a su hijo mayor, además, una carrera de 20 años de éxitos internacionales, tratando de no cambiar su imagen dulce por cantar canciones de artistas de los países capitalistas y religiosas, como el Ave María de Schubert.

Maggie no es sólo "La Voz", como la catalogaron con sobrada razón, en el importante diario francés "Le Parisien", pues cuenta con una impresionante musicalidad, y su registro es amplio, con agudos altos y seguros, y sus graves son profundos, además de su versatilidad, colocando bien su diafragma; como ha señalado sabiamente Rosendo Rosell en su libro "Vida y milagros de la Farándula en Cuba". Maggie Carlés es mucho más: es paz, es perdón, es reconciliación, es amor, que transmite en cada canción, y nos señala el camino a Cristo, por intermedio de su Madre Santa en cada interpretación del "Ave María", con que orando evidentemente emocionada, entrega el alma sin vacilación.

En el mes de marzo de 1997, salió a la venta el primer trabajo discográfico producido por el talentoso productor Bebu Silvetti, titulado "Alma Latina II", en el que el famoso tenor español Plácido Domingo, grabó un dúo con nuestra Maggie.

El sábado 14 de febrero de 1998, Maggie Carlés es la artista invitada de Rossana Azuero para celebrar el III Aniversario de su programa "Concierto para Enamorados", que se trasmite por el 1190 AM, de 3 a 5 p.m. Allí Maggie hizo en primicia y personalmente la presentación del disco más esperado de su carrera, "Canto, amo, sueño", otra producción del maestro Silvetti.

Es un compacto que, a la indiscutible ganadora de premios en festivales europeos, le abrirá las puertas de iberoamérica. El mundo seguirá admirando a "La Voz", — para orgullo de los cubanos — porque es única en su clase.


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