Cuba

Una identità in movimento


La soberanía de Cuba debe ser respetada y condenada la injerencia de Estados Unidos

Wilkie Delgado Correa


Todo el mundo conoce que con motivo de la enfermedad de Fidel se formó un alboroto internacional y, formando un capítulo aparte, aparecieron las declaraciones altisonantes de funcionarios, de voceros, de la Secretaria de Estado y del Presidente de Estados Unidos. En síntesis, no tuvieron la decencia de mantener recato ante la situación de salud de un adversario respetable. Al contrario, manifestaron que no estaban dispuestos a permitir una continuidad de la Revolución Cubana "post-Castro" a través de la sucesión de Raúl u otro dirigente de la Revolución y que, por lo tanto, era ya hora del inicio de la transición en Cuba, para lo cual estaban listos a apoyar al "pueblo" de Cuba. También estaban dispuestos a tomar nota sobre posibles interferencias en la situación de otros gobiernos como el de Venezuela. De la jauría de Miami, ni hablar! Ladraron públicamente todo lo que pudieron, a pesar del cacareo de gallinas que llevan dentro.

Quienes conocen la esencia de la política norteamericana en el mundo, pensaron inmediatamente según lo expresa el dicho popular: "a buen entendedor, pocas palabras bastan". De ahí que personalidades de todos los continentes empezaron a suscribir el documento titulado LA SOBERANÍA DE CUBA DEBE SER RESPETADA, que en el momento actual está respaldado por las firmas de decenas de miles de personalidades de los más variados campos.

Pocos o muchos, según sea el grado de desinformación y confusión en sus países, pensarían que en Cuba estaría ocurriendo algo anormal o ilegal que, lógicamente, dado el papel de gendarme internacional que ha asumido o se le atribuye a Estados Unidos, merecía tales advertencias, alertas, amenazas del emperador y sus acólitos, y hasta de los mismos lacayos y esclavos, que son serviles instrumentos del imperio.

Para una mejor interpretación de los asuntos implicados en el acontecimiento, emplearemos dos elementos básicos: las definiciones del diccionario y de las leyes. Con ambos elementos como reglas de criterio, podemos poner cada cosa en su lugar y someter a análisis la política de Estados Unidos.

Como se trata en primer lugar de la soberanía de Cuba, recordemos que según el diccionario ésta es "la autoridad del pueblo" o "El estado del poder político de una nación o de un organismo que no está sometido al control de otra nación o de otro organismo".

Por tanto, la soberanía nacional "es la que corresponde al pueblo, de quien dimanan todos los poderes del Estado".

De acuerdo con estas precisiones, ¿qué pinta el gobierno, el presidente, los congresistas, los lacayos, etc., de Estados Unidos en asunto que es soberanía de Cuba, de su pueblo y de sus organismos representativos?

Al meterse en un asunto que no le compete desde ningún punto de vista, el gobierno de Estados Unidos, con todos sus agentes de poder, empiezan a intrigar, o sea, "se ejercitan en intrigas y enredos". Y la intriga es "manejo secreto que se emplea para conseguir un fin". Y, dice el diccionario, que quien la practica es un intrigante, que es sinónimo de "aventurero, enredador, entremetido". ¿No pone de manifiesto el diccionario a Estados Unidos?

Pero el diccionario también define que intolerable es sinónimo de "insoportable, excesivo, inaguantable, insufrible". Y para ser más diáfano nos pone de ejemplo: "vecino insoportable".

¿No es Estados Unidos ese vecino insoportable que tiene Cuba, y que nadie en este mundo quisiera tener cerca de sus narices? No es por el pueblo norteamericano, ciertamente, sino por sus gobiernos y las fuerzas retrógradas que ocupan el poder.

Ese vecino insoportable que no tiene ni puede tener nada que ver con la soberanía de Cuba, al pretender hacerlo viola las normas elementales del derecho internacional, comete un acto de injerencia, o sea, "se entromete e inmiscuye" en los asuntos que sólo son competencia del pueblo cubano y de los órganos representativo del Estado cubano.

Hasta aquí se ha producido una irrupción verbal en los asuntos soberanos de Cuba. Sus amenazas pueden estar en correspondencia con el anexo secreto del documento aprobado por el gobierno de Bush para la transición en Cuba, y que no puede contener otra cosa que las medidas de agresión y hasta de invasión contra Cuba. Y el diccionario nos aclara — ¡qué brillantez y elocuencia política tiene el diccionario! — que invasión es "la irrupción hecha en un país por una fuerza militar de otro: por ejemplo, las invasiones de los bárbaros". Y para ser más definidor tiene otra acepción: "la ocupación general de un lugar, como ejemplo, una invasión de ratas".

¿No hay de todo eso, de bárbaros y de ratas, en una invasión de Estados Unidos a una tierra extranjera?

Claro que puede haber más. El genocidio, o sea, "el exterminio sistemático de un grupo étnico, racial o religioso".

Es interesante profundizar en las razones, que son muchas, para ese encono y actuación contra Cuba. Se pudiera escoger, por ejemplo, la soberbia de los gobernantes norteamericanos, o sea, la ira, cólera y rabia, que los obnubila y enajena.

Pero es que en su actuación, como quiera que viola leyes propias y ajenas y, por supuesto, las normas y principios jurídicos internacionales, el gobierno de Estados Unidos comete delito y crimen. Y dice el diccionario que "quien comete un delito en un delincuente" y "quien comete un crimen es un criminal",

Ahora abordemos la estulticia y prepotencia del gobierno de Estados Unidos que se abroga ilegítimamente el derecho de injerencia en los asuntos internos de Cuba.

La Constitución de la República de Cuba establece en sus 15 capítulos y sus 133 artículos los aspectos fundamentales del estado nacional; los principios asumidos por los ciudadanos cubanos; los fundamentos políticos, sociales y económicos del Estado; definiciones sobre la ciudadanía y extranjería, sobre la familia, sobre la educación y cultura, sobre la igualdad, sobre los derechos, deberes y garantías fundamentales; el estado de emergencia; los principios de organización y fundamento de los órganos estatales; los órganos superiores del Poder Popular; la división político-administrativa; los órganos locales del Poder Popular; los tribunales y fiscalía; sistema electoral; la reforma constitucional.

Para poner al desnudo la insensatez, que linda en la insanidad, del gobierno actual de Estados Unidos, es conveniente señalar los artículos claves relacionados con la soberanía de Cuba y los asuntos que están siendo analizados.

ARTÍCULO 1. Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado para todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.

ARTÍCULO 3. En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellos derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes.

Todos los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución.

ARTÍCULO 69. La Asamblea Nacional del Poder Popular es el órgano supremo del poder del Estado. Representa y expresa la voluntad soberana de todo el pueblo.

ARTÍCULO 71. La Asamblea Nacional del Poder Popular se compone de diputados elegidos por el voto libre, directo y secreto de los electores, en la proporción y según el procedimiento que determina la ley.

ARTÍCULO 72. La Asamblea Nacional del Poder Popular es elegida por un término de cinco años.

ARTÍCULO 75. Son atribuciones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Nota: se relacionan 26 en el texto) k. elegir al Presidente, al Primer Vicepresidente, a los Vicepresidentes, al Secretario y a los demás miembros del Consejo de Estado.

ARTÍCULO 94. En caso de ausencia, enfermedad o muerte del Presidente del Consejo de Estado lo sustituye en sus funciones el Primer Vicepresidente.

Después de conocer lo que estipula la Constitución de la República de Cuba, ¿puede alguien en su sano juicio cuestionar lo ocurrido en Cuba ante la repentina enfermedad de Fidel? ¿Puede algún gobernante decente y respetable de este mundo permitirse un juicio cuestionador de las medidas tomadas en Cuba, que son atinentes desde el punto de vista legal y constitucional?

Indudablemente, Estados Unidos, a pesar de su poderío, va de más a menos, gracias a las actitudes descocadas de sus gobernantes, que serían casi risibles, si no fuera por la gravedad que ellas entrañan. De ahí que el sentimiento real sea de indignación y provoca la condigna respuesta de resistencia. Plan de resistencia en defensa de la soberanía de Cuba frente al plan de injerencia y ataque contra ella. Plan contra plan. Plan de resistencia de Cuba y el mundo solidario para vencer el plan de ataque de la política de muerte de Estados Unidos contra quienes osen decir que no debe cubrir el mundo la sombra del rapaz águila imperial.


    Dr Wilkie Delgado Correa
    Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Medicas de Santiago de Cuba


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