Cuba

Una identità in movimento


Los componentes étnicos africanos en Cuba y sus múltiples denominaciones (Parte III)

Jesús Guanche


Zona IV. Entre Cabo López y Cabo Negro

Esta zona se corresponde con una parte del gran conglomerado de pueblos de habla bantú, que abarca los territorios de Gabón, Congo, República Democrática del Congo y Angola. La complejidad multiétnica del área se conoce como "civilización bantú"[1] o "mundo bantú", desde el punto de vista etnolingüístico y territorial. Esto rebasa, evidentemente, la zona con que operamos para la clasificación de los etnónimos.

    IV.1. Congo

    Referidos con la denominación metaétnica congo, condicionada por su denotación topográfica e hidrográfica, hemos podido identificar en Cuba a muchos africanos de origen banda, boma, bubi, kamba, kongo (propiamente dichos), kuba, marawi, mbala, mbamba, mbundu, ndamba, nganguela, nhaneca-humbi, ovimbundu, rundi, songe, sundi, téké y yaka, un amplio grupo de pueblos extraídos de sus respectivos territorios de origen y vendidos en diferentes momentos históricos a través de esa gran cuenca fluvial.

      IV.1.a.
      Los banda (gbanda)[2] son identificados en Cuba con las denominaciones de bana, banera y congo bana.
      En Brasil, entre sus diversas acepciones, se relaciona con las lenguas kimbundu y kikongo, referidas a un topónimo: zona o provincia, respectivamente (LOPES, 1993-1995: 41).

      IV.1.b.
      Los boma (baboma)[3] resultan identificables por su etnónimo: boma y por las denominaciones de congo boma, congo bomboma, congo bombona, congo bongona de la región de bola, congo mambona, congo momboma, congo mombono, congo mumboma y congo munbona.

      IV.1.c.
      Los bubi (también conocidos como ediya y "fernandinos")[4] aparecen tempranamente referidos como biringoyo, congo biringoyo y congo birongoyo.

      IV.1.d.
      Los kamba (bakamba o nsuku)[5] aparecen con las denominaciones de camba, congo mucamba y congo olacamba.

      IV.1.e.
      Los kongo (ocasionalmente referidos como bakongo o congo),[6] representan la mayoría de esta área y aparecen referidos con las siguientes denominaciones: angunga, cabenda, cabinda, cabunda, cacongo, congo, congo angoyo, congo angunga, congo baco, congo bacongo, congo bayombe, congo cabenda (congo cabida, congo cabinda, congo cabinda de perla ma, congo cabinda de perlá má, congo cubenda, congo gabinde) congo cocongo, congo colongo, congo entótera (congo etontera), congo gollo, congo gollo de quiluimba, congo loango, congo-luango, congo longo, congo luango, congo llanga, congo llombo, congo maconga (congo macongo), congo malembo, congo mani, congo masconga, congo masambí, congo mayombe (congo majumbe, congo mayote, congo mayonga, congo mayumba), congo mumboma, congo musombo, congo milongo, congo minquela, congo mombata, congo mosolongo, congo motembo, congo mumbata, congo musenga, congo musoro, congo musoso, congo musulongo (congo musolongo), congo musungo, congo musoro, congo musoso (écongo mussosso), congo musucongo, congo musulungo, congo mussolongo, congo muzumbo, congo nizanga, congo real (boango, congo real y fino, congo real musilongo), congo sosso, congo tiberé, congo vivi, embondo, embuyla, ensenza (esensa, ensensa, ynsenza), entótera (entontera), loango (luango), longo, manicongo, matamba, matumba, mayombe, monengue, motembo (motemo, montemo, montembo), mumboma, musabela, rey y canónigo. Estas denominaciones, independientemente de la variedad de transcripciones reflejan mayoritariamente topónimos y lingüónimos.
      Este término, como etnónimo y como denominación genérica es común en las Américas y el Caribe debido a la cantidad y variedad de esclavos transportados. En República Dominicana, donde también se reporta la denominación manicongo, por ejemplo:
      La cultura conga se transculturó fuertemente en la colonia, y varios de sus rasgos pasaron a la dominicana. La toponimia criolla recoge, por su parte, el Cerro de los Congos -provincia de Peravia-; los Llanos de Francois Congo y las secciones de Fransuá Congo -Pedernales- y Palma Conga, en San Pedro de Macorís (DEIVE, 1996: 97).[7]
      Esta denominación se reitera en Brasil, México, Colombia, Venezuela, donde también se reportan como embuila y luango (LOPES, 1993-1995: 91; AGUIRRE BELTRÁN, 1972: 139; FRIEDEMANN, 1993: 53; ACOSTA SAIGNES, 1978: 100-101).

      IV.1.f.
      Los kuba (conocidos además como bakuba o bushong),[8] son identificables con el etnónimo kuba y las denominaciones de congo mumbaqué, macuba, mobangue, mumbaqué y munbake.

      IV.1.g.
      Los marawi (malawi, malavi, maravi),[9] aunque no hay indicios de una significativa presencia en América, en Cuba aparecen identificados con una de las variantes del etnónimo: maravi.

      IV.1.h.
      Los mbala (bambala).[10] En Cuba se les puede identificar como congo bala, congo mumbala y mumbala.
      También se reportan en México y Venezuela como bala y mabala, respectivamente. AGUIRRE BELTRÁN refiere que "invadieron el reino de Angola en el siglo VI, fundando en el territorio señalado tres reinos famosos: el de Matamba al Norte, el de Imbangala al centro y el de Malemba al Sur" (1972: 143). Precisamente las denominaciones malemba y lemba aparecen en República Dominicana y DEIVE (1996: 98) acude a la clásica obra de MURDOCK (1959) para tratar de identificarles.

      IV.1.i.
      Los mbamba (bambamba)[11] aparecen referidos como congo bamba, congo bondo, congo mombamba, congo morubamba y bamba (banba, barbá).
      En Santo Domingo y México son reportados como bamba (DEIVE, 1996: 96 y AGUIRRE BELTRÁN, 1972: 126). En Venezuela, ACOSTA SAIGNES los confunde con los bemba.[12] En todos los casos son clasificados como parte del etnos kongo.

      IV.1.j.
      Los mbundu (también conocidos como ambun, ambundu, bambundu o mbun),[13] pueden ser identificados por las denominaciones de angola (engola), cambaca, congo angola, congo baca, congo bondo, congo engola, congo engolo, congo loanda, congo macamba, congo masinga, congo masinba o masinga, congo massignga, congo mecamba, congo mombonda, congo mondongo (congo mongongo), congo musongo, congo quisama (congo quisiama), loanda (luanda), masinga, mondongo, momdombo, mondong, quisama y quisiama.
      Este grupo aparece referido en Brasil como bundo (LOPES, 1993-1995: 51); en México, Colombia, Venezuela y República Dominicana se repite la denominación mondongo. En este último país también se reporta la denominación sambú para identificar una de sus comunidades (AGUIRRE BELTRÁN, 1972: 140; FRIEDEMANN, 1993: 53; ACOSTA SAIGNES, 1978: 103 y DEIVE, 1996:99).

      IV.1.k.
      Los ndamba (gangi o wandamba),[14] son identificables con las denominaciones étnicas de congo mundamba, mundamba y mundembo.

      IV.1.l.
      Los nganguela (también conocidos como gangala, ganguela o ganguella),[15] son referidos por una de las variantes del etnónimo: ganguela y por las denominaciones étnicas de ambuyla (embuila, embuyla), congo ambuila, congo bunda, congo embuyla.

      IV.1.m.
      Los nhaneca-humbi (banianeka, muhaneca, nyaneka, wanyaneka, ovanyaneka, nhaneca, nyaneka-nkhumbi, vaheneka, vanyaneka)[16] incluye a varios grupos tales como los gambo, muila, jau, pocolo, quihita, humbi, dongoena, hinga, cuancua, quilengue-muso, quilengue-humbi, quipungo, handa de mupa y handa de quipungo. En Cuba son identificables por la denominación de congo pungo; es decir, por uno de sus grupos constituyentes.

      IV.1.n.
      Los ovimbundu (banano o umbundu),[17] aparecen con las denominaciones de banguela (banjela, benguela, bengala), congo banguela, bies, congo bengala, congo bengella, congo banjela, congo benguela, congo benguela ugombe, congo cacanda, congo caconda, nano y vigue. El predomino de topónimos es indiscutible, lo que denota su exportación por el puerto de Benguela y los traslados desde Caconda y Bihé.[18]

      IV.1.ñ.
      Los rundi (barundi)[19] fueron muy escasos, pero hay referencias a la denominación de congo murundi.

      IV.1.o.
      Los songe (basonge o songye),[20] son referidos con la denominación de bosongo y congo bosongo.

      IV.1.p.
      Los sundi (basundi o nsundi)[21] aparecen referidos como congo basundi, congo basundie, congo musundi (congo musundí, congo sundi), congo muzombo (congo muzumbo), congo sersundi, musundi (musundí) sunda y sundí. Casi todas como variante singularizada del etnónimo, debido al prefijo ba y mu.
      Con el etnónimo sundi también aparecen en Venezuela y México (ACOSTA SAIGNES, 1978:105 y AGUIRRE BELTRÁN, 1972:139).

      IV.1.q.
      Los téké (bateke, tyo, ateo, "anzika")[22] aparecen referidos con las denominaciones de anchica (enchica, enchico, chico), congo anchica, congo anchico, congo anzico y congo enchica.

      IV.1.r.
      Los yaka (bayaka),[23] aparecen referidos con las denominaciones congo bayaca, congo mallaca, congo maiaca, congo munyaca, congo muriaca, congo muyaca, congo munyaka, congo munyácara, congo muriaca, congo yaca munyacara, munyácara y munyaca. Aquí también se aprecian las variantes singularizadas del etnónimo por el prefijo mu.


    IV.§. Otros componentes étnicos

    Con denominaciones simples también proceden de esta área diversos representantes de varios pueblos como los asu, fang, lala, luba, mongo y ngwi.

    IV.§.a.
    Los asu (también referidos como asua, sambaa, shambaa, shamba o shambala),[24] aparecen con la variante del etnónimo assua transcrito con doble s. Es muy probable que hayan sido traídos hasta la costa occidental o exportados por Mombasa u otros puertos más cercanos.

    IV.§.b.
    Los fang (referidos también como fan, fanwe, mfang, pahouin, pahuin o pangwe),[25] pueden asociarse por su ubicación con la denominación territorial de cabone, gabó y gabón; lugar donde predomina este etnos.

    IV.§.c.
    Los lala (balala),[26] aparecen en Cuba con el mismo etnónimo: lala.

    IV.§.d.
    Los luba (baluba),[27] se les identifica en Cuba por las denominaciones de mosanga, mosombo, musombo y musongo; expresiones singulares de esa lengua. El propio Hrbek distingue a los luba-sanga de la República Popular del Congo del resto de los luba y VAN BULCK los transcribe como luba-samba para distinguirlos de los luba-hemba del propio territorio.

    IV.§.e.
    Los mongo [28] aparecen muy temprano con el etnónimo mongo y con las denominaciones de monjolo y monxolo.

    IV.§.f.
    Los ngwi (ngiri)[29] aparecen referidos como engüei y engüey; dos variantes aproximadas de transcribir el etnónimo.
    En esta otra importante zona se han podido identificar doscientas treinta denominaciones y clasificar veintiún etnónimos. Como se evidencia el etnos kongo representa el 41,43 % del total de los etnónimos correspondientes al área. Ello refleja significativas influencias culturales respecto del amplio espectro de nombres étnicos procedentes de otras zonas vecinas.


Zona V. Costa Oriental, entre Mombasa y Zitundo

La costa oriental de África se vincula muy tempranamente con la trata de esclavos a través de los comerciantes árabes. Después que los portugueses fueron expulsados definitivamente de Mombasa en 1698, la costa volvió a tener un gobierno nativo, pero durante el siglo XVIII los gobernantes de Omán establecieron el control sobre el área. A comienzos del siglo XIX, el sultán Sayyid Said, gobernante de Omán, transfirió su capital a Zanzíbar, que le sirvió de base para fortalecer su poder sobre la costa y penetrar al interior para comerciar con los reinos interlacustres. Los esfuerzos británicos por regular el comercio de esclavos en África oriental condujeron, en 1822, a un tratado que prohibía la venta de esclavos a súbditos de reinos cristianos. Sin embargo, el comercio de esclavos continuó muy activo, debido al gran número de africanos secuestrados para hacer frente a la demanda de esclavos en las plantaciones de clavo de Zanzíbar y en los mercados de esclavos en América.

    V.1. Macuá

    La referencia al etnónimo macuá resulta excepcional respecto del gran conglomerado de africanos esclavizados procedentes de la costa occidental. Aunque la trata abarcó también el oriente de África no es comparable con la intensidad y magnitud que poseyó la costa atlántica del continente.

      V.1.a.
      Los makuá (makoa, makuwa, makwa, makwai, mato o meto),[30] aparecen referidos con las siguientes denominaciones: bacua, bique, macuá (machá, macua, macúa, makua, makuá), magua, malagasca, mozambique (musanbique) y de modo excepcional como carabalí macuá. Esta última denominación es inexplicable por contradictoria o solo explicable por el reembarque de esclavos en más de un puerto.[31]
      Procedentes de esta zona y probablemente en correspondencia con el referido etnos, también nos encontramos las denominaciones de mombasa y congo mombasa el conocido puerto al sur de Kenya. La vinculación con el tráfico de esclavos se debe al Fuerte de Jesús, construido por los portugueses en la década de 1590. Mombasa fue fundada hacia el siglo VIII por comerciantes árabes. En la década de 1330 arribó el célebre viajero árabe Ibn Batuta (1304-c.1369) y en 1498 el explorador portugués Vasco da Gama (c. 1469-1524). Mombasa cambió de manos en diversas ocasiones hasta colocarse bajo el control del sultán de Zanzíbar en 1840. Pasó a ser dominio de los británicos en 1895 y fue la capital del protectorado de África Oriental Británica hasta 1907. La segunda denominación referida como congo mombasa se debe, sin dudas, a la connotación bantúhablante de estos pueblos.


    V.§. Otros componentes étnicos

    En esta zona también hemos podido ubicar tres etnos cuyas denominaciones aparecen simples o referida una de ellas como congo, tales como los boni, bungomek y nguindo.

      V.§.a.
      Los boni (langulo, waboni o walangulo).[32] En Cuba aparece la denominación de boní; es decir, el propio etnónimo pero con cambio de acentuación.

      V.§.b.
      En el caso de los bungomek,[33] aparecen referidos como bungamé (bungame) y congo bungana, dos denominaciones simples y una compuesta. En el caso de los que son referidos como congo bungana, también es probable que hayan sido de los pueblos sometidos a grandes marchas forzadas y exportados por el Atlántico, tal como se señala en la referida obra de MEDINA y CASTRO (1996: 124-173).

      V.§.c.
      Los nguindo (nguindu)[34] aparecen referidos como guindo; o sea, el propio etnónimo pero con un cambio ortográfico no usual en el español.
      La variedad de denominaciones es muy escasa si se compara con cualesquiera de las otras áreas. De dieciocho denominaciones se han podido precisar dieciséis e identificar solo cuatro etnónimos. Como puede apreciarse, el predominio de los makuá y sus variantes denominativas asciende al 72,22 % de esta zona respecto de los otros etnónimos identificados.
      En relación con los africanos y descendientes que proceden de otras áreas de Europa y el Norte de África, así como de las Américas y El Caribe es un importante tema abierto que podemos abordar en otra ocasión, pero que no se corresponde con la muy apretada síntesis que he tratado de realizar.


    Consideraciones finales

    De acuerdo con la amplia diversidad de fuentes consultadas, desde la primera mitad del siglo XVI hasta hoy, hemos localizado 1202 denominaciones de esclavos (africanos y criollos) cuya inmensa mayoría (93,27 %) proceden del sur del Sahara, en menor medida de las Américas y el Caribe (4,81 %) y del Norte de África y Europa (1,92 %).

    De las anteriores denominaciones hemos podido identificar y clasificar 78 etnónimos propiamente subsaharanos, los cuales se corresponden con las zonas estudiadas de la manera siguiente:

Zona

Total

%

I

28

35,89

II

6

7,69

III

19

24,35

IV

21

26,92

V

4

5,15

Total

78

100,00


Aunque la zona I representa más de un tercio de la diversidad de etnónimos, los nexos históricos y comerciales durante la trata moderna de esclavos entre las zonas III y IV constituyen más de la mitad en la diversidad de etnónimos identificados, lo que se relaciona muy directamente con la mayor intensidad de los influjos culturales procedentes de las cuencas fluviales de los ríos Níger y Congo, respectivamente.

La diversidad de los etnónimos identificados no se corresponde necesariamente con el monto, el ritmo ni la intensidad de la inmigración trasatlántica o transamericana y caribeña forzada, sino con los modos de denominar a los sujetos esclavizados para someterlos a los intereses del comercio trasatlántico, transamericano y caribeño. Este proceso incluye diversas variantes entre las que sobresalen las siguientes:

  1. la plena correspondencia de la denominación con el etnónimo como garantía de identificar lo que se vende, lo que permite identificar la pertenencia étnica de cada pueblo;

  2. la transformación de una denominación por otra debido a la demanda de un tipo de esclavo en el mercado, lo cual oculta la etnicidad desde el punto de vista documental;

  3. la falsa identificación de la denominación con los lugares de concentración y embarque de esclavos, lo cual también oculta o tergiversa la etnicidad;

  4. las variaciones de la denominación de acuerdo con la pertenencia lingüística de quienes denominan, independientemente del conocimiento o no del etnónimo, lo que denota una amplísima diversidad de transcripciones; y

  5. la identificación de la denominación con grandes áreas costeras o con todo el continente africano, lo que imposibilita cualquier ubicación precisa.

Aunque cuatro de las cinco variantes señaladas son propicias a la confusión y complicación de las identificaciones, ha sido posible determinar la amplia diversidad de pueblos representados en la esclavitud moderna y su compleja disrupción en el contexto cultural de Cuba, así como sus nexos con otros lugares de las Américas y el Caribe.

Muchos de los referidos etnónimos, debido a la escasa representación cuanti-cualitativa de africanos, no han trascendido a la cultura nacional cubana debido a múltiples razones: su presencia excepcional o muy escasa, la temprana mortalidad, la discontinuidad inmigratoria, la baja o nula reproductividad biológica, la disolución por asimilación en el contexto de los barracones de esclavos con mayor representatividad étnica de otro u otros grupos, los matrimonios mixtos en los que predominan mujeres nacidas en Cuba, y la ausencia de asociabilidad institucional en el contexto urbano.

Por el contrario, la constante e intensa representación cuanti-cualitativa de grupos humanos identificados genéricamente como arará, congo, carabalí y lucumí han tenido una influencia predominante en la conformación de la herencia africana en la cultura nacional de Cuba; especialmente a través de la asociabilidad institucional de los cabildos de africanos y descendientes, que a su vez sirvieron de base para la formación de redes de familias religiosas con un carácter abierto a la participación social de sus cadenas intergeneracionales y del resto de la población cubana.

Se ha podido determinar, en primer lugar (según las áreas estudiadas en África) que las denominaciones étnicas de los africanos en Cuba se relacionan principalmente con topónimos e hidrónimos que designan e identifican los territorios y áreas fluviales o marítimas de procedencia, respectivamente; en segundo lugar se corresponden con los etnónimos y lingüónimos, o ambos, según las personas o grupos reconocidos por su pertenencia o filiación étnica y/o lingüística; y en tercer lugar con la reventa procedente del propio continente americano y las islas del Caribe.

Se ha evidenciado que las denominaciones de los africanos en Cuba han sido identificadas principalmente a través de los vocablos transcritos en las lenguas de los países participantes en el tráfico esclavista, pues el estudio de las lenguas africanas vinculadas con el comercio de esclavos ha sido un proceso más reciente que depende del conocimiento y sistematización de la cultura de tradición oral en África.

La posibilidad de identificar y clasificar la mayoría de las denominaciones de esclavos africanos existentes en Cuba se corresponde con la alta capacidad de resistencia y supervivencia de los pueblos subsaharanos involucrados en el gran holocausto trasatlántico, lo que permite trazar las vicisitudes de la ruta de los esclavos, así como la complejidad y riqueza de su legado a los pueblos de las Américas y el Caribe.


Parte IParte II — Parte II


Este texto es una síntesis del capítulo V del libro Africanía y etnicidad en Cuba (los componentes étnicos africanos y sus múltiples denominaciones) del propio autor


    Notas

      1. El Centro Internacional de la Civilización Bantú (CICIBA), fundado en 1983 y con sede en Gabón, desarrolla esta abarcadora concepción en sus trabajos.

      2. Véanse HRBEK. Op. cit.:145, MORRISON. Op. cit.: 200 y VAN BULCK. Op. cit.: 27.

      3. Véanse HRBEK. Op. cit.: 148 y VAN BULCK. Op. cit.:27.

      4. Véase HRBEK. Op. cit.: 148.

      5. Véanse HRBEK. Op. cit.: 160, MORRISON. Op. cit.: 211 y VAN BULCK. Op. cit.:29. Aunque también se identifica como kamba (akamba, wakamba, kaamba) un etnos bantuoide asentado en Kenya, considero que por la denominación genérica de congo que se trata del primero al que se hace referencia.

      6. De modo general se distingue en la literatura antropológica el término kongo (con k) para referirse al pueblo (etnia), respecto de congo (con c) para referirse al territorio, a países o al caudaloso río. Véanse HRBEK. Op. cit.: 162, MORRISON. Op. cit.: 211, VALDÉS. Op. cit.: 145 y VAN BULCK. Op. cit.: 29.

      7. Comparativamente, en Cuba encontramos tres topónimos: uno como La Conga, al norte de la provincia de Las Tunas y dos como El Congo, en las provincias Camagüey y Granma, este último al sur de la ciudad de Manzanillo (Véase Atlas de Cuba, 1978: 128-129, 134-135 y 138-139).

      8. Véanse HRBEK. Op. cit.: 153, MORRISON. Op. cit.: 218, PAULME. Op. cit.: 131 y VAN BULCK. Op. cit.:31.

      9. Véanse HRBEK, 1984: 168 y VALDÉS, 1997: 146.

      10. Véanse HRBEK. Op. cit.: 170 y VAN BULCK. Op. cit.:31.

      11. Véase HRBEK. Op. cit.: 170.

      12. Este grupo se ubica actualmente en Zambia y la República Democrática del Congo. Véanse HRBEK. Op. cit.:146 y MORRISON. Op. cit.: 378.

      13. Véanse HRBEK. Op. cit.: 170, VAN BULCK. Op. cit.: 27 y VALDÉS. Op. cit.: 145.

      14. Véase HRBEK. Op. cit.: 172.

      15. Véanse HRBEK. Op. cit.: 155, VALDÉS, 1990:48 y VAN BULCK. Op. cit.: 28.

      16. Véanse HRBEK, Op. cit.: 175; VALDÉS. Op cit.: 146 y RODRÍGUEZ RUÍZ, 1996: 12.

      17. Véase HRBEK. Op. cit. : 179.

      18. Véase MEDINA y CASTRO. "A organizaçao afro-portuguesa do tráfico de escravos (século XVII-XIX)", en Op. cit.: 135.

      19. Véase HRBEK. Op. cit.: 177

      20. Véanse HRBEK. Op. cit.: 179 y MORRISON. Op. cit.: 218.

      21. Véanse HRBEK. Op. cit.: 179, MORRISON. Op. cit.: 211, VALDÉS. Op. cit.: 146 y VAN BULCK. Op. cit.: 33.

      22. Véanse HRBEK, Op. cit.: 181 y VALDÉS, Op. cit.: 146.

      23. Véanse HRBEK. Op. cit.: 185, MORRISON. Op. cit.: 218 y VALDÉS. Op. cit.: 147.

      24. Véanse HRBEK. Op. cit.: 143, MORRISON. Op. cit.: 354 y VAN BULCK. Op. cit.: 27.

      25. Véanse HRBEK. Op. cit.: 153, MORRISON. Op. cit.: 242 y VALDÉS. Op. cit.: 145.

      26. Véanse HRBEK. Op. cit.: 165, MORRISON. Op. cit.: 218 y 378, VALDÉS. Op. cit.: 145 y VAN BULCK. Op. cit.: 30.

      27. Véanse HRBEK. Op. cit.: 167, MORRISON. Op. cit.: 218 y 378, VALDÉS. Op. cit.: 146 y VAN BULCK. Op. cit.: 30.

      28. Véanse HRBEK. Op. cit.: 171, MORRISON. Op. cit.: 281, VALDÉS. Op. cit.: 146 y VAN BULCK. Op. cit.: 31.

      29. Véanse HRBEK. Op. cit.: 173 y VAN BULCK. Op. cit.: 32.

      30. Véanse HRBEK. Op. cit.: 169 y VALDÉS. Op. cit.: 220.

      31. Sobre la significación cultural del etnos macua y sus vínculos con Cuba, véase la monografía de E. FERAUDY, 2002.

      32. Véase HRBEK. Op. cit.: 148.

      33. Véase HRBEK. Op. cit.: 149.

      34. Véase HRBEK. Op. cit.: 173 y MORRISON. Op. cit.: 354.


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